Oct.
—Creo que no hemos hablado bien de esto y que por eso estás confundido. —Dije mirando al suelo cuando ya estábamos en el patio central de la escuela. Había poca gente, pero el espacio era bastante grande para que pasáramos desapercibidos.
—No estoy confundido, Luke.
Lo miré, él lo había estado haciendo desde que salimos de mi habitación. Había sido bastante incomodo no poder verlo yo a los ojos cuando antes me encantaba hacerlo.
Por supuesto que aún lo amaba, y me dolía demasiado porque Michael siempre había sido la persona equivocada.
—No, Michael. Déjame decirte algo...—Quería decirle todo. El problema era que no sabía todo sobre qué exactamente. Si no cerraba la boca pronto, terminaría dándole otra oportunidad si es que la pedía. —¿Podemos a ir a un sitio más privado?
—Aquí nadie nos está molestando, ¿cuál es el problema? —Se encogió de hombros, a penas se le asomaba por los labios aquella sonrisa adorable. Quería verla completa.
La cosa era que podría estar dos semanas sin ver a Michael. Sin verlo en los pasillos, en la cafetería, en las clases, y yo estaría convencido de que, cualquier cosa que hubiese llegado a sentir por él, ya no había rastro de ella.
Y entonces, lo veía. Ahí era donde mi mente lo arruinaba todo.
Eran sus ojos, que me daban ganas de llorar al saber que mienten tan bien. Y sus labios porque ansiaba verlo sonreír como antes, conmigo. Su aroma, porque me recordaba cómo se sentían sus abrazos. Y sus abrazos me recordaban que parte de su cariño no había sido parte de la lista.Era él, maldita sea.
Él también me tenía enredado entre sus dedos.—Tenemos que hablar, Michael. —Entonces el intento de sonrisa se esfumó por completo siendo remplazado por una eterna cara larga.
—Esa frase nunca es buena. —Enfundó sus pequeñas manos en los bolsillos de sus jeans y dejó escapar una pequeña risita. Tenía razón, nada bueno venía de esas palabras. —Pero está bien. Está bien. —Michael asiente ahora mirando a todos lados menos mi rostro.
En un impulso me toma la mano y yo lo volteó a ver con la cara horrorizada. Aparentemente él aún no se da cuenta o no quiere hacerlo.
Entonces pasa...
—¡Corre, corre, c- —Ahí está, el impacto. Michael deja de correr y se detiene en seco como traumatizado. Se queda con la boca abierta. Lo había olvidado, lo había olvidado de verdad.
Y no puedo evitar pensar que lo hizo porque algo falló dentro de él. Algo se seguía aferrando a que estábamos aún juntos.
Se me hizo un vacío en el pecho. Así como si te tiraran un balde de agua helada, que apenas puedes respirar y te cuesta unos segundos reaccionar en dónde estás y qué acaba de suceder.
Sentí, por un momento, que éramos él y yo hace un año yendo a la casa del árbol por primera vez.
"¡Corre, corre, corre!"
Corre...
—Sólo...vamos.
[...]
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I'm Not Okay::muke
FanfictionLuke había estado bien, hasta que conoció a Michael. •Libro 2, secuela de I'm Not Gay •Muke