Capítulo 7

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Mis ojos se abrían pesada y lentamente. Mi vista se estaba aclarando. Todos mis sentidos se recomponían. Notaba cada parte de mi cuerpo, todas mis magulladuras. Pero sobretodo notaba un fuerte y agudo dolor en la muñeca derecha y en el cuello. Me desperté.

Me encontraba tumbada. Estaba sobre una cama bastante cómoda. Espontáneamente, moví un poco mis piernas y me incorporé. El suave tacto de las sábanas hacía que me sintiera algo mejor frente al fuerte dolor que me acompañaba.

No había sido una pesadilla, de otra manera, no estaría allí.

Pude ver como unos goteros se adentraban en mí. Recordando lo que había pasado, palpé mi cuello con la mano izquierda, ya que la otra se encontraba vendada de arriba a bajo. También tenía una especie de apósito en el cuello, pero éste no era tan grande. Supuse que después de todo no había muerto.

-Lo siento, ha sido todo mi culpa.-Escuché y di un doloroso respingo del susto. Me di la vuelta como pude para poder ver la a la persona que me había hablado.

Era Amanda. Se encontraba de pie al fondo de la estancia y dejando mostrar algunos cortes en su rostro.

-Amanda, ¿cómo estás?.-Dije aliviada y un tanto dudosa. Una sucia neblina me tapaba los recuerdos.

-Tranquila, no te preocupes por mí, estoy bien. Conseguí salir de aquel horrible lugar.-Susurró cerrando los ojos.

-Pero.. ¿cómo? No sé...

-Supongo que yo no era importante y el listo de Hugo se olvidó de mi. Huí como pude y conseguí llegar hasta aquí.

¿Aquí?¿Dónde estaba?

-Supongo que ahora mismo te estarás preguntando qué ha pasado, cómo has llegado hasta aquí, dónde estás....-Dijo acercándose a mí al ver mi expresión de confusión.

Asentí. Pareció arrepentirse

-Deberías descansar. Has estado expuesta a mucho peligro últimamente.

-No. Necesito saber qué está pasando. Todo el mundo dice cosas incoherentes y sin sentido, nadie me aclara nada. Me parece que me merezco saber que es lo que pasa de una vez por todas.-Dije expresando mis ansias por saber la verdad y de una manera no muy calmada.

-Bien, llamaré a Garl.

-¿A la directora?¿A tu madre para qué?.- Dije alterada recordando las veces que había tenido que tratar con ella. Digamos que mis comportamientos a veces eran descubiertos, y no por eso era premiada.

-Lo descubrirás en un momento. Lo siento, yo no puedo revelarte nada, es un secreto que no me corresponde contar.

Se marchó. Estaba sola de nuevo. ¿Por qué tanto secreto?¿Por qué no me lo decían ya y acababan con mis intrigas?

No podía hacer otra cosa, con lo que me quedé ahí esperando impacientemente a la directora Garl, que, por si no lo había mencionado antes, también era la madre de mi pesada compañera Amanda. La cual me estaba haciendo pensar que su verdadera forma de ser estaba bastante bien ocultada bajo esta fachada de joven chismosa.

Me fijé en mi alrededor. Me encontraba en una habitación espaciosa. A mi lado derecho se alzaba un gran ventanal que dejaba pasar toda la luz que las cortinas permitían. Éstas, a su vez, hacían que fuera imposible poder observar el exterior, algo que no me agradó demasiado porque podría haberme servido de entretenimiento frente a la impaciente y odiosa espera. Al costado izquierdo había una pequeña mesa de madera y sobre ella una lámpara de vinilo del color de las cortinas, beige. Exceptuando la cama, y la mesilla, la sala carecía de cualquier mueble, se sentía vacía.

Full Moon®  #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora