Capítulo 18 PRIMERA PARTE: El representante de Arcangel

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— ¡Yuu-san —gritó la muchacha de cabello lila, corriendo por enfrente de ellos como guía —, ponte en el lugar de Mika!

Acababan de bajarse del automóvil que los había llevado hacia allí, ahora debían apresurarse para llegar al primer establecimiento que les tocaba a su grupo.

El pelinegro la miró con un dejo de sorpresa, mas avanzó con rapidez hasta quedar a su lado. Allá, a donde ahora se dirigían a pie los distintos equipos, era un antiguo edificio en el cual sabían que estarían los vampiros que primero habían llegado.

El escuadrón de Guren y otros tres más se habían ido hacia el lado contrario, diciéndoles que se encontrarían en el centro de la ciudad. Mientras tanto, debían acabar con los pequeños grupos de chupa-sangres que se encontraban merodeando. Sería fácil; habían entrenado para la perfección, los errores no estaban en lo absoluto permitidos.

Yuichiro desenfundó su espada poniéndose en guardia apenas entraron en aquel viejo lugar. Observó su alrededor abandonado y polvoriento, la manera en que la mugre tapaba el brillo de los colores de las cerámicas o adornos que alguna vez fueron estrenados con orgullo y que, en estos días, estaban sin nadie que los cuidase.

Shinoa le miraba por el rabillo, y le golpeó con suavidad con su codo al verlo distraerse por un momento. Él, al recibir el aviso, llevó su mirada hacia la de ella y le sonrió con seguridad para enseguida llevarla hacia adelante. Avanzaban ahora con lentitud, atentos, con los oídos tratando de captar cualquier sonido. Y entonces, una explosión se escuchó a varios metros delante de ellos, trayendo consigo, después de un momento, un montón de tierra y escombros que se alzaron por el aire.

Los ojos de la líder se abrieron con temor y con su brazo derecho deteniendo el paso del más alto ordenó que retrocedieran.

— ¡A alguien están atacando! —le gritó Yuichiro negándose a volver hacia atrás.

Éste enmarcó los ojos para poder ver lo que había detrás del polvo, y divisó una ligera sombra moviéndose entre ella. Sin esperar un segundo, se puso en su posición alertando automáticamente a sus compañeros que hicieron lo mismo.

La figura masculina del vampiro se hizo clara, y debajo de su capucha, hizo una mueca al ver a aquellos mocosos preparados para atacarle. Pero él no estaba sólo, sino que cuatro hombres más se dieron a conocer.

"Son cinco..." pensó Shinoa viendo que ellos sin Mika y Yoichi quedaban más desprotegidos. Tomó su guadaña con fuerza, esperando a que ellos se acercaran, y apenas los vio en el lugar indicado, golpeó el suelo ágilmente con su arma en señal de que atacarían de la manera en que habían practicado cuando se trataba de un grupo de enemigos. Todos salieron corriendo sin esperar ni un segundo más; Shinoa y Kimizuki dirigiéndose hacia la izquierda, y Yuichiro y Mitsuba hacia el lado contrario para acorralarlos. La velocidad con la que se movieron despistó por un momento a los de vestimenta blanca, pero no por mucho tiempo, pues alcanzaron sin problema alguno a recibir los distintos ataques.

Un lío de armas que se golpeaban entre ellas era lo único que se escuchaba, hasta que el de anteojos fue el primero en acabar con uno de ellos, logrando que se desvaneciera al instante. Esto, como consecuencia automática, distrajo a uno de los compañeros del asesinado, logrando ser acabado de la misma manera, ésta vez por Yuichiro. Otros dos fueron asesinados por Shinoa y el restante por la rubia que, al acabar, limpió el sudor de su frente con su guante negro. Seguido de esto, se volteó hacia el de ojos verdes y le dio una cachetada con el enojo pintado en su cara.

— ¿¡Qué no ves que quién da las órdenes es ella!? —comenzó a gritarle con indignación— ¡No intentes hacer las cosas por ti mismo, tonto-Yuu! Además —agregó mirando a su alrededor — ¿dónde se ha metido Mika? Se supone que él será nuestra llave maestra.

La única esperanza. [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora