-No me lo impedirás.-Dije.-No te entiendo.-Expresó cruzando los brazos frente a mi persona realizando un gesto de oposición.
-Yo tampoco.-Le confesé tratando de calmar los nervios que en ese momento afloraban en mi interior.-Pero debo hacerlo.
-Paula, no solo te he sacado de allí porque esté Niko.-Dijo agarrándome del brazo y frenando mi intento de volver a palacio.-¿Acaso no has escuchado la parte en la que mencionaba que algunos miembros del clan están en el castillo?
-¡Claro! Por eso quiero ir.-Me expliqué.-Mira esto no solo se trata de Niko, mi madre está allí, Azael está allí, el grupo entero, debo ir. Debemos ir. No podemos dejarlos solos.
-Pero mírate.-Exclamó indignada señalando mi cuerpo.-Estás hecha...estás fatal. Te matarán.
Y era verdad. Jamás me había sentido tan desorientada y aturdida como aquella vez, pero jamás había sentido que tenía a alguien por quien orientarme.
-No voy a quedarme aquí esperando a que esto acabe. No estoy en las condiciones idóneas para salir allí y enfrentarme a quien sea que esté en mi casa, pero créeme, morir no es un mal destino si no es en vano, además, ya estoy cortejando a la muerte.
-Paula...-Susurró.
-Voy a ir.-Afirmé decidida.
¿Qué pasaba con la luchadora Amanda que había descubierto meses atrás?
-No puedes ir sola.-Dijo negando con la cabeza.
-Genial.-Dije.-Entonces asumo que vendrás conmigo.
La esquivé y comencé a caminar rápido hacia mi objetivo con la esperanza de que me siguiera. Noté lo incómodos que eran los zapatos de tacón y me decidí a desprenderme de ellos lanzándolos con fuerza hacia los matojos que habían a mi alrededor. En ese momento la gravedad quiso ponerme a prueba e hizo que mi estabilidad se viera afectada provocando que mis piernas perdieran el equilibrio. Traté de no aterrizar sobre el suelo, pero el vestido que aún me recubría el cuerpo era tan ajustado que no pude evitar darme de bruces contra la abrupta vegetación. Solté una palabrota en voz baja.
Amanda corrió hacia mí y me tendió una mano para ayudarme.
-Gracias.-Dije a regañadientes.
-De verdad que necesito que te quedes aquí.-Expresó conteniéndose de algo. Parecía molestarle el pedirme aquello.
-Pues no lo haré.-Dije con rabia limpiándome el barro de la cara.
Sentí un agobio cando noté que era imposible moverme en aquel acoplado vestido. Con fuerza arranqué la parte de bajo de él liberándome de aquel sofoco. Parecía una vagabunda vestida con un trapo que apenas me llegaba a las rodillas, pero no me preocupaba demasiado, me desharía de él pronto.
Decida, comencé a caminar de nuevo. Oí como Amanda maldecía en voz baja. Segundos después, escuché unos pasos acercarse a mí y me alcanzó.
-Estás como una puta cabra.-Dijo sonriendo y uniéndose a mí.
Pude percatarme de que algo había cambiado en su mirada. Sospeché entonces que cumplía órdenes.
-¿Quién te ha obligado a retenerme aquí?-Pregunté levantando una ceja.
-Nuestras madres.-Dijo moviendo la cabeza.-Menos mal que no me has hecho caso, porque no me aguantaba más.
-Tampoco has insistido mucho.-Expresé levantando las comisuras de mi boca.
-Lo suficiente.-Se excusó.-Quiero patear culos.
Su cara se había iluminado al saber que nos dirigíamos hacia una probable muerte, la mía sin embargo estaba en otro mundo tratando de descifrar de qué manera arreglaría todo ese caos.
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Full Moon® #PGP2023
VampirgeschichtenPaula es una estudiante metomentodo empeñada en conseguir un solo objetivo: obtener algo provechoso e interesante en la mísera vida que la ha acompañado desde que fue declarada huérfana. Por su dichosa actitud impulsiva, en una sola noche cambia su...