Devonshire, 19 de Diciembre de 1800

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A la mañana siguiente Ian salió antes del amanecer a caminar, quería respirar aire fresco, pero el frío era endemoniado y decidió regresar a la casa, también para estar presente cuando Christine se encontrara con Almerind. Pero su esposa aún no bajaba a desayunar, y no quiso saber si Almerind ya lo había hecho, subió a toda prisa cuando vio que su esposa ya estaba saliendo de la habitación.

- Buenos días -la saludó expectante

- Buenos días -respondió ella seriamente y continuó su camino hacia el comedor

- Christine... ¿vas a hacer algo? - le preguntó

- Solo bajaré a desayunar Ian, no pretendo hacer un escándalo, quédate tranquilo

- Ey... -la sostuvo del brazo- he estado pensando y creo que es mejor que regresemos a casa -Christine se quedó mirándolo sorprendida

- ¿Y estás dispuesto a dejarla así como así? No te entiendo Ian -dijo ella con sarcasmo, pero a los segundos cambió su expresión para hablar seriamente- Creo que si nos vamos ahora causaremos muchos rumores, hemos estado sólo cuatro días aquí. Quedémonos un par de días más

- No quiero que estés aquí por obligación, no lo pasarás bien -dijo él con sinceridad

- No estaré bien en ninguna parte, Ian, ya descubrí tu secreto y no creo que volviendo a Kent lo olvide. Sólo te pido algo -exclamó ella con tranquilidad

- Lo que quieras -dijo él expectante

- No estés con ella, no des motivos para que todos sospechen como ayer. Creo que ya ha sido suficiente

- Lo de ayer fue un accidente, reaccioné como... -Christine detuvo sus palabras con serenidad

- Por favor no trates de excusarte, entiendo por qué lo hiciste -Ian la miró, veía dolor en su expresión- No quiero que peleemos más por esto Ian, pero ya te he dejado claras mis condiciones anoche, tú decides -y sin decir nada más se fue

Ian entró a la habitación y se cambió la ropa para ir a desayunar, quería estar presente cuando Christine viera a Almerind, temía que algo pudiese ocurrir. Cuando entró en el comedor, casi todos los invitados estaban presentes y hablaban animadamente, encontró a Christine y vio que sonreía a algo que Marie le decía, por otra parte Almerind hablaba con su hermano. Ian saludó a los presentes y se dirigió inmediatamente a sentarse al lado de Christine.

Luego de eso Colin propuso realizar una excursión a caballo por sus tierras, casi todos accedieron a excepción de Lady Armitage, Prudence, Almerind y Rose.

Alm vio con algo de inquietud a Christine, de nuevo volvía a estar extraña con ella, como el día en que había llegado pero no quería pensar mucho en eso, de seguro, al igual que el otro día, sólo era su imaginación. Vio como la mayoría iba hacia las caballerizas, a ella le encantaba cabalgar pero en esos momentos no se sentía bien para hacerlo, estaba indispuesta y no era placentero tener que cabalgar en ese estado.

El día había amanecido hermoso, pero a medida que pasaban los minutos unas negras nubes llenaban el cielo. Se sentó junto a las demás damas a mirar el paisaje en mitad de la campiña, mientras veía que los demás salían a cabalgar. Sintió envidia al ver cuando Ian disminuyó totalmente la velocidad de su caballo para ir al lado de Christine, sabía por qué lo hacía pero no dejaba de sentirse celosa, cuánto le gustaría a ella cabalgar a su lado.

- Los marqueses de Kent hacen una pareja fabulosa -dijo Lady Armitage

- Ciertamente -respondió Prudence mientras se ponía el chal

El Amor De Una LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora