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A mi madre no le gustaba en lo absoluto que saliese con mi padre por las pegatinas, y una vez que se hizo la noche algo ansiosa cuando lo vi cruzar la puerta principal, pero todo se volvió una discusión.

Mamá y papá estaban discutiendo en el living mientras yo observaba por la fina tela que separaba las dos habitaciones.

—¿Acaso te has puesto a pensar un maldito segundo todo esto?—exclamo ella alzando la voz, pude escuchar el llanto de mi hermana en la pieza pero no me retire de mi lugar.

—No pasara nada, jamas sucede nada—clamo mi padre con calma, cosa que no tranquilizaba a la mujer—. Estará protegida con nosotros, iremos co-

—¡NO ME IMPORTA CON QUIEN IRÁN!— grito ella—. ¡Ya estoy cansada de todo esto!— sollozo en lo alto.

Mi padre quiso acercarse a ella, pero retrocedió.

—¡Susan!— grito el mayor y trague saliva, suspire y mordí mi labio inferior cuando cruce la tela—. ¿Quieres venir conmigo o quedarte con mamá?

Ella suspiro rodando los ojos.— ¿En verdad quieres hacerlo así? ¿que ella elija? ¡Estoy tratando de mantener a mis hijos alejados del peligro, y tu lo único que haces es meterlos mas en el agujero de esta mierda!

Pero mi padre no respondió a su comentario, y me observo esperando una respuesta.

Trague saliva, sabiendo las consecuencias mas tarde, pero no quería quedarme en casa, había estado todo el día esperando el momento que llegara la noche, no renunciaría tan fácilmente.

—Papá...—susurre.




Un amor de dictadura. (Uruguay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora