Capítulo 18

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Tan pronto lo dije, me arrepentí de mis palabras. Su mano se despegó de la mía bruscamente y su silueta desapareció de nuevo entre la oscuridad del lugar como si nunca hubiera estado allí.

Su cara solo había sido visible para mí durante una fracción de segundo, pero estaba segura de lo que habían visto mis ojos. Era él. Lo recordaba perfectamente. Su físico no había cambiado en absoluto, la joventud no le había abandonado.

Era la persona que me había leído cuentos en la cama cuando no me podía dormir, el que había sabido calmar mis pesadillas en mitad de la noche y se había acurrucado conmigo para sentirme segura, el que me había llevado a brazos por la pradera mientras cantábamos su canción favorita, el mismo que me enseñó a amar. El mismo que me enseñó a odiar. Mi padre.

Un torbellino de emociones revoloteaba ferozmente por todo mi cuerpo. No sabía cómo reaccionar, ni que decir o hacer, me había quedado quieta, parada como una estatua.

Una angustia invadía mi interior mientras una corriente de oscuridad recorría mis venas haciéndome diminuta.

Siempre había pensado el reencuentro con mi padre, sabía que algún día llegaría, pero no pensaba que sería de este modo.

La manera en la que se apartó de mí como si fuera un insecto con garras, hizo que los recuerdos y las memorias sobre él volaran hacia el presente, ¿por qué lo hizo? Más lagrimas congeladas se escaparon de mis ojos rozando mis mofletes hasta caer formando un círculo perfecto en el suelo. Un círculo de lagrimas.

*(¿Papá?)* Gritó Niko interiormente.

Inconsciente me puse a temblar y a mirar hacia todas partes. Esto no podía estar pasando. No lo aceptaba.

Mi mente se puso a reaccionar de repente girando todos sus engranajes y tuercas y devolviéndome a la vida, haciéndome consciente de lo que aquello significaba.

-Beth....-Suspiré a falta de voz. ¿Ella era mi hermana? Beth era mi hermana. Un vampiro.

-¿Somos...?-Dijo ella mientras una lagrima caía rebelde por su cara. No terminó la frase pero yo asentí insegura.

-Esto no está pasando.-Dijo Amanda avanzando hacia nosotras histérica con las manos en la cabeza. A Azael parecía que le estuviera matando un monstruo interior. Yo tenía tanto y tan poco que decir que había atasco en mi boca y las palabras no fluían.

*(¿Mi hermana es tu hermana?)* Dijo Niko con tono amenazador queriéndome matar.

Tenía que reaccionar de una vez por todas, no podía quedarme ahí mirando como si fuera idiota. Tomé una bocanada de aire y pareció que mi cuerpo la recibió aliviado. Había estado contendiendo la respiración todo el tiempo.

-Eso no importa ahora.-Dije con la frialdad instaurada en mis ojos.

Había visto a mi padre y era lo último que pensaba que pasaría, pero mi alma se había congelado más aún de lo que anteriormente estaba.-Lo necesitamos. Lo necesito.

-Iré a buscarlo.-Dijo Beth con los ojos vidriosos.

-No.-Dije cortante. Estaba harta de ser la débil Paula que lloraba y su mundo la aplastaba cada vez.-Iré yo, ya es hora de que hablemos. Imagino que querrá ponerse al día sobre mi vida.-Paré un segundo y me marché por donde lo había oído alejarse dejando atrás la seguridad. Amanda quiso venir detrás de mí, pero no se lo permití. Azael casi me saca el brazo del sitio al no dejarme ir, pero tuve que hacerlo.

Full Moon®  #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora