Las semanas pasaron hasta que fue invitada por su cuñada Prudence a pasar un par de meses en su casa de campo, ahí habrían varios invitados y de seguro la pasaría mejor ahí que en su aburrida casa de campo, sólo ella de la familia Hastings iría una temporada a casa de Colin, los demás hermanos tenían sus propias actividades, y de momento la que Prudence le proponía era la más atractiva. Pero para hacerlo debía viajar y lo odiaba, más aún cuando tenía que hacerlo en invierno, como Bright no la dejaba viajar sola, permitió que Camille la acompañara en su viaje.
El largo viaje de un día fue extenuante, partieron antes de que el sol saliera, y hacía tanto frío que ambas debieron viajar cubiertas con un chal de lana que Camille había tenido la previsión de llevar, además de una canasta con algunas comidas, sin duda la compañía de su criada le había amenizado mucho el viaje, había conversado y reído de muchas cosas, imaginaban a los distintos invitados que llegarían a Coulrt Park y las entretenciones que tendrían. Debido a las inclemencias del clima, llegaron casi a la media noche, siendo recibida por su hermano y el ama de llaves, quien la ubicó en una habitación que no pudo vislumbrar bien como era, lo único que ansiaba era poder descansar tranquilamente en la cama.
A la mañana siguiente Camille la ayudó a que se diera un relajante baño y así enfrentar un nuevo día en un ambiente tan diferente al habitual. En el comedor Prudence y Colin estaban con algunas personas, conoció a un matrimonio que había avistado en Londres más de una vez, estaba también la madre y las dos hermanas menores de Prudence y una pareja de condes recién casados, sabía que había más invitados pero seguramente aún no se levantaban. Fue presentada a quienes aún no conocía y pasó una agradable mañana junto a ellos, pero a eso de media tarde, cuando ella y las demás damas se disponían a tomar el té un criado anunció la llegada a Coulrt Park de los marqueses de Kent. Almerind contuvo la respiración, no se habría imaginado que ellos serían unos de los invitados, Christine se lo habría dicho. Tomó la taza de té que tenía servida y la sostuvo con ambas manos, de pronto las tenía muy frías.
- ¿Los marqueses de Kent? -preguntó Rose, una de las hermanas de Prudence
- Oh, claro hija mía. Sabes que mi yerno es el mejor amigo del marqués -dijo orgullosa Lady Smith
- Al fin conoceremos a la marquesa -exclamó con admiración Marie, Almerind no podía entender por qué reaccionaba así, ella y Christine eran de la misma edad
Estuvo en silencio todos los minutos que pasaron hasta que Prudence regresó e informó que los marqueses habían subido a refrescarse y que en breve estarían con ellos. Pero Ian ciertamente no iría a reunirse con ellas, sólo lo hizo Christine, que fue presentada a las damas con total amabilidad.
- Lady Almerind -exclamó con sorpresa- no esperaba encontrármela aquí
- Marquesa de Kent -saludó con una venia- es un placer volver a verla, tampoco creí encontrármela aquí -vio que Christine le devolvió una sonrisa pero que se veía forzada. La observó mientras la joven tomaba asiento delicadamente en un sofá junto a la ventana
Le pareció realmente extraño que Christine no conversara con ella, pero tampoco era que estuviera hablando con las otras mujeres, sólo estaba escuchando mientras miraba por la ventana y respondía sólo cuando se le preguntaba algo. Veía en la expresión de la muchacha un vacío, algo debía estar pasándole y ella quería averiguarlo, tal vez tenía algún problema con Ian.
Continuaron lo que quedaba de la tarde en eso, a petición de la condesa de Nighterg Christina tocó piano, una música exquisita, como era siempre que ella tocaba el instrumento. A eso de las seis de la tarde todas se retiraron para prepararse para la cena, quiso acercarse a Christine pero ella ya se había retirado, en ese momento los caballeros habían llegado a la casa y los vio entrar a todos. El primero en que sus ojos se enfocaron fue en Ian, que se veía hermoso con su traje de cabalgar, pero no pudo hablar con él más que el formal saludo y responderle a la pregunta de cómo estaba su familia.
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El Amor De Una Lady
Ficção HistóricaLady Almerind Hastings, una joven con carácter y seguridad, está a punto de ser una solterona en su época, pero todo podría estar a punto de cambiar al reencontrarse con el que fuera su amor platónico de la niñez, Ian Cavendish. Una relación clandes...