Capítulo 34

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"Señor"

Cuando escucho su dulce voz, no puedo hacer nada más que asentir y lanzarme hacia ella, rodeándola con mis brazos y levantarla del suelo. Ella es fría, pero no es por el clima, es el frescor más inofensivo que alguna vez haya tocado mi piel.
Ella se aferra también a mí, apenas aplicando fuerza. Huelo su cabello, escucho sus latidos, la estoy sintiendo por fin, con un carajo ¡La amo, mierda!

"Lexa"

Cuando lo veo ahí, su cabello se mueve en sincronía con el viento, era un poco más largo, y lucía hermoso en él.
Su aroma a colonia y a una leve esencia a alcohol le resulta embriagante a mi sistema, solo a él le quedaría bien ese tipo de aroma.

-Cielo-Me dice mientras entierra su cabeza en mi cabello.

-Hola-Sonrío y puedo sentir que él hace lo mismo.

-Te extrañé-Me apretó con más fuerza, robándome un suspiro-Jamás pensé que sería tan difícil.

Sigo con el miedo de que sea un sueño, de que en realidad sea otro hombre al que estoy abrazando con tanta fuerza.
Bajo la mirada por su brazo, está tan lleno de color y luego bajo hasta su muñeca, donde está la ecuación.

«Sí, es él»

Levanta mi rostro, obligándome a verlo.

-Si este es un sueño, Créeme, no quiero despertarme nunca-Sonrío.

-Quiero pensar que no hubo traseros pateados-Me mira perplejo.

-¿Qué?

-Bueno, Tedd me dijo que si no cumplía con esto...-Asiente y me vuelve a abrazar. Escucho que maldice en voz baja.

-¿Eso te dijo el bastardo?-Entierra su cara en mi cabello y suspira-No, cariño. No tenías que venir si te sentías obligada, en serio.

-No. Yo quería venir.

-Bien, eso me hace feliz-Me muestra su colorido brazo. Lo bordeo con la yema de mis dedos.

-Mi dibujo...

-Verdadera obra de arte-Lo pone de distintos ángulos para que yo tenga una mejor visión de él.

Recuerdo mi motivo por el que vine, y aparto su obra de piel de mi vista. Me mira confundido y me pongo a una distancia respetable, digo, no vine aquí a serle infiel a mi novio, simplemente hablaremos ¿No? Hablar.

-¿De qué querías hablar?

-De nada-Dice con aire arrogante, le doy un golpe en el brazo y él se contrae-Dios, cielo. Tatuaje nuevo-Dice haciendo una mueca de dolor y con suavidad, volver a escuchar su voz es como mil voltios en mi columna-Supongo que quería volver a verte.

-Sabes que tengo novio-Su rostro se ensombrece.

-Sí.

-Sabes que quedamos en ya no vernos.

-Sí.

-Y sabes que...-Me cubre la boca.

-Dios, lo haces más insoportable diciéndolo-Quito sus manos de mi rostro.

-Como sea.

-No vine a hacerte algo que no quieres, simplemente necesitaba verte ¿Es eso tan malo?

-Tengo...

-¡Ya lo sé, mierda!-Su mandíbula se tensa y sus ojos se oscurecen-¡No vine a que me lo recordaras! Solo quería verte, entiende con un carajo-Me encojo de hombros y bajo la mirada, era la primera vez que me hablaba a gritos, pero debo aceptar que si todavía me quiere, es muy duro para él restregárselo en la cara.

-Olvidemos eso-Se hace un sepulcral silencio, donde solo se escucha el viento silbar y a los búhos cantar.

-Lo siento-Dice finalmente-Es solo que, es increíblemente difícil tratar de imaginarte con otro y no querer matarlo, se supone que estabas conmigo hace unas semanas-Se quita un mechón de la cara, dejando a la vista su hermoso rostro-¿Qué diablos pasó?-Bajé la mirada de nuevo-Estábamos tan bien. No tenía por qué acabar.

-Estamos mejor así-Una luminosa y cristalina lágrima corre y humedece su labio.

-No-Se acerca hasta quedar a centímetros de mi cara-No tenía por qué acabar. Pudimos haber encontrado otro sitio, juntos. Porque se supone que debíamos estarlo-Pausa y toma una larga respiración-¡No tenía por qué acabar! ¡No tenías por qué terminarlo todo!

-Tengo un padre, incluso un perro, no podía dejarlo solo, tenía que volver tarde o temprano.

-¡Eso no es excusa!-Se aleja y golpea con el puño la ventana de su camioneta-Pudimos arreglarlo, pero quisiste esto. Quisiste dejarme solo, quisiste irte y accedí.

-Era lo mejor...

-¡Pero no tenías que olvidarme tan rápido!-Toma su cabello y lo vuelve a alborotar-¿Qué acaso no te das cuenta del daño que me haces cada vez que lo besas? ¿No tienes ni una puta idea del efecto que tienes en mí? ¡Deje todo por ti! ¡Todo!

-No sé tu nombre...-Dije en un sollozo, y sé que sonó algo estúpido, pero entre toda esta tensión no tenía nada mejor que decir.

Me mira furioso, echando chispas por los ojos.

-¿Mi nombre? ¡¿Todo esto es por un puto nombre?!-Balbuceé, y al final no pude articular palabra.

Por primera vez lo veo vulnerable, siempre ha sido duro y bello, ahora estaba llorando antes mí, lleno de furia y frustración, me sentía tan impotente, porque nada me dolía más que verlo en este estado, cuando ha hecho de todo por mí. Cuando me ha protegido, cuando me ha dado la única cosa que he estado esperando toda mi vida. Me acerco y toco su mejilla, en sus ojos marrones ya no hay furia, solo tristeza, y preferiría mil veces una mirada fría a una cristalizada.

-Lo siento-Se endereza pero sin quitar sus ojos de los míos.

-No me iré de nuevo, no me importa si ahora no estás sola, me importa una mierda. No me alejaré de ti-Me da un tierno beso en la frente y me acerca a su pecho.

-Entonces no lo hagas-Le correspondo el abrazo, sé que está mal.

Tal vez no tengo ni puta idea de lo que es el amor, porque tal vez se requiera cierta edad para sentirlo de una manera real, tal vez no tenga ni puta idea de ese sentimiento, pero si sé lo que es querer. Y yo lo quiero, y con eso basta.
Me dejo llevar por su aroma y por sus latidos.

«Soy una infiel» pienso «Soy una puta zorra»

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora