Capítulo 26

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Hoy es mi primer día de escuela. Me topo con las muchas miradas de personas que antes ni siquiera sabían que existía. Voy hacia mi casillero, para cerciorarme de que la combinación es la misma. Y lo es.
Llego a mi misma aula, cuando pongo el pié dentro todos lanzan una expresión de asombro.
Bajo la cabeza y antes de sentarme a la maestra se le ocurre abrir la boca.

-Lessa-Nunca supo pronunciar mi nombre-Fue un momento difícil, pero me alegro de que estés aquí.

Opto por ignorarla y tomo mi asiento en el rincón, y me dispongo a tomar la clase.

-¿Me estás escuchando?

-Sí-Dije un poco alto-Deje de actuar como si le importara que yo haya llegado porque estoy segura de que ni siquiera vio las fotografías pegadas en cada uno de los malditos árboles de este lugar-Bajo la mirada pero vuelvo a subirla-Y por cierto, soy Lexa con "Equis".

Todos guardan silencio, la maestra simplemente voltea y sigue hablando, mis manos están temblorosas. Una bolita de papel cae por encima de mi hombro «Que bueno es volver"
Salgo del aula a la hora del descanso, estoy siendo atosigada por todo el mundo, pero yo solo le doy pequeñas mordidas a mi sándwich, que por cierto, está mucho más rico que cualquier otro que me hubieran dado aquí antes.
Voy hacia mi casillero, lo abro una y otra vez, hasta que termino de convencerme de que volví, de que ya no estoy con mi... De que ya no estoy.
Unos molestos tacones se hacen más ruidosos, hasta que siento el fuerte perfume de Jessica, y debo decir que me sorprende recordar su nombre y su empalagoso perfume.

-Hola-Dice en son de burla-Volviste.

-Volví-Cerré mi casillero.

-Solo quiero decirte que nada aquí ha cambiado, sigues siendo nuestro lindo conejillo de indias-Me tomó de la cara y apretó mis mejillas.

Hice una mueca y se fueron. Seguí jugando con la puerta de mi casillero, hasta que una voz retumbó en mi cerebro, una frágil voz que se escondía en la lejanía de las memorias.

-¿Volviste?-Cuando me giré, no pude evitar formar una "O" con mi boca.

Cabello cobrizo, una cabeza más alto que yo, sonrisa con hoyuelos en cada una de las mejillas y ojos avellanados.
Cuando sonríe me estremezco.

-Volví-Dejé que mi cerebro siguiera carburando.

-Arruinarás eso-Dijo señalando el casillero. Me detuvo con su mano, pero yo seguí totalmente petrificada-¿Iker? ¿Último año? ¿Te suena?-Negué con la cabeza.

-Lo siento-Me encogí de hombros.

-Disculpa, supuse que no sabrías quien era.

-No quise ser grosera, es solo que no tengo muchos amigos aquí y...

-Tranquila-Me interrumpe-Al menos ya sabes que existo-Vuelve a sonreír y me dan nauseas, no porque sea feo, o porque huela mal. Me sorprende su atractivo, es igual de caliente que "Señor", y eso, yo no lo creía posible. Pero al menos sé su nombre real-Creo que vas tarde a clases-No había nadie en los corredores, solamente éramos yo y él.

-Creo que tú también.

-Creo que tienes razón-Casi quita mi mochila de mi hombro, pero esquivo sus manos amables-¿Quieres que te acompañe?

-Oye, el hecho de que no te conozca no quiere decir que a la escuela tampoco-Soltó una carcajada.

-Bien. Te veo luego-Agita su mano y se aleja.

En vez de ir a mi clase, salgo de la escuela, el clima es exactamente igual al de esa tarde donde dejé de ver todo lo que conocía. Solo que esta vez no hay nadie esperándome, me incomoda el saber que es lo que quiero que pase. No ha pasada ni siquiera una semana y ya extraño tenerlo cerca, extraño ver su acendrada complexión y sentir su ataraxia a mi al rededor.
Mi piel se eriza, aunque sé que no hay nadie ahí, siento a alguien ahí. Una mirada me está acechando. Inspeccionó el lugar por acto de reflejo, pero no hay nadie.
Alcanzó a distinguir el aroma a madera húmeda y una delicada fragancia a piña con harina. Sé que mi papá está cocinando.
Entro a la casa y el calor abruma mi cuerpo, me sigo sintiendo como una intrusa en mi propia casa, cuando antes tenía pensamientos de no querer volver, de elegir otro lugar como mi hogar.

-¡Lexa!-Grita mi papá desde la cocina.

-¡Papá!

-Dios hija ¿Qué haces aquí?-Sale con guantes para hornear, suelto una risita y me mira con ojos de seriedad.

-No lo sé, creo que todavía no estoy lista para ver a mis viejos...-Mi voz se entrecortó y me dejé caer al sofá-¿Amigos?

-Claro-Asiente y se sienta a mi lado-Creo que fue mucho dolor-No digo nada y lo acepto, no sin antes sentirme como una hipócrita.

-Quiero recomponerme.

-No puedes seguir perdiendo clases-Acaricia mi cabello y me llevo las manos a la cara.

-No digo que voy a dejar de estudiar, simplemente quisiera volver a acoplarme, fueron meses los que no estuve aquí.

-Cariño, no...

-Quiero dormir-Me levanto y subo las escaleras, él interrumpe mi partida y cierro los ojos. Esas ganas de soltar en llanto me hacen miserable, quiero estar aquí, pero también quiero estar allá, y la mayor parte de mí quisiera volver a ver el hermoso rostro de el que fue mi novio una vez más.

-Te extrañé-Dice y me giro para colgarme de sus hombros. Sentirlo cerca es tan reconfortante como una larga siesta, como un sedoso baño de burbujas. Besa mi cabeza y lo aprieto con más fuerza, estaba feliz de estar en casa, aunque me alejara de todo lo que amo, estoy feliz de estar de vuelta.

-Yo igual viejo-Me río al escucharme a mí misma, no recordaba la última vez que le dije "Viejo" a mi papá-Te amo.

-Te amo más-Escucho su corazón, entristecido por mi ausencia y de repente, saltando como un conejo en una pradera.

«Que bueno es volver»

Vuelvo a sonreír y el rostro angelical de Iker vuelve a mi memoria, con su voz cantarina y varonil revelándose.

«Era él»

N/A

He aquí a nuestra amada Jessica, lindos ojos azules ¿No? 7u7 bueno no, Jessica es hermosa, Lexa la describió así, y viéndola desde mis ojos color caca, creo que este personaje capta muy bien esa esencia que Jessica tiene ¿No? Como sea, la odio xD

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora