Capítulo 3: Hey, hermano.

2.9K 240 175
                                    

RECOMENDACIÓN AL LEER: Al llegar a la parte de la canción, les recomiendo escuchar el tema mencionado mientras leen, ¡les prometo que se sentirán como dentro de la historia!

¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸

Yuu había encontrado un montón de CDs, y con 'un montón' no exageraba en lo más mínimo; en el cajón de abajo había más y más de ellos. Sus ojos se iluminaron con la alegría de un niño, puesto que la última vez que había visto uno de ellos fue justamente en esos tiempos.

Mika se acercó con rapidez al escuchar su tono emocionado, y al ver aquellos objetos quedó estático en el lugar, mirándolos con suma atención.

- Yuu-chan -musitó, abriendo los ojos como dos bolas.

- ¡Lo sé, es genial! Jamás hubiera creído que esos aguafiestas tendrían algo así guardado. ¿Habrá algo para reproducirlos? -Se levantó sin siquiera sacudirse el trasero y comenzó a buscar por los alrededores algo que le sirviera.

El vampiro se agachó para tomar uno de los CD, mirándolo con curiosidad. Hacía tanto no veía uno, que casi había olvidado cómo lucían. Aquél que tenía entre sus manos era negro, con la figura de un hombre y unas grandes letras blancas que decían True. Bajó la mirada para leer la palabra que había debajo y que era muy pequeña a diferencia de la anterior.

- A-.. ¿Avicii? -pronunció asegurándose de decirlo lo más bien posible como si su amigo supiese la manera correcta y le fuera a corregir.

- ¡SÍ! -exclamó victorioso Yuu, levantando en su diestra un reproductor de CD lleno de polvo-. Ya estamos, Mika. Ahora... ¿a dónde hay un..., ah, aquí, ya encontré. Ven, dámelo. -pidió ansioso. El rubio se lo entregó.

¡Por fin, música! Había pasado largo tiempo sin siquiera oír una melodía. Sin embargo, lo más emocionante era que aquellos discos habían sobrevivido a la catástrofe, siendo varios de ellos muy viejos para la época en que vivían.

Yuichiro, ansioso, tocó de los botones por intuición antes que por conocimiento, hasta que logró insertar el disco. No obstante, nada pasó, así que volvió a tocarlos sin mucho cuidado, saltándose sin querer un par de canciones hasta que comenzó a sonar.

Oye hermano, hay un camino sin fin por recorrer.

Oye hermana, sabes que el agua es dulce pero la sangre es más espesa.

Oh, si el cielo llegase a caer,

por ti, no hay nada en éste mundo que no pueda llegar a hacer.

Yuu lanzó una risa emocionada al escuchar la voz del cantante.

- No puedo creer que funcione ¡Ahora sí dan ganas de limpiar! -exclamó tomando la escoba nuevamente.

- ¿En serio? -preguntó Mikaela con ironía.

- Bueno..., no tanto, pero es genial. Cállate.

Quizás era verdad que no le daba ganas de limpiar, pero ambos volvieron a su labor con más ánimo, limpiando al son de la música que, poco a poco y con alegría, comenzaba a llenar el salón.

Oye hermano, ¿aún sigues creyendo en los demás?

Oye hermana, ¿me pregunto si aún crees en el amor?

Oh, si el cielo llegase a caer,

por ti, no hay nada en éste mundo que no pueda llegar a hacer.

La única esperanza. [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora