Londres, 20 de Abril de 1800

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Almerind e Ian continuaron con sus encuentros románticos, claro que siempre con cautela, sin embargo no podían hacerlo cada vez que querían. Además, Ian seguía apareciéndose públicamente cada vez que podía junto a Christine Kensington, y a pesar de que entendía sin dudar sus razones, le molestaba que lo hiciera, pasaba horas y días junto a otra mujer que no era ella.

Annie entró corriendo al salón, correteó a su alrededor y luego la pequeña Rose entró corriendo tras ella, jugaron a su alrededor un segundo y luego volvieron a salir, mientras tanto una criada llegaba para anunciar que Amanda había llegado.

- ¿Lo has visto? -preguntó su amiga mientras levantaba un diario y lo agitaba en el aire

- No aún, ¿qué dice? -preguntó

- Entérate por ti misma -abrió el diario y buscó de inmediato la página en la que siempre estaba la columna de Lady Sparrow

Hace días que he hablado del Marqués de Kent y Christine Kensington, bueno, no era en vano. Me he enterado que los jóvenes más deseados de la ciudad se han comprometido en matrimonio. ¿Dónde quedó el hombre que dijo que nunca se casaría? Bueno, esperemos que este compromiso llegue a buen término, en un matrimonio que se espera será en unos meses más. Ahora ya saben por qué el marqués se aparecía en cada evento acompañando a tan hermosa dama. Mis condolencias para los pretendientes rechazados, y para las jovencitas que esperaban atraparlo.

Lady Sparrow

Almerind esbozó una sonrisa, Lady Sparrow era muy sarcástica e incluso graciosa, la parte de las condolencias era lo mejor. Amanda se escandalizó al verla sonreír, pero calmadamente le explicó a su amiga algunas cosas, lo suficiente para que la entendiera, aunque no se mostró muy convencida "no puedo creer que te hayas ofrecido a ser su amante", le había dicho, pero a ella no le importaba, seguiría encontrándose con Ian sin importar nada, se amaban.

- Eres una tonta -soltó Amanda- Él se casará con ella, ¿crees que durante las noches le contará cuentos? Despierta Almerind Hastings, muy pequeña podremos verla nosotras, pero es una mujer -fue como un balde de agua fría, eso lo sabía. Pero él le había dicho que no podría tocarla, y se lo dijo a Amanda- Te miente, Alm. Dios, tú siempre eres la que me saca a la realidad, ¿cómo no puedes tú verla ahora?

Sabía que hablar con Amanda en esos momentos no resultaría en nada bueno, por lo que la arrastró a otro tema de conversación.

Tenían mucho que hablar sobre Bianca, se corría el rumor de que la habían visto hablar coquetamente con un soldado, sólo esperaba que Joseph pronto viera cómo era su novia. Odiaba que Bianca se comportara tan bien frente a sus ojos, aunque a decir verdad ella nunca la había visto hacer nada inapropiado, sólo eran rumores algunas veces confirmados por Lady Sparrow.

El Amor De Una LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora