Mundos Paralelos (One Direction) || TERMINADA.

1 día.

Voy corriendo a la tienda de Jake para saber cómo se siente al saber que ya faltan 24 horas. Sé que durante este tiempo lo he estado convirtiendo en un fan y el no se opone, así que al entrar a la tienda, lo abrazo y el hace el mismo gesto de cariño. Cabe resaltar que durante todas estas cosas pasadas, él se ha estado convirtiendo en una persona muy importante para mí, hasta ya lo considero parte de mi "familia", solo Miranda y Amanda están en ese término también.

-Buen día Lisa, ¿qué tal estás pequeña?- Me sonríe.
-No puedo más con la emoción. ¿Qué tal vas tú? Ya sabes cómo le preguntarás a Harry que champú usa?- Río.
-Todavía creo que no se lo preguntaré porque no tiene nada que ver con el caso, así que pensaré en otra cosa.
-¿Todavía no tienes pensado que decirles?- Lo miro dubitativa.
-Lo que salga ese momento de mi boca pues eso diré.- ríe.
-Espero que no sea algo malo, ¿sabes?- Muevo mi pie hacia arriba y hacia abajo mientras tengo los brazos cruzados.
-No será nada malo, no te preocupes. Verás que la pasaremos increíble.
-Eso creo. Bueno, ¿sabías que solo serán cinco minutos?- Bajo la mirada.
-Si lo sé, normalmente duran eso, no pueden durar más Lisa, pero no te pongas mal. Igual los verás y hasta abrazarlos podrás. Esto es como un cuento de hadas.- Chasquea los dedos imitando a las hadas que liberan polvos mágicos.
-No estoy triste, la única cosa que quiero es pasarla bien y que no me parezca poco. El tiempo es importante.- Sonrío.
-A veces cuando estás viviendo los mejores momentos en tu vida es cuando el tiempo pasa más rápido.- Dice Jake y tiene toda la razón del mundo.
-Mañana nos recogerán a las 3pm y el meet and greet será a las 7. No te molesta, ¿verdad?
-Claro que no, ¿por qué debería molestarme?- Limpia los estantes de dulces con un trapo.
-Porque estas trabajando y no quiero hacerte perder tu tiempo en cosas como estas.
-Tú eres más importante que mi trabajo. Podría perderme semanas solo por hablar de esa banda contigo.- Se quita los lentes, los empaña con la boca y los limpia con su camiseta verde.
-Eres muy tierno conmigo Jake, te has convertido en mi mejor amigo y te agradezco por eso. Muy pocas personas realmente me aguantan.- Río.
-No hay manera alguna que alguien no pueda aguantarte, ¡si eres la niña más adorable del mundo!- Hace exagerados gestos con las manos.
-¡Deja de halagarme!- Río - cambiando de tema, ¿ya está mi bolsa con los pedidos de hoy?
-Claro que si, toma.- Agarro la bolsa y él me entrega el cambio de la compra.
-Gracias, mañana será un día muy especial Jake, espero que estés preparado. Tanto físicamente como psicológicamente. Nos vemos mañana, descansa y cuídate.- termino diciendo y agito mi mano en señal de despedida.
-Nos vemos Lisa, ¿vendrás mañana por las compras?- Me dice rápidamente al notar que tengo apuro de irme.
-Si, como todos los días.
Me sonríe y salgo de la tienda.

En camino al hogar algunas personas me saludan y yo hago lo mismo, unas dos niñas me han dicho que la pase increíble, además de que también le regale unas cuantas monedas a un mendigo.

Llegó al hogar, dejó las cosas y saco el paquete de galleras que Jake me regaló. Empiezo a comérmelo mientras camino a ver qué es lo que me toca hacer hoy.

"Limpiar el tejado".

¿Qué? ¿Desde cuando nos van a hacer limpiar estas cosas? Le temo a las alturas y todavía el techo debe estar mojado por la lluvia de anoche. Camino hasta el cuarto horrendo de Kate y toco la puerta.

Toc, toc, toc.

Abre la puerta y me encuentro con esa cara de ogro que tanto odio.
-Buenos días señorita Kate, tengo una pregunta al respecto de limpiar los tejados.
-Dime rápido que quiero seguir durmiendo.- Me mira con su cara de recién levantada.
-Tengo miedo de resbalarme o hacerme daño. Además está haciendo frío y solo seré yo.
-Ese no es mi problema, resuélvelo tú sola.- Me cierra la puerta en la cara.
"Gracias por nada" susurro y me voy a sacar los utensilios de limpieza.

Cuando subo al último piso de la casa, jalo una pita y sale la escalera que lleva al techo. En el techo siento como mis zapatos se resbalan y me entra el pánico. Me acerco a las alcantarillas, observó abajo y la altura me hace dar escalofríos. Rápidamente saco todas las hojas secas que puedo, y cuando estoy caminando hacia la escalera mi tobillo se dobla y me tropiezo.
Mis uñas tratan de aferrarse al tejado pero como esta resbaladizo no puedo, sigo resbalando hasta el hoyo de las escaleras, así que trato de poner mi pie en la escalera cuando llega mi cuerpo hacia el pero eso no ocurre, mi pie entra en el hueco que hay entre las escaleras, me duele mucho pero estoy cabeza abajo. Siento como la torción me empieza a doler, así que me agarro de la escalera de madera trato de sacar mi pie. Gracias al impulso logró sacar mi pie, sin embargo, también logró caerme. Caigo de las seis escaleras, siento ardor en mi brazo derecho y en mi pie. Me levanto sacudiéndome la suciedad de la caída, luego observó los daños que tengo por lo ocurrido.
Mi brazo derecho y mi rodilla están raspadas con unos cuantos cortes. Maldigo a la señora Kate por hacernos hacer estos trabajos sin ninguna protección.

Bajó hasta el sótano, saco el botiquín de emergencias. Me curo las heridas ahí mismo y a las que están abiertas les pongo bandas cicatrizantes.

Después de todo el desastre vuelvo a la habitación. Les cuento lo ocurrido a las chicas mientras estás se quejan de cómo a Kate se le ocurre hacernos eso. Les hablo frenéticamente emocionada por lo de mañana y ellas también se ponen felices por mi. Les cuento de Jake, de lo que quiero decirles a los chicos, de que quiero que mi vestido este bien y miles de cosas más. Ellas asienten a todo lo que digo (supongo que es porque hablo muy tampoco y quizá no me entiendan nada), aun así jugamos con Wirush y con algunas muñecas más que ellas tienen ahí. Observan mis heridas y al parecer no se ven tan mal. Agradezco al cielo que no se estén hinchando porque mañana tengo que ir preciosa.

Las chicas se van a dormir despidiéndose de mí como siempre, se llevan sus muñecas y yo me acuesto en mi cama observando la ventana gigante del techo -y pensar que me caí de ahí-, observó la luna y mis pensamientos vuelan como en cada noche ha estado ocurriendo desde que gane la manilla para conocer a estos cuatro chicos locos que me han hechizado.

Le sonrió a la luna y le susurro:

Mañana, mañana voy a conocerlos.