Capítulo III.

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Sehun

—Bebé, me tengo que ir...

—Aún es temprano para ir a trabajar.

Sonreí como idiota.

—Pero debo llegar a casa...

—Te preocupas por él —Dejó de besar mi cuello y se alejó, mostrando un pequeño mohín—. ¿Qué hay de mí? En teoría, soy tu amante.

—No es que me preocupe —Me incorporé en la cama y arreglé mi camisa. Me miró con una ceja alzada—. Bien, me preocupo, si, lo admito, pero es sólo por el cariño que le tengo. Sabes que estoy enamorado de ti.

— ¿Y por qué aun sigues con él? Él no se merece esto, Hunnie —Me miró con culpabilidad en sus ojos—, odio hacerle daño a personas que no se lo merecen.

Y claro que no se lo merecía; Luhan era la persona más pura y buena de todo el maldito planeta.

—Este fin de semana intentaré hablar con él.

—Bien —Se levantó de la cama y se acercó a mí, abrazándose a mi cuerpo—. Te amo, no lo olvides, ¿Si?

—También te amo, Kyung.

Unos cuantos besos de despedida y salí de su casa, maldiciéndome de manera inconsciente por no haberle avisado a Luhan que no iba a llegar.

Se debe haber desvelado esperándome.


Conduje lo más rápido posible, casi rebasando el límite de velocidad permitido, pero al sentimiento de culpa que se apoderaba de mi le importaba una mierda. En menos de veinte minutos ya me encontraba bajando del auto, trotando hacia la entrada de nuestra casa.


Al asomarme por la puerta, me extrañé bastante no oler el delicioso aroma a café recién hecho; Luhan siempre hacia el café para ambos, incluso cuando no llegaba a casa.

Entré y cerré la puerta con un poco de fuerza con intenciones de que Luhan escuchase mi llegada. Examiné cautelosamente el área, intentando encontrar alguna pista o algo fuera de lo común.


— ¡Jodido ciervo demente! —Me sobresalté ante el grito de no sé quién proveniente del segundo piso— ¡¿Pasaste la maldita noche haciendo un cuadro de Bambi?!

Comencé a subir la escalera con el ceño fruncido. ¿De quién era esa voz? Se me hacía bastante conocida, pero no podía recordar de quien.

—Bambi entiende mi pena —La voz de Luhan sonaba apagada, por no decir muerta. Un pequeño estremecimiento me recorrió el cuerpo—, y no me grites y mires de esa manera. No eres mi madre.

Llegué al segundo piso y caminé hacia donde se escuchaban las voces: el estudio de Luhan. Me asomé con cuidado de no ser visto.

— ¿Hasta cuándo seguirán así? Siempre que te llamo te escucho de la misma manera y ya me estoy preocupando.

Mi molesto e hiperactivo primo, Byun Baekhyun, estaba sentado al lado de Luhan, frente a un cuadro que parecía tener a una versión animada de Lu.

—No lo sé, Baek —Aunque estuvieran de espaldas a mí, podía ver a la perfección los hombros caídos de mi novio y no era muy difícil imaginar que estaba triste—. ¿Qué hay de malo en mí? ¿Soy muy distraído y cerrado? ¿Tengo mucha apariencia de niña? ¿Soy demasiado meloso?

With or without you? » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora