25.

1.2K 169 35
                                    

Mi obra buena del día comienza en la cafetería cuando decidí levantarme temprano y comprar un poco de comida para llevarle a Michael.
No tomo esto como una excusa para verlo, porque sinceramente prefiero pasar la tarde con Flynn hablando de cualquier cosa que tener que mirar a Michael hecho un desastre.
No me arrepiento de nada pero sigo sin entender cómo era que soportaba ver a quien más quería tirar su vida por un barranco de perdición. Ahora veo que no me dolía tanto porque cuando el brincaba, yo brincaba con él.

El inhumano amor de Michael por la pizza me recordó que si quería que el chico comiera algo, debería llevarle una de aquellas. Cualquier otra cosa la rechazaría pero era completamente imposible que se negara a acabar con la gigantesca rueda de queso y pepperoni.

Caminé por el largo pasillo aspirando el hipnotizante aroma de la caja de cartón que cargaba entre mis manos. Era como si la propia comida me tentara a quedarme a compartir unas rebanadas con Michael.
Pero los planes de mi día ya estaban ocupados por tres términos, dos de Álgebra Avanzada y uno de Ciencias Sociales, y por Flynn.
Metidos en todo este embrollo casi siempre se nos olvidaba que vivíamos aquí y que nos conocíamos todos porque estábamos en una escuela. Y en una escuela debíamos ir a clases y pasar las materias y todo eso. Y aunque tuviéramos cuando mucho cinco términos diarios, nos olvidábamos por completo de atender todas.
Pero está era una segunda versión del nuevo luke que se destruyó cuando supo que Dallas estaba vivo, y esta versión me agradaba más porque dejé de pensar que estábamos metidos en un melodrama de televisión y comencé a concentrarme en lo que de verdad importa: la universidad. ¿Cómo esperaba entrar siquiera a una si no pasaba mis últimos años de colegio? Todos nos sentíamos semidioses y no era así. No puedo influenciar a los demás con este discurso pero puedo al menos asistir a mis clases. Estoy seguro de que en algún tiempo Michael y Dallas y Ashton y May y todos los demás no van a importar. Partiremos caminos y alguien probablemente escriba un libro de estos años porque tiene suficiente drama y exageración como para una novela barata.

Llegué al cuarto de Michael y noté la delgada puerta entre abierta. Un pequeño rayo de luz de la ventana se colaba hasta la puerta. Decidí pararme en la esquina, fuera de la vista de cualquiera, para averiguar porque a Michael de repente le había dejado de interesar su privacidad.

Al no escuchar nada más que silencio absoluto pensé en entrar a ver qué sucedía, pero la voz de Michael mezclada con un grito interrumpió mis deseos.

—¡No te estoy pidiendo nada del otro mundo! —Y luego de nuevo silencio. —Sí, eso lo entiendo, maldita sea.

Michael estaba en una llamada, definitivamente, y no quise indagar con quién hablaba, pues pude jurar que ya lo sabía.

—¡DA LA CARA COBARDE DE MIERDA.!— Esta vez un rugido más fuerte que el anterior seguido de un sollozo cuando su teléfono aterrizó casi a mis pies. A penas terminaba la llamada y pude ver el nombre del contacto: doble D.

No quise decir nada ni pensar nada, simplemente decidí volver más tarde.

(...)

Mis tres primeros términos estuvieron bien dejando a un lado el hecho de que no entendí absolutamente nada por la terrible ansiedad que se colgaba de cada uno de mis poros. No eran celos ni me dolía ni nada parecido. Era que me había pegado de golpe pensar que yo nunca había conocido a Dallas y sin embargo ahí estaba su voz, su número, su apodo, lo que me había jodido hace tan poco tiempo. Un reflejo completamente distinto.

El sólo pensarlo me daba escalofríos.

Opté por cancelar mi tarde con Flynn porque no quería que me viera así de abrumado. Si estábamos juntos probablemente me quedaría todo el rato sentado callado viendo físicamente como algo me punzaba en cada centímetro de mi ser. No quería arruinar la imagen casi sana que él tenía de mí. Dentro de ese casi está implícita la vez que me vio acabar con una botella de vodka en la bañera, sacar todo el alcohol en lágrimas y prácticamente atar su rostro con el mío en un intento de un beso.

El punto es que justo ahora me dirigía de nuevo al cuarto de Michael. No iba a quedarme, sólo bastaba con abrir la puerta, preguntarle si había comido, dejar una pizza nueva y marcharme. Tal vez una mezcla de eso y de la pizza entera que me comí solo podrían calmar mis nervios.

Pero cuando llegué la puerta ahora estaba abierta de par en par y se escuchaban voces dentro de la habitación. En un intento exitoso de masoquismo decidí acercarme más, aún fuera de la vista de todos pero siendo capaz de escuchar perfectamente.

Eran Ally, Amy, Calum, Michael y un acento texano bastante marcado. Todos gritaban al mismo tiempo y por las únicas palabras clave que pude escuchar, me fue posible descifrar de qué hablaban: muerte, culpa, idiota.

Me congelé inmediatamente. Esto, en vez de darme ansiedad fue como una inyección letal me que dejó completamente inmóvil y perplejo.

No iba a entrar pero no podía marcharme porque mis piernas no funcionaban.

Dallas estaba ahí, a dos simples metros se encontraba el año y medio que me había arruinado. Se encontraba todo lo que había jodido a Michael. Ahí estaba a sólo unos pasos y yo no conseguía correr en la dirección contraria.

Dejé caer la pizza al suelo. No como ese momento dramático en que el protagonista tira un vaso de agua dramáticamente en un melodrama exagerado de televisión. Sino como alguien que está paralizado y al intentar mover sus pies termina moviendo sus manos.

Escuché que los gritos cesaron por completo y después no había nada más que pasos en mi dirección. Ni siquiera podía reconocer el andar entonces era muy probable que cuando pudiera verme, quien sea que viniera hacia el pasillo, me llevara una sorpresa.

Mi reflejo perdido o cualquier viejo amigo.

Al ver a Michael mis articulaciones respondieron a mis órdenes y lentamente me di la vuelta para caminar de regreso con pasos cortos pero extremadamente rápidos. No tenía tiempo para quedarme y presentarme. Quería tener otro de esos días bajos como el de la bañera con una botella de vodka y Flynn.

—Luke...

Michael me llamó desde su puerta. No hizo el intento de seguirme y yo ni siquiera pensé en darme la vuelta y regresar.

;;;;

sé que es corto y que sólo es luke pensando pero ya vendrán cosas mejores.

I'm Not Okay::mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora