Las luces se encontraban apagadas, no quería alertar a Zayn, después de las casi dos semanas de haber tenido que dejar Bradford para volar con Harry hacia casa, y también hacia su última presentación en The X Factor, había vuelto a su departamento, para encontrarlo totalmente vacío, vacío de Zayn por supuesto, pero de todas formas no me arrepentía de no haberlo llamado para avisarle que estaría aquí, todavía podía llegar.
Eran las tres y treinta y tres en el reloj, de la madrugada del veintitrés de diciembre, podía ser obvio hasta para el más tonto, tal vez estaba pasando las noches en casa de su madre, con su familia.
No había querido mover nada, no esculcar nada, solo estaba sentado en la cama, mirando a la puerta, esperando a que las llaves del otro lado sonaran o la perilla girara, nada de eso sucedió.
Así que no tuve más remedio que quitarme los zapatos y tirarme en la cama, sobre, tampoco quería deshacer la cama, no quería usarla sin Zayn ahí, apreté el abrigo que llevaba, gracias a Dios existía la posibilidad de dormir sin cobijas en su departamento. Aún así espere solo una hora más, exactamente a las cuatro treinta y tres de la madrugada y decidí que mis ojos se encontraban lo suficientemente pesados como para dormir, así que lo hice.
Cuando abrí los ojos, solo una rendija de luz se asomaba por las cortinas, mi cuerpo se encontraba cobijado y me pregunté en qué momento me había cobijado.
Después de intentar moverme solo un centímetro, lo sentí, sentado a mi espalda, sobre la cama, mirando la ventana, la única ventana que no se encontraba tapada por las cortinas, su respiración era lenta y tenía las manos guardadas en los bolsillos de su abrigo.
—Debiste llamarme.
–Si no estabas en casa supuse que era algún asunto importante.
–¿Desde qué hora llegaste?
–No importa, eh, ¿es un mal momento?
Finalmente me miró, estaba un poco despeinado, pero solo un poco, algunos picos de cabello adornaban su cara, el estómago se me revolvió.
–¿Muy tarde?
Suspiré– Tomé el vuelo de las siete de la tarde.
–¿Y por qué no me llamaste?, pude haber pasado por ti.
–Ya te dije por qué.
–Y, bien, ¿cuánto tiempo esperaste?
–Te he dicho que no importa. –se levantó, ahora era yo intentando quitarme las cobijas de encima, Zayn negó
–No me importa a mí que uses el departamento, se ve que no moviste nada, ¿comiste algo antes del vuelo?, ¿antes de llegar al departamento?
–Sí. –mentira, en realidad había esperado a que Zayn estuviera para invitarlo a cenar o para cocinar algo, en realidad no importaba mucho, solo quería estar con él.
–¿Qué?
–Yo... Comí una hamburguesa...
–Mentira.
–¡Pero eso qué importa!
–¿Qué importa?, bueno, es tu salud Liam, importa muchísimo. ¿Cuánto esperaste?