Si la palabra no es aturdida, no sé qué palabra podría describir mi estado en aquel momento. Una mezcla de rabia y confusión se cocinaba en mí y hervían de tal manera que si aquello explotara, sería una de las erupciones más catastróficas de la historia. ¿Quién era Niko para tratarme así? Nadie. ¿Por qué lo había hecho? Porque era un jodido gilipollas. Uno de los que las protagonistas de mis libros favoritos solían enamorarse porque a pesar de ser unos completos imbéciles, eran encantadores. ¿Pero quién las va a juzgar? Yo no,desde luego. Caí, como todas, ante los dorados rizos de Jace, las majestuosas alas cortadas de Patch, o hasta la cegadora luz de Daemon.
Pero mi historia, a parte de no ser un libro de ciencia ficción, era que el bombón imbécil que vivía conmigo, era un vampiro aterrador que había intentado matarme, más de una vez, y no solo eso, también me había tenido secuestrada y torturada por tan solo ser algo que ni siquiera sabía que era. Todo esto, sin olvidar que estableció una conexión conmigo ignorando completamente mi privacidad y dignidad como persona,y por retrasado quedó atrapado dentro de mi cuerpo...otro infierno del que prefiero no hablar....
Mientras me debatía en si debía ir detrás de él o no, me pasé las manos por el rostro notando como la suciedad de ellas se arrastraba por mis mejillas cubriendo todo aquello que aún quedaba limpio de la noche anterior. No me había olvidado de lo que había hecho. Un pesado nudo imposible de deshacer yacía en mi estómago por aquello. Ya había matado antes, aún recordaba la cara de "Panzón" cayendo al suelo inerte. Eso me había dolido, aún derrochaba tiempo gastando mis abundantes lágrimas en él. No sé cómo podría vivir con otra muerte más con mis manos siendo culpables, y más entonces cuando mi vida estaba patas arriba y amenazaba con ponerse aún peor.
Respiré hondo cerrando los ojos y esperando que todo mi nuevo mundo desapareciera y volviera a mi solitaria vida en los oscuros pasillos del internado. Esa vida paralela donde podía pasar desapercibida y meterme en pequeños líos para enterarme de guardados secretos. Ah, esa vida donde Amanda no paraba de hablar de chicos, la directora Garl era tan solo una amargada persona qu hacía su aburrido trabajo y Azael simplemente...era Azael. Una cálida corriente de pensamientos atravesó el mar de mis recuerdos trayéndome con ella la angustia. La angustia que sentía cuando pensaba en mis compañeros, en mi grupo. Dios, ellos no tenían ni idea de lo que había pasado, y debían saberlo cuanto antes.
En ese momento, con tantas cosas en mente y el mareo de la anterior noche, me sentía como un tiovivo dando vueltas sin cesar, menudo ciego había pillado. Arrastré mis pies por la casa con el objetivo de encontrar el baño y poder darme una ducha de esas en las que parece que te teletransportes a un mundo ideal, esas en las que tus ojos se quedan cerrados disfrutando del agua cayendo por tu cuerpo mientras el calor...
-Jovencita.-dijo una voz femenina despertándome de mis pensamientos. Me di la vuelta sobresaltada. Delante de mí tenía la belleza personificada. Pelo carbón, corto, pero no demasiado, con un remolino que hacía que su flequillo quedara un tanto desigual a ambos lados de su cabeza. Piel perfecta, joven y deslumbrante. Ojos grandes, cristalinos y llenos de vida. Y por último, una sonrisa tan perfecta y familiar que me daba escalofríos.
-Soy la madre de Beth y Niko, Verónica.-dijo estrechándome la mano.-Debes de ser la sobrina de Byron, encantada de conocerte.
-Igualmente.-dije a medida que los nervios me subían por la garganta y hacían que me atragantara. Aquella mujer hacía que me sintiera como un ratón indefenso, por muy simpática que hubiera resultado.
-Byron me ha hablando muy bien de ti, y me ha dicho que querías visitarnos por la boda. Me parece todo un detalle, no siempre nos habla de su vida anterior a la que tiene con nosotros...es un tanto...-juntó las manos y se acercó a mí.
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Full Moon® #PGP2023
VampirePaula es una estudiante metomentodo empeñada en conseguir un solo objetivo: obtener algo provechoso e interesante en la mísera vida que la ha acompañado desde que fue declarada huérfana. Por su dichosa actitud impulsiva, en una sola noche cambia su...