14.

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Nov.

Escuchaba los gritos de May en la habitación de Calum pidiendo que me quedara, pero ya había sido mucho tener que humillar a mi ex, a quien ya había humillado antes con la sorpresa de que en realidad yo era gay por su mejor amigo, tener que humillar a mi mejor amigo. No podía además celebrar en un picnic donde el aperitivo principal (y el único) era una botella de vodka.

Claro, todos les apetecía la mezcla de alcohol, estrellas y buenos amigos. Pero al menos a mí no me parecía lo correcto ahora.

Flynn la regañó y yo seguí caminando sin mirar de regreso. Cada que levantaba mi pierna derecha podía sentir la nota molestando. Pedía ser abierta. Suplicaba que la leyera.

No había visto a Michael en ya casi una semana, y aún así aquí estaba él en forma de papel arrastrándome al pasado. El papel contra mi pierna se sentía como su mano en la mía, y a veces como su mano contra mi mejilla o como la mía sobre la suya.

Michael y yo no estábamos bien y él lo hacía cada vez peor. Pero eso sí se lo perdonaba.

Mi estrategia para olvidar a Michael y a todo esto era salir del Astex el año que viene e ir a otra escuela donde no todo lo que viera me recordara a él y mientras estuviera aquí, lo más adecuado sería dejar que él continuara diciendo lo siento de ve en cuando hasta que ambos nos aburrieramos. De ahí ambos diríamos un lo siento con pereza y sería suficiente porque ya hemos salido adelante.

Era estúpido tener todo planeado ya que Michael era conocido por sacar sorpresas a último minuto, pero era una fantasía que esperaba cumplir. Terminar bien, aunque no sea juntos. Que cuando ya tenga a alguien más, ese alguien hiciera algo que me recordara a Michael, y yo suspirara con la mano en el pecho.

Quería ya, en este mismo instante, sentir a Michael como un recuerdo.

Pero la misma nota era el recuerdo de que aquello era imposible.

Abrí la puerta de la habitación de un empujón; era mi otro yo, el que rogaba por cualquier señal de Michael, por más minima que sea.

Por la ventana pude ver a dos figuras altas caminando lentamente hacia la habitación. Era lógico que Flynn y May ya estuvieran de regreso, no habría nada que hacer allá más que quedarse en la escena del crimen. El crimen que atentamos contra el hijo del director, lo que les aseguraba expulsión inmediata.

Les tomaría unos quince minutos hasta llegar a la ouerta del edificio, mas otros cinco o diez para llegar a nuestra habitación. Lo que me daba tiempo suficiente para leer con tranquilidad lo que Michael tenía por decir.

Aún no entiendo cómo es que logro meterla en mis pantalones. Quiero decir, está más que seguro que fue aquel día en la enfermería pero desde hace un par de meses he tenido el sueño demasiado ligero.

Seguro que dormir a su lado me tranquilizó un poco.

Me apreté en la bañera donde Flynn y yo habíamos hablado por horas un par de noches. Ahora se sentía mas grande, definitivamente más comoda.

Me aseguré una última vez de haber cerrado bien la puerta y de tener la botella de vodka conmigo.

Saqué la nota de mi bolsillo y antes de desdoblarla tomé un gran trago para armarme de valor. Que en realidad no sé por qué dicen que un trago de alcohol te da valentía. A mí en realidad me deja algo desconectado.

Entonces me tomó ver qué decía en la primera parte.

Era una carita feliz. Simplemente una carita sonriendo.

:)

Como sabía que era imposible que dentro de las tres hojas que me dio sólo apareciera una carita feliz, tiré esa primera parte fuera de la bañera y continué leyendo.

I'm Not Okay::mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora