Full Moon® #PGP2023

Capítulo 23

Tan solo era posible ver de su persona una cabeza gacha con el pelo desordenado que creaba salvajes rizos oscuros abombando su estrecho cuello.

Sin percatarse de nuestra presencia, cerró la puerta después de entrar y dejó las llaves sobre la encimera con el ánimo por los suelos. Mi corazón dio un vuelco sin saber cómo reaccionar cuando lentamente comenzó a darse la vuelta. No estaba preparada. La confusión me nublaba y no me dejaba pensar con claridad.

Una parte de mí, mi yo del pasado, quería correr a él, abrazarlo y decirle que estaba viva y que podíamos vivir como una familia, quería sentirme como antes, quería que me llamara princesa, y que me repitiera todas las veces que quisiera la dichosa frase de la naturaleza, quería que volviera a ser mi padre.
Desgraciadamente, y a mi pesar, esa Paula ya no existía. Y él había sido una de las razones de su desaparición.

Me crucé de brazos y aclaré mi garganta con el objetivo de hacer el suficiente ruido como para despertar su atención. Acto seguido vi como Beth miraba a nuestro padre mientras él giraba su cabeza hacia nosotros vagamente.
Al instante, sus ojos aterrizaron velozmente sobre los míos abriéndose como platos y helándose por completo. Dejó caer la bolsa que llevaba colgada al hombro y se acercó a mí sin apartar la vista de mis ojos ni un segundo. Pareció dudar, el aturdimiento en su mirada era de gran tamaño y su rostro irradiaba temor y confusión por cada poro que contenía. Tomándome desapercibida, me estrujó la cara aplastando mis grandes mofletes y seguramente haciendo que pareciera un pez ahogándose en aire. Sin pensarlo dos veces, me engulló en un abrazo asfixiante y me sostuvo con fuerza, con tanta, que pensaba que me haría polvo en ese mismo momento. Su aroma hizo que miles de recuerdos de infancia acudieran a mi mente abofeteándome los grandes muros de mi corazón y haciendo bajar mis defensas. Pero no, no podía hacer eso.

Como él, tampoco dudé en hacer lo que hice. Agarré sus brazos con la misma fuerza y lo sostuve firmemente para apartarlo de mí dando un paso atrás y separándome de él. Era demasiado lo que me había hecho pasar, no podía olvidarme tan fácilmente. Su mirada aturdida me recorrió de arriba abajo sin apartarme de sus ojos y demostrando una gran confusión.

-¿Q-qué?¿Cómo estás.....?-nunca lo había visto tan nervioso. Su frente había empezado a sudar de manera asquerosamente incontrolable y ni siquiera le era posible formular una frase coherente.

-¿Viva?-interrumpí con frialdad.
Por mucho que me doliera, y me dolía, no podía darle el gusto del perdón, no por ahora.

-Esto se va a poner interesante, ¿debería hacer palomitas?-dijo inapropiadamente Niko. Le dirigí una mirada asesina indicándole que cerrara el pico. Él me sonrió con suficiencia y levantó los brazos haciéndose el inocente. Dios era como un niño pequeño.

-Papá, Paula es....diferente.-dijo Beth acercándose a él mientras movía las manos nerviosamente.

-Soy todo lo que siempre has querido, enhorabuena, soy un maldito vampiro,¿me querrás ahora?-dije irónicamente. Eso debió impactarle lo suficiente como para que su cara se cayera al suelo partiéndose en pequeños y rotos pedazos.

-No es cierto.-dijo negando con la cabeza.-No lo es. Paula Victoria Queen dime la verdad.-se acercó a mí y me miró seriamente mostrando esa vena horrible de la frente que le salía cuando se enfadaba. Que usara mi nombre completo mostraba que lo que decía era muy serio, y no era una broma, pero el problema es que lo que yo decía tampoco.
Una carcajada me sacudió mis pensamientos.

-¿Paula Victoria Queen?¿En serio?-dijo Niko riéndose. Ese hombre sobrepasaba el límite de la jodida idiotez.

-¿Te podrías ir a la mierda?-grité con rabia girándome hacia él. Ese era un muy mal momento para bromear. Dios, Niko me sacaba de las casillas como nadie lo hacía y me hacía querer darle un puñetazo cada vez que habría esa pedazo de bocaza. La rabia que me hervía en el cuerpo cuando siquiera me hablaba hacía que quisiera arrancarle la cabeza de cuajo. Bueno...quizá me haya pasado.