24.

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Me dolió tener que reprimir a Ally de explicaciones. Como cualquier otro de los amigos de Dallas, las necesitaba. Si yo lo hubiera conocido, lógicamente también querría saber exactamente que estaba pasando pero yo no pude permitir que Michael, con toda la ira y el alcohol acumulados, le explicara toda la historia de dónde lo vio por primera vez y el lujo y detalle de su falsa muerte involucrando a Amy y a Calum. Ally se rompería más en ese instante y aquello no le convenía a nadie.

Le hice prometer que considerara que esta conversación jamás sucedió. Ante Calum y Amy, los tres éramos ilusos y víctimas del juego todavía. De todas formas ya habían pasado dos años, no creo que sigan pensando en eso de hace dos o tres veranos.

Me había convertido en el líder secreto. En mi cabeza tiene sentido llamarme así, pues yo sé todo lo que está pasando pero decido guardarlo por el bien de todos. Claro, esto no es tan grande como una guerra y yo no soy un líder ni un héroe ni nada. Soy tal vez el menos cobarde de todos, el que ya se ha cansado de derrumbarse. Al que nadie levantó cuando estaba en el piso pero quien intenta levantarlos a todos.

Aunque yo no pensaba mucho en eso, porque visto de esa forma era deprimente. Que yo no tenía ningún compromiso con este grupo de chicos ni con esta avalancha de problemas sin final que Dallas había comenzado. Fácilmente podría salirme incluso del colegio y abandonarles a todos.

Pero me gustan las metáforas, y hoy me tocaba ser el héroe metafórico.

De alguna forma sobre humana lleve a Michael hasta su habitación. Le encantaba romper promesas y esta noche había roto la de no sobrepasarse con el alcohol.
Estaba realmente mal y eso hizo que recuerdos de hace casi medio año llegarán como un golpe a mi memoria. Michael hasta las bolas de ebriedad. Y yo comprándome todas sus mentiras.

Dejé a Michael sentado por un rato en su cama. Obviamente sentado no es la palabra correcta debido a que le era imposible realizar la acción. Su flácido cuerpo casi sin postura, como si no tuviera huesos, se desplomó ante las sábanas deshechas en un pequeño estruendo. Los resortes rechinaron y pensé en cada vez que nos acurrucamos en ese colchón. No necesitaba volver aquí a encontrarme con todos estos objetos y lugares que desencadenaban el pasado.

Rodé mis ojos al encontrarme ante la reserva secreta que Michael escondía bajo la cama. Encontré todo tipo de alcohol y una caja de cigarrillos abierta, pero con todos los cigarrillos dentro. Casi podía verlo debatiendo entre fumarse un cigarrillo o no. Quise ver el lado positivo, me sentía orgulloso de que mantuviera esa promesa de no volver a fumar jamás.

Limpié aquel escondite de cualquier sustancia tóxica y remplace el contenido con una barra de chocolate que tenía en su mesita de noche. Cuando estuviera desesperado al menos podría comer eso y tal vez leer la pequeña nota que le había dejado.

Michael, vales mucho más que esto.

—Luke...—Murmuró ahora sentado. No se de donde había sacado las fuerzas o como era posible que recuperara su postura, pero lo estaba viendo hablarme después de casi vaciar un barril de cerveza.

—No te disculpes, Michael. Ya te lo he dicho mil veces, no necesito disculpas. Justo ahora sólo quiero que te duches y que dejes de decir estupideces.

Mentiría si no dijera que estaba molesto con él. Definitivamente lo estaba porque había vuelto con sus problemas y porque no le bastaba haber pasado parte de esos problemas a mí, ahora también quería pasárselos a Ally. Ally que nunca había hecho algo malo en su vida.

I'm Not Okay::mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora