Londres 24 de Marzo de 1800

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El elegante carruaje se dirigía a la casa de los Kensington cuando Elizabeth y Almerind notaron que posiblemente la hija del marqués sí estaba causando sensación, varios coches llegaban a la gran casa de Grosvenor Square. La enorme mansión había sido decorada majestuosamente, hace tiempo que Almerind no asistía a un baile así, la verdad era que hace tiempo no asistía a un baile.


El lugar estaba lleno de la aristocracia, de seguro que la hija del marqués encontraría unos cuantos pretendientes esa noche.


Mientras Bright iba a charlar con el Conde Lockwood, Elizabeth y ella se unieron a Emily que las esperaba ansiosa.


- Qué bueno que llegaron, Lady Armiton me estaba haciendo dormir con su charla sobre lilas -Emily siempre tan exagerada pensó para sus adentro Alm


- ¿Y cuál de todas es Christine Kensington? -preguntó Elizabeth a Emily


- No la he visto aún. ¡Oh! Ahí viene -dijo ella mirando enfrente, estaban lo bastante cerca para verla- es la que tiene el vestido azul claro


Antes de que Emily lo dijera, Alm y Beth ya sabían quién era Christine, una muchacha así la habrían visto antes, era obvio que ella era la recién llegada. Un rostro angelical, pelo negro cuidadosamente ondulado, pero que no llegaba a estar rizado, ojos verdes y labios rosados, y un cuerpo armonioso, podría decirse que en efecto, era una muchacha muy hermosa, quizá demasiado. La miraron mientras ella caminaba por el salón para llegar al centro, luego su padre hizo un breve brindis con ella, dando los dos inicio al baile. Unos minutos después de aquello, Christine se acercó con el maestro de ceremonias a donde ellas se encontraban.


- Lady Kensington -saludó el señor Knifer inclinando la cabeza- me es un agrado presentarle a la Condesa de Devonshire, y sus cuñadas Lady Emily Knight y Lady Almerind Hastings -la jovencita hizo una suave inclinación


- Es un honor conocerlas -habló Christine sin mucha emoción pero les dedicó una sonrisa- espero que disfruten de la velada


Y esas habían sido las únicas palabras que la muchacha les había dirigido, luego se había alejado a saludar seguramente a alguno de sus pretendientes.


- Para ser la nueva adquisición de la sociedad londinense no es de muy buen carácter que digamos -dijo Elizabeth


- Te lo dije Alm -Almerind sólo la miró asintiendo, su hermana había tenido razón- Pero a los hombres su carácter no les importará mucho, es rica, hija de un marqués, joven y bonita


- Debo admitir que es mucho más que bonita -habló Beth con sinceridad. Alm vio el fastidio que eso provocó en Emily


- No porque sea su fiesta tenemos que hablar de ella toda la noche -dijo Emily lo más tranquila que pudo


- Tienes razón querida -concedió su hermana


La velada era agradable, mientras ella y otras jóvenes hablaban el general Robson, que siempre era un caballero, la invitó a bailar. Mientras bailaban Alm admiraba el esplendor del lugar, mientras daba una vuelta creyó que estaba alucinando. Vio a un hombre vestido elegantemente y que sostenía una copa en su mano, ese hombre era... Ian. Continuó bailando, esperando verlo nuevamente pero varias personas bloqueaban su campo visual.


- ¿La he pisado? -preguntó el general


- No, claro que no. Sólo me ha parecido ver a alguien -Alm continuó bailando tratando de parecer despreocupada


- Dígame a quién creyó ver y le diré si está aquí o no -respondió el hombre amablemente


- ¡Oh! No se preocupe -dijo decepcionada- sólo creí ver al Marqués de Kent, pero es imposible, él no está en la ciudad -Alm siguió bailando pero cuando volvió a estar junto al general él continuó la conversación

El Amor De Una LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora