Capítulo 50

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Foto de Azael arriba ⬆️⬆️⬆️

Os deseo una feliz lectura ❤️ quizá haya una sorpresa 🤷🏽‍♀️.

Sus palabras aún giraban alrededor de mi cabeza recordándome el día en que dejé todo atrás. Fui consciente de que me hacía pequeña, débil, me convertía en una diminuta gota de polvo con la que el viento jugaba a su gusto.

Me llevé la mano a la frente y apoyé mi cabeza sobre ella. Por un segundo me dejé llevar por el desbordante sentimiento que surgía en mi interior. Azael había acabado así por mi culpa, no se lo merecía, y desde luego yo no me lo merecía a él.

- ¿En qué piensas?-Preguntó curioso.

Lo miré directamente a los ojos. Me costaba creer que la persona que tenía en frente fuera Azael, pero a la vez, sin serlo.

- Lo siento.-Susurré sin expresar nada más.

- ¿Qué sientes?-Volvió a cuestionar confundido después de unos segundos.

- Demasiadas cosas.-Contesté bajando la cabeza y separándome del ámbar de su mirada.

No podía dejar de pensar en que Azael, como yo, lo había perdido todo, y me era imposible evitar sentirme responsable. Si recordara quien era de verdad, querría arrancarse aquellos colmillos con sus propias manos. Azael detestaba a los vampiros, los detestaba más que cualquier persona del grupo, el odio por ellos se le plasmaba en sus pupilas cuando reconocía su esencia, y aun así, me había acompañado a Giseda. Jamás tendría que haber dejado que viniera conmigo. Jamás tendría que haber dejado que se mezclara con la oscura sangre que ahora nos recorría las venas. Jamás tendría que haber dejado que entrara en mi vida, porque era tóxica. Si tan solo supiera que fui el fuego que le hizo arder.

- Está bien sentir.-Me dijo casi en un susurro.-Pero no puedes sentir cosas que nunca estuvieron a tu alcance de cambiar.

Levanté mi mirada impactada. Creí ver en sus ojos una pizca de su verdadera esencia. De su verdadero ser. No entendía que dijera eso si no era porque se acordaba de la historia que nos había hecho caer. Un atisbo de esperanza se presentó en mis pupilas.

- ¿A qué te refieres?-Pregunté.

- Es por tu mirada. Ahí solo se ve dolor.-Dijo entrecerrando los ojos haciendo que recordara que esa misma frase ya me la había dicho. Justo cuando decidió acompañarme en un viaje del que no saldría vivo.

- ¿Tanto puedes ver en la mirada de una persona?- Cuestioné ladeando la cabeza y notando como un mechón de pelo cruzaba mi cara.

Me di cuenta de que sus afirmaciones no habían sido porque hubiera recordado. Simplemente eran palabras de una misma persona.

- Solo con mirarte a los ojos puedo darme cuenta de que has sufrido, que lo sigues haciendo.-Dijo sentándose más cerca de mí. Se acercó y me colocó aquel mechón en su lugar.-Sientes que mucho peso recae sobre tus hombros, cargas con demasiada culpa, incluso la que no deberías soportar, y eso te está superando.

Lo miré perpleja.

- ¿Có..cómo?-No sabía qué decir. Sus palabras eran algo más que ciertas, pero era como si supiera a qué me refería.

- No lo digo yo.-Dijo sonriendo quitándose importancia.-Sólo sé observar lo que muestras tú.

Me acerqué lentamente a él y dejé que me siguiera observando. No sabía por qué lo hacía, pero algo perturbador me decía que era lo correcto.

- ¿Qué más ves?-Pregunté entonces.

- Tus ojos lloran constantemente sin que caigan lágrimas de ellos, y tu sonrisa...-Dijo acariciándome los labios.-Tu sonrisa tiene cicatrices.

Full Moon®  #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora