Capítulo 31

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Cuando estuve a punto de arrancarle toda la ropa que llevaba encima Zayn me detuvo, fruncí el ceño desesperado, también hice un puchero que Zayn pasó por alto, su mano seguía sobre la mía.

-No podemos hacer esto aquí. -su frente toco la mía, observe la cara de Zayn a unos milímetros lejos, cerró los ojos tratando de recuperar el aliento

-¿Por qué no?, vamos babe...

-Porque las paredes son demasiado delgadas, cualquier grito que se haga dentro se escucha fuera, no voy a exponerme de esta manera. -sus mejillas se enrojecieron mucho más.- La señora Devine me conoce.

Apreté los labios, un poco decepcionado y también molesto, pero no por las razones de Zayn, sino por haberme excitado tan rápido que ahora ya no tenía remedio.

-Okay. -bese sus labios y no tuve el coraje para apartarlo, pero estaba quemándome.- No esperas que no este alterado. -levante una ceja, Zayn sonrió sin abrir los ojos aún.

-No eres el único, lo siento. -y por fin me permitió ver las joyas que tenía como ojos.- ¿quieres bañarte para bajarte la calentura eh?

Hice un puchero.

-Si no tengo otra opción.

Separo su frente de la mía para medio bajarse y colocar su cabeza en mi pecho.

-¿De verdad no puedes tranquilizarte solo si estamos acostados?

-Puedo.

-Bien, relájate.

-Zayn, no hables de esa manera.

-¿Pero de qué manera estoy hablando?

-Como si yo estuviera fuera de control. -en realidad, lo estaba.

-Bien. -suspiro- Lo siento.

-Esta bien.

-Tu madre va a preocuparse.

-Ella no va a preocuparse, de verdad.

-Envíale un texto

-No voy a enviar un texto, ella está bien.

-¿Quisieras contarme de tu familia? -pude sentir su cuerpo tensarse ligeramente.

-Uh... ¿Qué quieres saber?

-No lo sé, ¿tienes más hermanas?

-No, Doniya es mi hermana mayor, y Waliyha es la menor.

-¿El de en medio?

-Si... Tendría una más si mi madre no la hubiera perdido en el embarazo. Una pequeña.

-Lo siento.

-Esta bien. -se encogió de hombros.- ¿Qué tal tu?

-Yo, yo no tengo hermanos.

-¿Hijo único?, ¿y qué tal tus padres?

-No lo sé. Quiero decir, yo no los conozco.

-¿Eh?

Le sonreí

-El hombre con el que mi madre me tuvo la dejo cuando se enteró que yo venía de camino, y bueno, ella murió cuando yo nací, así que no hay mucho que contar. -me encogí de hombros- Vivía con mis abuelos pero hace tanto que murieron que la verdad solo recuerdo sus voces, de allá para acá, deje mi pequeña ciudad a muy corta edad.

-Oh, yo, lo siento...

-No, no tienes, quiero decir, está bien, no recuerdo mucho así que no me afecta, no hay algo de lo que debas disculparte. Ni siquiera había algo que superar o eso.

-Bien. -la habitación se lleno de respiraciones lentas y nada más que silencio.- ¿Y qué hacías?

-¿Qué hacía?

-Si, ya sabes, de pequeño, o en tu plena adolescencia

-Cuando era pequeño tenía que ir a la escuela, así que no había mucho, regresaba de ella para hacer los deberes y leer un poco, cualquier cosa, no eran libros, simplemente leía hojas que encontraba en la habitación de mis abuelos, a veces salía a jugar con mis vecinos, aunque eran mucho mayores.

-¿De verdad?

-Si, después mis abuelos murieron cuando tenía doce años, pasé unos cuatro años de allá para acá, casas de desconocidos que abrían sus puertas para niños como yo, y a los dieciséis intente independizarme, trabajaba en un gimnasio, Román era el dueño y tuve un techo ahí por unos años hasta que decidí ser un poco profesional, y pues, me convertí en un guarda espaldas. ¿Que tal tu?

Se encogió de hombros- No era un niño muy sociable, tenía gustos distintos a los de los demás, odiaba correr detrás de una pelota, y me aburrían los partidos de futbol, era más de quedarme en casa y leer, o dibujar, era un poco más de la parte creativa, aún sigo siendo muy torpe para cualquier deporte, pero tampoco es que me interese. -suspiro- Siempre fui muy callado, y raro. Y yo hum, he sido así desde siempre, incluso hasta cuando cumplí los dieciséis, no quería levantarme de la cama cuando mi madre me despertó para mi audición, era demasiado temprano, y de verdad iba a cambiar esa oportunidad por dormir dos o tres horas más, pero mi mamá casi me saco de la cama a rastras, y no quería decepcionarla, así que me levante para que ella estuviera bien, hicimos todo ese camino hasta donde se llevaba a cabo la audición y sorprendentemente pase, aún no puedo creer que a los jueces les haya gustado la voz de un niño adormilado, y entonces, no volví a casa.

-Pero ahora no te arrepientes, quiero decir, obsérvate, ahora tienes lo que querías.

-Uh, ahora... Si.

Zayn se inclinó un poco y dejó un suave beso en mi labios.

Se acurrucó un poco más cerca de mi, envolví mis brazos en su cintura y deje que metiera su cabeza en el hueco de mi hombro y cuando me di cuenta Zayn ya estaba dormido entre mis brazos, volviéndose cada vez más pequeño buscando el calor de mi cuerpo.

Coloque una cobija sobre nosotros y lo abrace más cerca, su perfume y su respiración arrullándome.

¡Guarda espaldas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora