Bien, dos cosas podía hacer en ese momento, podía echarme a reir hasta que mis ojos fueran expulsados de sus órbitas y mis pulmones no pudieran más, o soltarle un guantazo en toda su cara bonita y quitarle la tontería que llevaba encima.Aún inmersa en el debate que se estaba realizando en mi cabeza por lo que debería hacer, Niko me interrumpió y, por sorpresa, me agarró del brazo llevándome abruptamente hacia otra estancia en la que la oscuridad lo dominaba todo.
-¿Podrías ser menos brusco?.-Grité cuando por fin me soltó de su agarre mientras lanzaba puñetazos al aire sin ver nada.
-Podría.-Dijo él.
Al instante unos dedos se entrelazaron velozmente con los mios y un impulso hizo que mi cuerpo se sentara en una especie de silla no muy cómoda. Una ráfaga de ligero miedo se instaló en mí.
-Tengo que contarte una cosa.-dijo a la par que encendía una pequeña lámpara.-debes saberlo.
-¿Y por qué aquí?-dije quejándome.
-Es mi habitación. Así no puede enterarse nadie más.-dijo guiñándome un ojo.
La habitación, ahora iluminada, era más grande de lo que imaginaba. Las paredes eran de un color azul marino parecido al tinte que adquiría el cielo estrellado cuando caía la noche. En medio, y de madera, había una cama de matrimonio con sábanas que conjuntaban a la perfección con los tonos de la habitación. Y acompañando las grandes y oscuras paredes, algunos cuadros lucían sus encantos con magníficos paisajes.
-Si ahora es el momento cuando me dices que me amas y todo eso, ahórratelo.-dije riéndome pensando que todo aquello era una broma.
-He estado ocultando algo, algo que podría hacer que en cualquier momento nuestras vidas acabaran, sobretodo la tuya.-dijo seriamente.
No hay palabras para describir de manera correcta mi sorpresa y confusión en aquel momento. Me quedé de piedra y se me aceleró el corazón eliminando cualquier comentario irónico que pudiera salir por mis labios. Algo me decía que era verdad, y no me gustaba ni un pelo. Me quedé sin habla y simplemente me dediqué a esperar a que prosiguiera.
-Todas esas veces en las que te decía que eras más de lo que pensabas, era verdad. Lo creas o no, eres especial princesa.
-Nunca lo he dudado, soy genial.-dije sin darme cuenta. El me dirigió una mirada asesina.
-Lo digo en serio. Al principio, todo empezó porque Hugo topó contigo y con tu amiga Amanda la Luna llena del 20 de enero. Como recordarás, descubrimos que la cazadora eras tú y no ella y te llevamos a la torre de Atara, nuestra mentora.
-¿La torre de Atara?¿Vuestra mentora?.-interrumpí.
-Dios, ¿me puedes dejar seguir con la historia? La torre de Atara es un santuario para aquellos que desean acabar con las vidas de los cazadores. Atara es nuestra mentora, está reclutando a jóvenes inexpertos e insensatos para crear un ejército. Un ejército en el que algunos vampiros como Hugo y yo, enseñamos a principiantes, "chiquillos", "novatos" a pelear como es debido.-juraría que mi corazón se detuvo...si es que aún palpitaba. Y algo bastante retorcido y enredado apareció en mi mente. ¿Jóvenes inexpertos e insensatos?¿¡Principiantes?! Dios ellos eran...
-No..no puede ser. Los alumnos que desaparecen del internado...son ellos,¿verdad?.-me cubrí la boca con la mano y una expresión de terror apareció en mi rostro. En contra de lo que realmente quería, Niko asintió. Tragué saliva y emití un grito ahogado. Monstruos.
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Full Moon® #PGP2023
VampiroPaula es una estudiante metomentodo empeñada en conseguir un solo objetivo: obtener algo provechoso e interesante en la mísera vida que la ha acompañado desde que fue declarada huérfana. Por su dichosa actitud impulsiva, en una sola noche cambia su...