Capítulo 47

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I'M BACK!! Disfrutad!!!

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La idea de casarme me había abofeteado en la cara por sorpresa, y ella se había convertido en un sentimiento de terror en pocos segundos. La confusión y la furia me habían invadido por completo.

-Ya está decidido, acabo de firmar el acuerdo.-Dijo Atara sonriente y con una pizca de maldad.

-¿Y yo no tengo nada que ver al respecto?

-¿Acaso no has visto que no?-Preguntó enarcando la ceja derecha.

-No pienso casarme, y menos con alguno de tus asquerosos amigos. Si todos son como tú, no tardará en querer cortarme las venas mientras duermo.-Repliqué indignada.

-Yo nunca haría eso. Preferiría hacerlo mientras estás despierta.-Contestó mofándose de la situación.-Pero te casarás si esa es mi voluntad y no se hable más.

-¿Es incluso legal?-Le grité.-Ni siquiera soy mayor de edad.

-Tranquila, me consta que tu prometido tampoco.-Rió.-Pero eso es algo que no supone ningún obstáculo. Ahora bien, déjate de dramáticas caras y empieza a asimilarlo, harás esto tanto si quieres como si no. Además, puedes verlo como una oportunidad para encontrar el amor.

Mis postura adoptó una posición amenazadora.

-¡Oh cariño!¿No pensarás acaso que ya habías encontrado el amor?

No quise decir nada, pero ella sabía lo que estaba pensado.

-Niko es un hombre prometido, una unión acordada desde su infancia. Su destino siempre ha sido, es y será casarse con Netphentes, y ni tú ni nadie puede hacer nada al respecto.-Explicó.

-Te odio.-Gruñí.

-Lo sé querida, pero intento cambiar eso. Después de intercambiar anillos con el hijo del señor Campbell, y estoy segura de que será tan atractivo como él, me lo querrás agradecer.

Sus manos se acercaron a mi persona y me agarró de los mofletes. Tuve en ese momento la sensación angustiosa de que me iba a caer al suelo. Fuera lo que fuere lo que había bebido, me había afectado fuertemente, y a eso se le sumaba la gran noticia. O igual la angustia tan solo venía del hecho de que Atara me estaba tocando.

-Olvídate de Niko, un compromiso es inquebrantable según las leyes de nuestro mundo. Es castigado con la muerte si se rompe y no creo que eso sea lo que quieres.-Dijo seria y tratando de entrar en mis pensamientos.

-Eso no es cierto.-Susurré rezando que mis palabras fueran verdad.

-No cielo. Los vampiros entienden que esa es una promesa de por vida, y jamás se puede romper. Es por esa razón que huir no es una opción.

-Pero...-Traté de decir algo que tuviera sentido, pero aquel enunciado me había dejado perpleja. Nerviosa. Asustada. Enfadada.

-Sé que estás confusa, pero debes reaccionar. Niko siempre lo supo y no dijo nada, ahora tienes la oportunidad de ser feliz lejos de él y con otro hombre, uno que con suerte, te querrá de verdad. Niko está atado a una mujer, y no eres tú, así que abre los ojos y ciérrale las puertas de tu corazón para abrírselas a alguien nuevo.

Aquella información supo confundirme los sentidos. Si los compromisos no se podían fracturar, ¿qué pretendía Niko conmigo? Él debía saber que nunca podría separarse de Nephentes, y aún así me hizo pensar que tendríamos un futuro juntos. Sentí en ese instante que mi corazón había sido traicionado. Todo lo que me había dicho, todo lo que me había hecho creer, todo él se levantaba sobre unos cimientos que parecían ser falsos. Una vez más, el chico de los ojos negros había logrado hacer lo que nadie había hecho antes, generarme falsas esperanzas, falsas ilusiones. Niko jamás podría librarse de su cometido. Advertí que mi cuerpo volvía a enfriarse cuando me di cuenta de que, en adición, yo tampoco podría separarme de mi destino.

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