Londres, 26 de Febrero de 1801

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Imagen: Christine dejando a Ian para siempre

Dos meses después los marqueses de Kent regresaron a Londres para el gran evento social en el que el padre de Christine pasaría a ser un nuevo miembro del consejo del rey.

Christine estaba en su salón privado viendo la ropa que usaría en la fiesta de su padre, el sonido de la campanilla anunciando a un visitante la detuvo, el criado introdujo a Lady Bianca Harding. Apenas la vio Christine corrió a abrazarla y lloró.

- ¿Ya te diste cuenta? –le preguntó su amiga al tiempo que le acariciaba el pelo. Christine no respondió, Bianca sabía que así era- Vamos Chris, no vale la pena. Esa sinvergüenza nunca fue tu amiga, no merece ninguna de tus lágrimas

- No lloro por ella, Bi... -Bianca se quedó mirándola y supo en sus ojos a qué se refería. La abrazó de nuevo

- Y él ¿qué dijo?

- Se excusó, dijo que nunca estuvo con ella desde que estaba conmigo –sollozó

- Es un desgraciado, yo misma los vi juntos –Bianca se dio cuenta que estaba siendo muy efusiva y no era necesario acongojar más a su amiga

- Creo que él se refería a juntos en la intimidad...

- ¿Estuvieron juntos? –preguntó Bianca casi en un grito

- Me imagino que sí, no creo que se juntaran sólo a hablar –dijo Christine

- Me refiero a ti, Chris –urgió Bi- ¿estuviste con él?

- No sé por qué me lo preguntas, sabes que me acosté con él cuando aún estaba aquí en Londres

- Lo sé, pero yo pensaba que esa había sido la primera y única vez

- Fue la primera, pero por muy lejos no fue la única. Desde ese día, desde la primera noche que pasamos juntos aquí en Londres, Ian durmió conmigo todas las noches siguientes –Bianca hizo una mueca de diversión

- Vaya, vaya. Entonces las cosas no eran tan malas como yo creía. Pensé que sólo había sido una noche... creí que no lo volverías a hacer hasta sentirte preparada

- Es que si supieras todo lo que ha pasado desde ese día... cada noche llegaba a mi habitación sonriente, amable, cariñoso... Nunca hubiera pensado que tenía otra mujer, durante el día estaba la mayor parte del tiempo conmigo, buscándome, besándome, a veces solo parado a mi lado mientras yo tocaba el piano, y en las noches... llegaba a mi habitación deseoso, como si estar ahí fuera el objetivo del día, la forma en que me miraba, en que me tocaba, era como si sólo yo existiera para él, ni siquiera seguí requiriendo de los servicios de Molly porque era él quien cada noche me ayudaba a quitarme los vestidos

- No digas más, puedo imaginarme qué pasaba después que te quitaba los vestidos –Christine se sonrojó

- Me sentí preparada para estar con él desde el mismo momento en que me tocó por primera vez... Me sentía feliz con Ian, de corazón Bi. En esos momentos sentía que nos amábamos, como si ese acuerdo nunca hubiera existido, era como si nos hubiéramos enamorado. Pero después... te he necesitado tanto amiga –Christine abrazó a Bianca

- Vamos, todo lo superarás y saldrás triunfante... cuéntame todo desde el principio

- Verás... cuando llegamos a Torrent Park me encontré con que Almerind estaba ahí, no fue de mi mayor agrado y a pesar de todo lo que me habías contado traté de ignorarlo y de creer que tú estabas confundida pero me convencí de lo contrario cuando los encontré abrazados –contó Christine

- Son unos infelices –resopló Bianca

- Ian supo de inmediato que yo me había enterado y me dijo lo que te conté... pero ese mismo día con otros invitados fuimos a cabalgar, tuve un accidente –dijo Christine, Bianca se levantó del sofá

El Amor De Una LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora