Londres, 20 Marzo de 1800

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Habían pasado casi tres meses desde la última vez que había visto a Ian, y a pesar de que su ausencia la deprimía, tenía muchas ocupaciones que la distraían. Estaba atareada con sus cuatro sobrinos, y hace poco más de un mes Emily había contraído matrimonio. Debía reconocer que echaba mucho de menos a Emily, a pesar de sus personalidades tan diferentes extrañaba que anduviera revoloteando por la casa probándose vestidos y tratando de averiguar la forma de verse más atractiva, sin embargo podía verla a diario ya que Emily también la extrañaba mucho y la visitaba.
Los meses pasados sólo habían conllevado a una sola verdad, ella no estaba embarazada, cuanto lo hubiera deseado, no le hubieran importado los comentarios, podría irse al campo mientras lo estuviera pero al fin y al cabo hubiese tenido algo que le recordara a él. Pero no, había enfermado en la fecha regular, una señal clara de que no estaba en cinta.
Pensaba en eso mientras bordaba descuidadamente, estaba sola en la casa, Elizabeth y los niños visitaban a sus abuelos maternos. Había hecho y avanzado todo el trabajo y ni siquiera podía ir a visitar a Quin porque aún no regresaba del campo; por otra parte, Joseph estaría todo el día en el parlamento. Nada peor, no tenía en qué distraerse, bordar la dejaba libre para pensar, lo que era evidente en los varios puntos en que se había equivocado.
La campanilla sonó anunciando a un visitante.
-Lady Knight ha venido a visitarla, señorita -exclamó el mayordomo. Emily entró ansiosa
-Menos mal que llegas, estaba muriéndome del aburrimiento - le dijo a su hermana mientras se ponía de pie y la dirigía hacia el sillón junto al de ella
-Te aseguro que ya no lo estarás, tengo un par de noticias jugosas que servirán para hablar un rato -Alm rió de su hermana
-Todo sirve para no desfallecer -dijo bromeando
-Te aseguro que no sabes qué pasó anoche en la cena del Conde Stone -no dejó que su hermana respondiera y continuó- ¡Han sorprendido a Lord Lockwood besando a una criada! ¡A una criada! -recalcó
Emily continuó contando detalladamente aquel acontecimiento.
-Dime que no es el único chisme del día, ¡Por favor! -rogó mientras seguía bordando
-Como chisme era lo único, lo otro son sólo noticias
-Soy toda oídos -exclamó levantando ambas manos, cómo si no tuviera nada más que hacer
-¿Sabes quién ha regresado a la ciudad? -Alm detuvo el bordado para mirar expectante a su hermana
-¿Quién? -preguntó con voz temblorosa
-¿Recuerdas a la hija del Marqués de Layes? -Alm dio un suspiro, no era cierto caballero que ella esperaba, escuchó tranquilamente el monólogo de su hermana
-¿Christine?-dijo desinteresadamente
-Sí, Christine. La que se fue hace cuatro años al extranjero -Emily bebió un poco de té animosamente, como si eso le diera energías- Resulta que hace pocos días regresó de la casa de campo de su padre
-¿Y qué tiene eso de interesante? -le preguntó mientras intentaba encontrar el sitio perfecto donde poner la aguja
-¿Cómo que qué? ¿Acaso no lees la columna de Lady Sparrow? -Emily se paró inmediatamente y tomó el diario del aparador, Lady Sparrow era una chismosa que se sabía los secretos de medio Londres y los publicaba en un diario. Emily se dispuso a leer- escucha... "A llegado a la ciudad la muy desaparecida hija del marqués de Layes, ¿cuál ha sido la sorpresa? Ha enamorado a cada caballero que la ve. Madres casamenteras: procuren ataviar a sus hijas de mejor manera, una rival fuerte ha llegado... y un soltero pronto será caSado" -Alm sonrió, casi rió
-Lady Sparrow es una mujer a la que le gusta sembrar el pánico, estoy segura que debe ser la dueña de alguna tienda como es que manda a las madres a comprar, y estoy segura que ellas le hacen caso -Emily la miraba incrédula
-Puede ser... lo que pasa es que he conocido a Christine Kensington y es bastante bonita -escuchar decir a Emily que alguien era bastante bonita, era porque debía ser hermosa- He oído que sólo unos días luego de su llegada ya ha recibido dos propuestas de matrimonio, y ¡Los ha rechazado!. Es bastante extravagante, le gusta vestir cosas lujosas y caras, también he sabido que es bastante despectiva y mala, no esperaba menos de una recién aparecida que acaba de cumplir dieciocho años -resopló Emily- debe estar ansiosa de aparecerse por los bailes y estar rodeada de pretendientes, estoy segura que muchos al verla creen que es un ángel, ángel que por supuesto no es
-Mucho de lo que dices puede ser cierto... -Alm hizo una pausa antes de continuar- como también puede no serlo -Emily asintió haciendo una concesión
-Puede ser, tal vez sólo es una cara bonita haciéndose de rogar y que además no puede armar dos frases -ambas rieron, lo más probable era que Emily tuviera razón- ¡Oh! Y casi lo olvido, sus padres han organizado un baile para darle la bienvenida, y creo que además pretenden juntar fondos para la beneficencia
-Sin duda para aumentar la popularidad del marqués en el parlamento
-Eso te lo aseguro -dijo decididamente Emily- ¿Has recibido invitación? Yo iré, no me lo perdería por nada
-Creo que sí, algo dijo Elizabeth de un baile a beneficencia
Las dos hermanas continuaron hablando animadamente, pero cuando Emily se fue, no le quedó más que sus propios pensamientos. Trató de pensar en otra cosa que no fuera Ian, qué vestido usaría en el baile de la hija del marqués la mantuvo entretenida un buen rato.

El Amor De Una LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora