Me levantó sudorosa, no había podido dormir desde que Tedd y Kendall se habían ido, me sentía realmente vacía, realmente mal, estaba hecha una mierda y con nada mejoraba. Sal y Pimienta estaban a mi lado, tan adorables y pacíficos. Pensaba que dormir con ellos me ayudaría a dormir, pero me equivoqué, esta noche nada me haría dormir, era seguro.
Comencé a recordar el rostro de Kendall, lo cual era raro, ya que no tenía razones para recordar su rostro, ¿Por qué lo haría? Necesitaba distraerme, porque en verdad esto me estaba afectando demasiado. Iker no me había llamado, era raro eso de él, ni siquiera había un mensaje de él en mi tablero, no había rastro alguno. Supongo que ya ha reaccionado y me ha dejado de querer, y si es así, qué bueno, porque ya no puedo seguir con la culpa de el dolor que le debí de haber causado cuando lo saqué de mi departamento, ahora me siento el doble de mal. Demonios. De verdad que ya no puedo con esto. Tecleo en mi celular, suelto un suspiro de alivia cuando Tedd descuelga de inmediato.
—Hola—Dice en la otra línea y bosteza.
—¿Ya llegaron?
—Vamos de camino al hotel, estamos en un taxi.
—Ah—Recordé la escena de cuando amarré varias sábanas y bajé el edificio aferrándome al poco agarre que brindaban las orillas de los ladrillos que sobresalían de las paredes—¿Me recordarán?
—Creo que creaste buenas historias aquí.
—Solo quería saber si llegaron bien.
—De maravilla, te llamo más tarde, tal vez dentro de unas cinco o seis horas, ¿Está bien?
—Bien.
Cuelgo y me tomo el cabello por la frustración. Será una noche malditamente larga.
Kendall
El cuello me tronaba por cada movimiento que hacía, Tedd, Tamara y sus hijos me habían abandonado, ahora tenía que alcanzarlos para poder hospedarnos en el mismo hotel. No miento, me caga la idea de viajar, pero me caga más hacerlo por alguien que no me agrada. No es que el tipo fuera malo, era buena bestia a decir verdad, pero simplemente no congeniábamos en lo absoluto, para mis padres eran él y Tedd. Lo entendía por Tedd, es el pequeño, pero Ephraim ¿Él que se supone que era? Primo hermano nuestro, pero ¿Por qué diablos era él más importante que él hijo mayor de la familia? Quiero decir, no es que no me dieran atención, pero sin duda a él le daban más.
No demostré mi descontento hasta que, una vez, en mi décimo cumpleaños, cancelaron mi fiesta de cumpleaños todo porque el bebé quería un cochecito nuevo. Recuerdo haberle lanzado una piedra a la nariz cuando habían vuelto de traerle su regalo, y bueno, debo decir que después de ese cumpleaños de mierda y miserable, no quise festejar uno más jamás.
Pero para ser sincero, esas eran niñerías. El problema empezó cuando invité a mi casa a mi primera novia, y me terminó porque se había enamorado de mi "Hermano", ¡Hermano mis pelotas! La saqué a patadas de mi casa y cuando la volví a ver, estaba coqueteándole descaradamente a Ephraim. Él nunca le hizo caso porque en ese momento él salía con Tamara, ¿Adivinen quién estaba enamorado de Tamara? Tedd. Y bueno, esa fue la gota que derramó el vaso, porque recuerdo haber ido hasta él a plantarle un buen puñetazo en la cara. Después de eso no volví a saber de él, ni de Tedd, ni de mis padres. Me había ido a vivir solo, lo cual no hizo mucha diferencia, me sentía siempre solo de todos modos.
Cuando llegamos al hotel, me fui a mi propio departamento y dejé a Tedd a cargo de todo, porque ese era el trato para que yo viniera, pero de cualquier modo, yo no lo estaba disfrutando. Caí agotado en la cama, ya casi amanecía, entonces ya casi tenía que volver a verlo, y yo no quería verlo con una mierda, yo quería estar en otro lado, menos en este, tal vez fumando y tatuando a Iker o estar comiendo pizza con Lexa, no sé, otra cosa que no sea ver a ese miserable a la cara.
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El secuestro
Roman pour Adolescents-No puedo dejarte ir-Me dijo con la voz entrecortada-Un secuestrador no puede liberar a su víctima. Un secuestrador no puede dejarla ir-Una lágrima corrió por su mejilla, me miró directo a los ojos y tomó mi rostro entre sus manos-Tú secuestraste mí...