Capítulo X.

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Luhan



Cuando entré al mundo del arte, me dejé llevar por la pasión a lo que me gustaba hacer, incluso hasta tal punto de borrar al resto del mundo de mi vida. Así fue como Kyungsoo dejó de quererme y me terminó luego de entrar a la empresa Oh.

En ese momento no sabía a donde se estaba metiendo, ni con quien había comenzado a relacionarse, simplemente me terminó y, como el puto orgulloso que soy, me fui de su casa sin más.

Jamás imaginé que él que había robado su desatendido corazón fuese Oh Sehun, tu mismísimo novio en ese entonces.

Si no me hubiese cegado tanto por el arte, quizás, sólo quizás, estaríamos viviendo felices y no con el corazón herido.




La historia de Jongin y Kyungsoo, luego de ese incómodo encuentro, había calado hondo en mi mente para quedarse allí.

Si dijese que no me dolió ver a Sehun junto a ese lindo hombre, sería el mentiroso más grande de la historia. Me mareaba pensar cuán poco le he de importar para que a dos semanas de nuestra ruptura se paseara con su amante como la pareja más feliz de la vida.

¿Cuándo seré suficiente para alguien?

Las lágrimas de impotencia no se habían hecho esperar una vez que entramos al departamento, preocupando innecesariamente a los chicos y mostrando nuevamente ese lado débil que planeé dejar atrás.

El tiempo que perdí esperándole cada día con una sonrisa, intentando complacerle en todo, procurando de hacerle saber cuánto lo amaba... ¿De qué sirvió todo eso? Él simplemente me transformó en el cornudo, en el idiota que jamás se daría cuenta por el amor ciego que le tenía, él que perdió tiempo de su vida intentado salvar algo que ya estaba perdido...

¿Cómo no comenzar a odiar a Sehun?

A Jongin también le había afectado el encuentro con nuestros ex, lo que demostraba que no tenía del todo superado a ese tal Kyungsoo. Yifan se encargó de llevarle a su habitación y ponerse en el papel de psicólogo.

En la cena sólo estuve con Yixing y Yifan, ya que Jongin no se sentía de muchos ánimos como para salir de su habitación. Y le entendía, joder.

Esa noche me escabullí a la habitación del moreno y, mientras este dormía plácidamente, me metí en su cama y le abracé por la espalda, de algún modo intentando llenar ese vacío que ambos teníamos.

Ni de broma le creería nuevamente que había superado a Kyungsoo.






Durante los siguientes días me encargué de subirle el ánimo, incluso intercambiamos regalos con los chicos el día de navidad y fuimos a una pequeña fiesta en el taller, algo que logró hacer que Jongin sonriera y volviera a ser el niño malcriado de antes.

Estábamos a dos días de año nuevo, uno más que pasaría sin mi familia, aunque los chicos también me harían compañía hasta más o menos la mitad de enero; el taller nos daba vacaciones y podríamos viajar a ver a nuestras personas queridas.

With or without you? » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora