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—Ambos, siéntense.

Mi mañana comienza con la voz regañona de May haciendo que el trasero de Flynn y el mío se queden pegados a nuestras camas. Seguimos sus órdenes como dos niños pequeños escuchan a su madre cuando están en problemas. La única verdad es que ella estaba actuando ruda para esconder sus sentimientos. Tenía los ojos algo irritados y no sé cómo pero yo percibía que May tenía un horrible dolor de cabeza.

—Lo siento, Luke. —Suelta al fin. —Sé que quieres saber la verdad. Y Flynn, se que has estado intentando protegerlo de ella, pero ya no es necesario.

Volteo a ver a Flynn para tratar de entender la situación. ¿Claire está pidiendo perdón después de pasar casi un mes declarándonos la guerra? Pero él sólo mantiene su mirada fija en ella. Lo imito y me doy cuenta de lo corto y descuidado que se ve su cabello. Últimamente ni siquiera la miraba a la cara.

—¿Que es esto May? —Le pregunté para calmar el miedo que sentía de que esto fuera una broma o algo parecido.

—Esta soy yo, Luke, pidiendo perdón. Y lista para contarte la verdad.

May se sienta en la alfombra frente a nosotros y le toma la mano a Flynn como para agarrar fuerzas. Yo sigo sin comprender. A este punto había casi olvidado el motivo de nuestra pelea: el misterio de su pasado con Dallas. Se sentía más como un juego o un odio mal direccionado. Verla tan frágil de repente me hacía sentir culpable.

—Y Flynn, tú también pon atención porque no sabes toda la verdad.

Ahora Flynn me volteó a ver a mí. Al parecer ambos nos aventurábamos a una historia desconocida. Me sentí más cómodo al saber que no era el único aterrado en la habitación.

—Dallas, Doble D, D, como quieran llamarle. Él era más grande que yo, obviamente. Estudiaba un grado arriba del mío y cuando se me acercó por primera vez...—Pausó para sonreír y luego negar con la cabeza. —Para mí fue el evento del año.

May terminó por reírse y secar una lágrima. En este punto ya me remordía la conciencia haber cultivado esta enemistad de las últimas semanas.

—¿Te acuerdas Flynn? Fue aquel día en la biblioteca. Me puse más colorada que tú en verano y corrí a contártelo al instante. —Flynn rió también, asintiendo con la cabeza.

—Ahora que lo pienso, reaccionaste como cualquier típica niña de secundaria lo haría si el chico más deseado de la escuela le dirige la mirada.

—Bueno, sí, esa era yo. Te daré contexto, Luke. —Soltó la mano de Flynn y puso las suyas en mis rodillas. Sus dedos estaban algo sudados descansando en la piel que mis pantalones rotos dejaban desnuda. —Había comenzado a pintarme el cabello rosa y sólo usaba hoodies gigantes que me hacían ver como un recogedor de basura nocturno, pero yo pensaba que me daban un aspecto alternativo. —Sonreí un poco al imaginarme a una Claire de 15 años enfundando su delgado cuerpo en una sudadera innecesariamente grande para no ser como las otras chicas. —Y un rumor había llegado hasta Dallas que yo tenía un primo que conocía a un tipo que conseguía drogas "de las buenas", ¿sabes? No esa porquería de marihuana o las pastillitas tontas que te pones bajo la lengua. No. Porquería de la buena. La que te deja más idiota que el alcohol etílico o un enamoramiento de verano.

Cerré los ojos un momento, sentía emoción al ver como me llevaba al Astex dos años atrás cuando la leyenda caminaba los pasillos. No pude evitar preguntarme qué hubiera pasado si yo hubiera estado aquí en ese tiempo. ¿A que grupo pertenecería? Aquella Claire me hubiera rechazado en el instante que abriera mi boca y a los 15 años yo no me veía como Dallas seguramente así que no tendría la fama de ser el gemelo perdido de Doble D. Probablemente sería igual que en Carolina. Sin amigos y suplicando por cambiarme de escuela.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2020 ⏰

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