5.

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Sept.

—Sí los necesito.

Tan pronto como entré a la habitación las lágrimas comenzaron a fugarse por mis mejillas. No me sentía bien. Me sentía pisoteado, como si una aspiradora gigante me hubiese succionado, como un subidón de adrenalina, como cuando brinqué al lago.

Había demasiadas cosas dentro de mi cabeza; entonces había tenido que correr al regazo de May a llorar mientras ella acariciaba mi cabello y Flynn preparaba un té porque era calmante.

Les dije todo, si es que pudieron entenderme entre lágrimas y sollozos. Me abrí por completo ante ellos porque ver a Michael y reaccionar de esa manera me hizo darme cuenta que no tenía a nadie en quien contar. Ellos estaban ahí y, joder, por supuesto que los necesitaba.

Flynn no se acercó demasiado porque yo presentía que tenía fobia al tacto o algún tipo de claustrofobia, pero May me consoló como alguien consolaría a un amigo de toda la vida.

Se sintió bien porque ella no olía a frutillas; su aroma era una mezcla entre canela, cereza y colonia de hombre. Era un regazo cómodo en el cual llorar.

—¿Entonces te gustan los chicos? —Preguntó May cuando me había tranquilizado. Ahora se dedicaba a acariciar mi cabello y acomodar los mechones desaliñados.

—Me gustaba Michael. —Comenté con tristeza.

—Que es un chico...—Atacó May con una sonrisa traviesa entre los labios.

—Exacto, sí, supongo...—Dije yo dudando.
Por supuesto que Michael era un chico, no dudaba de eso, si no de confesarles que me gustaban los chicos por ahora. Aunque no mentía del todo, tal vez Michael era la excepción, me gustaban las chicas pero Michael me cautivó. ¿Y es que quien no quiso a ese chico?

—No te preocupes, Luke Hemmings, a nosotros también nos gustan los chicos. —Confesó Flynn que había permanecido callado en una esquina sorbiendo de su té. Alcé las cejas, las paredes habían accedido a contarme voluntariamente.

—Oh, —Dije restándole importancia. —E-entonces sí, a mí también me gustan los chicos. Y Michael solía gustarme...—Admití. —Le quería...bastante.

—¡Michael Clifford es un asco de persona! —Se quejó May secándome las sobras de las lágrimas. —Bebé, no debes llorar por él. —Me dijo. —Sólo toma té y no repruebes las materias; la preparatoria no debería de ser tan complicada.

—Pero lo es. —Me quejé. —Le quie-le quería.

Le quiero besar. Le quiero abrazar. Le quiero. Idiota.

—Luke Hemmings, deberías dormir. —Sugirió Flynn. —Es tarde y debes tener el descanso de belleza porque mañana comienzan las condenadas clases.

Asentí, no tenía ganas de hablar ya. Flynn era callado y genial, y le gustaban los chicos. Quería abrazarlo porque era divertido que casi al 80% de los chicos en el Astex les gustaran los chicos.

Era como, manda a tu hijo al internado y regresa con dos.
Par de novios, ¡gratis!

Lo escuché y me metí a la cama.

;;;

May y Flynn dejaron un recado que a penas me dio tiempo de leer ya que mi alarma no me despertó y tuve que salir prácticamente corriendo a clase de cálculo:

I'm Not Okay::mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora