La única esperanza. [MikaYuu]

¿Segunda Temporada? + Especial Interludio: "Verde Esperanza".

¡Holaaaaaa! Hace ya tiempillo que no me pasaba por acá, y es que tengo novedades. Me encontré con más de 10.7K cuando entré y me quedé como KEJESTO OMG, por lo que quiero agradecer con todo mi kokoro a cada lector, incluso a los fantasmas (yo soy igual, no los culpo). AHORA LO IMPACTANTE, bueno tampoco así, pero la cosa es que he estado teniendo ideas de cómo sería y terminaría la segunda temporada si esto siguiera. A lo que voy, ¿creen que deba haber segunda temporada? En ella se cerrarían todos los temas y conflictos, y el final sería 100% cerrado no fake (?

Recuerden que Yuu quedó como un híbrido y que Guren está poseído terriblemente por Mahiru. La segunda temporada básicamente consistiría en cómo influye el nuevo estado de Yuu en su vida, y contendrá nuevos escenarios como el colegio entre otros. Igual, no se preocupen que tampoco perderá la esencia de lo que es el fic o Owari no Seraph en sí. Habrá mucho drama, muchos feels, romance (vamos, que ya no tendremos la cosa de "me quiere o no") y bueno, ya saben, todas mis ganas. 

Así que bueno, les dejo algo así como un interludio entre el final de éste fic y lo que sería la segunda temporada si así lo quieren. 

¡Tengan linda lectura!

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La tarde parecía, quizás, un poco más calmada de lo usual. Las cortinas blancas de la habitación se movían al compás de un suave viento que danzaba con ellas, y dentro de aquel cuarto, dos muchachos; uno de ellos rubio, y el otro con el cabello negro azabache. Ambos, acostados a su manera, miraban al techo con una sonrisa torpe, mientras sus manos estiradas hacia el cielo competían por cual llegaba más alto.

El recién cumplido, ya con diecisiete años, soltó una risa al ver que sin esfuerzo superaba a su novio.

— ¡Gané! —dijo Yuichiro sonriendo triunfante—. Toma eso.

Mikaela bajó su brazo, blanqueando los ojos graciosamente.

— No se vale.

— Sí se vale.

— Ahora mides más que yo, es obvio que ganarías.

— ¿Entonces jugaste por el arte de perder?

Decir aquello hizo que se ganara un almohadazo en la cara. Yuu volvió a reír.

Aun así, dando un suspiro agotado, se giró hasta quedar enfrentado al vampiro, y de esa manera le dedicó una sonrisilla. Se sentía cansado, pero se debía a que había estado haciendo de todo por su cumpleaños. Así como él le había hecho un recorrido a Mika cuando cumplió 17, éste hizo algo similar con todas las cosas que sabía que le gustaban. Había sido un gran día, y había comido un montón a pesar de que casi todo le caía bastante mal al estómago al ser un... seradempiro, como solía decirle a su nueva condición.

Sin embargo, aún no sentía necesidad alguna de sangre, pero sí de sus preciados Nuggets de pollo — por cierto se había devorado todos los que había en la mesa—. Fue algo nuevo y extraño tener que lidiar con tantos cambios repentinos en su cuerpo, y es que no era para nada parecido a la pubertad, ¿o sí? Con sus nuevos colmillos, procuraba no perforarse el labio cada vez que cerrara la boca, y se acostumbró a duras penas y a semanas enteras de no poder hablar bien por la manera en que le dolía. También estuvo lo asombroso e inquietante que era poder escuchar tan perfecto incluso a una gran distancia.

A pesar de todo, y de que Mika no lucía muy feliz con ello, Yuu trataba de llevar lo que era con tranquilidad, y no alterarse negativamente para nada. Podría con eso, sólo debía ser un poco más cuidadoso en cuanto a su fuerza —con la cual se sentía orgulloso porque sabía que ahora así podría patearle el trasero a Guren—, y respecto a las cosas que sí podía comer sin morir en el intento.