Especial Nº 2: La idea de Shinoa

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Bueno, ha llegado a ustedes el segundo especial, pedido por  lovelessxxx acerca de cuándo y cómo rayos fue que dieron su primer beso francés. SÍ, ASÍ ES. SALSEEOOOOOOOO (? Ya, me calmo. La realidad es que cuando Alex (osea yo) sabe que no podrá publicar a tiempo la continuación, es entonces cuando decide compensar con especiales pedidos por ustedes. So, yes; si ustedes quieren que escriba sobre algo ¡pueden dejarlo en los comentarios!

Ahora sin más, disfruten de la lectura ♥ 

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Eventualmente en una relación, llega un momento en el que tú y tu pareja están allí sentados, sin nada interesante que hacer y deciden probar otros tipos de besos. Yuu y Mikaela habían llegado a esa etapa, y como no tenían nada que hacer —pues más que acosar a Guren ya no podían—, simplemente se decidieron por probar cosas nuevas.

No es como si alguno de ellos hubiera dicho: "¡Oh, sí! ¡Sentémonos y probemos nuevas formas de besarnos!", porque claramente eso fue lo último que pasó, y menos con la actitud aún algo retraída por parte de ambos.

— Adoro tu cara —comentó Yuu riendo, sentado con las piernas cruzadas enfrente de él que también mantenía la misma pose—. Además..., ¿no te pasa que cuando te acercas demasiado, se te cruza la vista?

— Sí, un poco. Te ves deforme.

El pelinegro volvió a reír, intentando besarle de nuevo, mas cuando estuvo a centímetros de su boca, estalló en una carcajada por tercera vez consecutiva. Mikaela blanqueó los ojos, sonriendo inevitablemente por aquella actitud tan infantil y dulce del menor.

— ¡Perdón, perdón! Es que no puedo tomármelo en serio —dijo aún sin parar.

— Bésame o me voy.

— Vete. ¡NO, NO, MENTIRA, NO TE VAYAS! —le gritó tomándole del brazo para que el rubio se volviera a sentar—. No seas amargado.

— Yuu-chan, hace diez minutos que estamos tratando de besarnos, pero no dejas de reírte cada vez.

— ¡Pero es que me hace gracia!

Mikaela se inclinó hacia un costado para tomar de una almohada y así poder darle un golpe de lleno en la cara.

— Tonto —dijo riendo por lo bajo.

— Ya, lo siento...

Yuichiro sonrió avergonzado, mirando con pena la colcha color crema debajo de sus piernas. Debía admitirlo; se ponía tremendamente nervioso cuando hacían ese tipo de cosas, y no porque no le gustara, por el contario, le parecía increíble, pero no podía evitar sentirse de esa manera. Era extraño, y nuevo, y eso lo sabía muy bien. Pero también sabía que a Mika le pasaba lo mismo, y sin embargo allí estaba él, comportándose maduro y afrontando sus emociones sin miedo ni dudas aparentes.

Al alzar la vista, se encontró con la tierna mirada del otro que contemplaba en silencio su rostro, y se sintió seguro de sí mismo. Mika le transmitía paz, tanta paz que un segundo a solas con él, se volvía una eternidad en el paraíso. Sólo bastaba su presencia para sentir cómo cualquier problema se volvía chiquito, insignificante ante su compañía.

De pronto, sintió la mano del mayor tomándole suave del mentón, para entonces poder unir sus labios en un dulce beso que pronto se convirtieron en muchos más. En un montón de pequeños y delicados besos con los cuales sus labios apenas se tocaban en cálidos pero estremecedores roces. 

La única esperanza. [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora