Capítulo 30

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Al día siguiente, fue agradable, el sol estaba presente pero no demasiado, Iker lucía increíble vestido de negro y los exámenes comenzarían la semana entrante, ya que los maestros no se tentaron el corazón para dejarme llevar los apuntes luego, tengo que sacar mínimo un nueve en cada uno de los exámenes para acreditar las materias y no repetir primer año.
Lo malo de la cafetería, es que ya no tengo el lujo de recibir leche que no está cortada, y que los sándwiches son igual de malos que siempre.
Las manos se me entumieron de tanto escribir y Jessica no dejó pasar su oportunidad de seguir dejando notas en mi asiento.
Cuando por fin sonó el timbre levanté las manos aliviada de descansar un fin de semana, suspiré, tomé mis cosas y salí del aula, pasé por mi casillero, solo para recoger mi chaqueta. Sentí un fuerte empujón que hizo que mi cara se estampara contra la puerta de metal. Giré con rabia solo para ver a Jessica sola, debo admitir que me sorprendió verla sin compañía, pero por alguna razón lucía más aterradora.

«¿Qué no debería ser al revés?»

-Ñoñita-Dijo mientras tomaba un mechón de mi cabello y lo enredaba en sus dedos.

-Jessica.

-¿Sabes? Extraño hacerte sentir miserable-Dijo entre risitas-Creo que debemos ponernos al corriente.

-En primer lugar-Dije con calma mientras apartaba su dedo de mi cabello-¿Quién dijo que me hacías sentir miserable? Y en segundo lugar, creo que esto ya terminó.

-Uy. Con que ya endureciste esa coraza ¿Eh? Pero pongamos algo en claro chica. Las cosas aquí serías más simples de un modo, te haré el gran favor de dejarte en paz si hacemos un trato.

Por alguna razón no estaba intimidada con su presencia, de hecho, el pensar en la escuela sin sus amenazas me sabía a gloria.

-¿Qué clase de trato?-El pensar en una situación tan cómoda como pasar las clases con tranquilidad era realmente tentador.

-Yo te dejo de molestar, incluye las notas y los cuchicheos si...-Pensó un momento y luego fijó sus ojos en los míos-Te alejas de Iker-Definitivamente eso me tomó por sorpresa.

-¿Qué?

-Ya me oíste, tómalo o déjalo.

-¿Qué tú no estabas interesada en Matt?-El pensar que a ella le gustaba Iker me hacía sentir enferma, yo quería a ese chico, no iba a permitir que una víbora como Jessica se le acercara.

-¡Vamos niña! Digamos que te lo dejo para ti solita, solo aléjate de Iker, para siempre, ni siquiera lo mires ¿Trato?-Alzo su mano para estrechar la mía.

-No-Dije sin dudar.

-¿Disculpa?

-No-Repetí un poco más fuerte-Y ahora escúchame tú a mí-La empujé y ella retrocedió-Siempre he soportado tus insultos, tus groserías y tus bromas, siempre. Todos los días de mi asquerosa adolescencia me has martirizado, pero ya no. Él es mi novio, y no voy a dejar que te le acerques, porque me quiere a mí, al igual que Matt-Ella mantenía los ojos bien abiertos, y eso me hacía sentir poderosa-Si veo la más mínima señal de coqueteo, plantaré mi puño en esa nariz falsa que tienes y partiré esos labios llenos de silicona ¿Okey?

Tocó sus labios y parpadeó perpleja, debo admitir que también estaba sorprendida, era la primera vez que me enfrentaba a Jessica.

-Son naturales-Me abofeteó con su cabello y se fue. Respiré profundo, tratando de a nivelar mi respiración.

«Claro que son naturales, ella es perfecta»

Me di cuenta de que temblaba, y que tenía la necesidad de aferrarme a algo, todo giraba, y estaba segura de que me desmayaría en cualquier momento. Cuando casi caigo al suelo, un abrazo cálido me sujeta con fuerza, suelto un suspiro cuando veo a Iker tomándome de las caderas y enderezándome.

-Cielos ¿Te encuentras bien?-Dijo con mirada de preocupación, vi sus ojos y me sentí extraña, era como volver a aquella mansión impecable, era como sentir la presencia de mi amado "Señor" ahuecando mi cintura. Ahora me estaba sintiendo culpable, porque se supone que estaba enamorada, y ahora estaba queriendo a Iker de la misma forma que a "Señor". Lo cual me resulta absurdo, aunque ¿Por qué no? Tenía el derecho de buscar a alguien más, y no dudo que mi ex secuestrador no haya buscado a una hermosa joven que estuviera a su altura, el solo pensar en él con otra chica besando sus labios y sentada en su regazo comiendo palomitas hacía que mi estómago reaccionara de una forma poco agradable.

«Tienes novio Lexa» me dijo mi subconsciente, haciendo que volviera a los penetrantes y hermosos ojos de mi actual novio al que se supone que debo amar. Cosa que no es una mentira en su totalidad.

-De maravilla-De pronto, estaba sonriendo como una tonta, él me miró extrañado, pero no dijo nada más.

-Bien, oye ¿Te apetece ir a una fiesta con mis compañeros de fut bol? Derek y Tyler irán con sus chicas, quizás puedan conocerse-Derek y Tyler eran los segundos mejores jugadores después de Iker, siempre han estado juntos, y me enterneció la idea de que mi novio quiera compartir algo intimo como la amistad con sus amigos.

-¿Estás seguro? ¿No se sentirán extraños?

-¡No, que va! Como te dije, cada quien irá con su chica, sería extraño ir sin ti.

-Lo siento, pero no puedo, recién acabé los exámenes y quisiera recuperarme, además las fiestas no son lo mío...-Me miró algo decepcionado-Tal vez otro día-Dije mientras besaba su mejilla, sonrió y me besó en los labios.

-Entonces tampoco iré.

-No, no, puedes ir, diviértete, estaré bien, lo prometo...

-No, no quiero dejarte sola, si no vas, no voy ¿Okey? Iré a tu casa a las siete, llevaré películas y comida-Volvió a besarme y se retiró, a veces me preguntaba como alguien tan lindo y adorable pudo haber acabado conmigo.

Salí del colegio, el cielo amenazaba con vomitar lluvia sobre mí. Me puse mi capucha y seguía caminando presurosa.
Mientras iba por las calles empedradas, tuve la sensación de ser perseguida, caminé más rápido. Cuando veo mi casa a pocos metros una honda de alivio me relaja.
Tan pronto como suspiro, una mano tosca tapa mi boca y me toma del estómago, siento un dolor leve por la cicatriz que no ha mejorado por completo, intento defenderme hasta que ambos estamos detrás de un árbol, el hombre me suelta y me giro para ver su rostro, unos ojos verdes miran directo a mis azules y abro la boca sorprendida.

-¿Tedd?-Digo, con la esperanza de que no sea un sueño. Enseguida lo abrazo con fuerza, sintiéndolo tan real que mi corazón salta de alegría. Me aparto y su rostro se ensombrece.

El secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora