Capítulo 24

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Llegue a Bradford a las 3:30 am, mi corazón estaba bombeando como loco y mi estómago seguía sin tranquilizarse de la mañana. Me sentía perdido, por supuesto que me sentía perdido, era la primera vez que visitaba Bradford y estaba solo esperando nada en las escaleras de un edificio que no sabía específicamente que era, pero estaba lloviendo, tenía hambre y frío, aunque llevaba una chamarra lo suficiente caliente, los huesos de mis rodillas me dolían y no tenía tanta señal como para buscar un buen hotel.

Estaba malditamente perdido en todos los sentidos.

Viajar sin planes era apestoso, pero mi tonto corazón no pudo esperar ni un día más. Mi tonto yo.

[Zayn]

Sonreí porque no quería que se preocupara.

-¿Vas a volver para la cena, verdad?

-Claro que si mama, tengo que volver. -le di un beso en la mejilla y me puse la chamarra más caliente que tenía.

-Tengo miedo, -observe sus ojos preocupados- ponte un suéter más abajo, está haciendo demasiado frío cariño. -me veía como si me fuera a romper en cualquier segundo.

-Estoy bien. -le regale otra vacía y falsa sonrisa, mi madre beso mi mejilla.

-Vamos a estar esperándote...

-Si...

Abrí y cerré la puerta, camine observando el piso mojado, sin apartar la vista de el, esculque el bolsillo de mi pantalón para encontrar un cigarro y un encendedor. Mis manos estaban congeladas, doble la esquina y coloque el cigarro entre mis labios, lo encendí sintiendo lo caliente del fuego en mis manos por unos segundos y después respire, me sentía mucho mejor ahora.

Enrede un mechón de mi cabello entre mis dedos y lo volví a dejar arriba, en mi cabeza, para que no me molestara. Solté el humo y paré en la esquina, había demasiados coches pasando sobre la avenida, me mantuve observándolos, me apoye en la pared y subí un pie, el cielo estaba más nublado que de costumbre, a veces me gustaba volver, porque no había tantos paparazzis rondando, y si los había, solo me tomaban fotos de lejos y volvían a caminar. Me habría gustado también quedarme en Londres, solo, sin tener que fingirle a nadie, pero tenía que volver, tenía que volver al menos por última vez.

Para: Louis Tommo:
"Lamento haberte ignorado por casi dos meses... Creo que voy a estar mejor, significas demasiado para mí, ¿lo sabías?, y háblale por favor, estoy seguro que está esperando una llamada... ¿Qué te parece si dejas de ser tan tímido por una vez? Le encantas. Creo que te quiero xx(:|

enviando...

Metí el celular en mis bolsillos. Desde muy pequeño el color gris me gustaba, era algo demasiado triste y serio para un niño, según mi mamá, pero si lo veías con atención, podías ver lo hermoso que era, incluso si no lo era para muchos, para alguien tan roto lo era.

Deje que el humo saliera por mi nariz, haciéndome cosquillas, camine hasta la orilla de la banqueta, observe de los dos lados, y cerré los ojos diendo otro paso, y uno más, inhale, exhalé, y si uno más, el sonido, las llantas, y el olor de una colonia, que por supuesto, no era mía, el horrible sonido de la bocina de ese carro gris me hizo apretar los ojos, mi cuerpo fue brutalmente tacleado y mi corazón bombeo demasiado rápido, algo, se supone, ya no debería de estar haciendo.

-¿¡Qué demonios intentabas hacer!? -y los abrí. Nunca había estado tan enojado como lo estaba ahora.

Apreté los puños y me levante, sintiendo ese apretón en el pecho y el enorme nudo en mi garganta.

-¿¡Qué rayos hiciste!? -le grite

-¡Dios mío, no lo vi, ¿se encuentran bien?!

-¡Respóndeme tu a mi Zayn, ¿qué demonios estabas intentando hacer?!

Su pecho subía y bajaba.

-¿Qué crees? -mis ojos se llenaron de lágrimas- ¡Lo arruinaste todo! -pase mis manos por mi cabello

Sentí sus manos en mis brazos, sus enormes y calientes manos sobre mis brazos- No digas tonterías... -me aleje

-Lo arruinaste, ¡arruinaste todo!

-¿¡Por qué!? Vine hasta aquí para verte, para volver a verte y esto seguro que no era lo que quería ver.

-No me importa lo que hayas querido ver, no me importa, hubieras dejado que lo hiciera, es mejor así, ¡es mejor así para mí! -lo aventé con las pocas fuerzas que tenía.- ¡Eres un idiota! -vi los tenis que llevaba, eran grises con blanco, estaban sucios con un poco de lodo y tenían un horrible tallón en las puntas. Mis lagrimas ya no me permitían ver más.

-Si te mueres me llevas contigo idiota, ¿lo entiendes?

-¡Deja de decir idioteces por un segundo!, ¡déjame de una vez! -le grite sin moverme y sin subir la mirada

-¡Oh Dios mío!, ¡no sabes las ganas que tengo de golpearte ahora mismo!

-Hubiera sido mejor golpear mi cuerpo tirado a media calle. -esta vez ya no grite, ya no tenía fuerzas, las pocas que me quedaban estaban siendo derrochadas por medio de incontrolables lágrimas.

Liam tiró bruscamente de mi barbilla, obligándome a levantar la cabeza, y sin dejarme responderle o siquiera intentar pegarle para apartarlo, me besó, tomó mis labios con la misma brusquedad con la que me había obligado a levantar la cabeza, las lágrimas no dejaban de salir y tampoco dejaba de sollozar, pero no lo aparte.

Cuando pensé que iba a terminar arrancándome el labio inferior cerré los ojos lo más fuerte que podía, esperando el tirón, pero en cambio sentí su respiración sobre mis labios, caliente, sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Abrí los ojos como platos, tan abiertos que las lágrimas podían dejar de caer, sus labios habían dejado un suave y cálido beso en mi frente.

Esta vez mi corazón sí se detuvo, pero no por culpa de la muerte, era culpa de Liam.

-No vuelvas a decir mierdas tan grandes. -su susurro me erizó la piel, aún no podía cerrar los ojos- Si llegara a encontrar... A encontrar tu cuerpo tirado en medio de la calle, lo único que no haría sería golpearlo...

Su voz tembló, colocó su cabeza en mi hombro, entre mi cuello también, dejó un tembloroso beso y lo escuche, lo escuche llorar por primera vez, podía sentir como sus lágrimas caían sobre la tela de mi chamarra

-Yo me tiraría contigo...

Y fue ahí, fue en ese momento, cuando el nudo había desaparecido; exploté en llanto aferrándome a Liam, a su temperatura y a su olor, a lo cálido que era, aferrándome a su amor...

¡Guarda espaldas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora