''Se casan en dos meses''
No puedo quitarme eso de la cabeza, solo dos meses. Puedo sentir como mis manos tiemblan al recordarlo, le quiero y estoy segura de querer casarme con él, pero aun así no puedo quitarme los nervios de encima.
Haymitch había venido esta mañana para avisarnos, sinceramente Peeta aún no lo sabe. Él estaba descansando cuando Haymitch vino. Estoy segura que lo tomará bien, con estos días ya casi se acuerda de absolutamente todo. Aunque aún usa las muletas para caminar, se supone que en dos semanas se la sacan.
–Katniss...–me di la vuelta para mirarlo, por su expresión creo que estaba llamándome de hace rato– ¿Está todo bien?
–Sí, solo estaba pensando.
–¿Se puede saber en qué, amor? –Pregunto, con una sonrisa que me dio ternura.
Creo que cada vez que decía esa palabra, algo lindo se producía en mi estómago. No lo sé, pero me gustaba que me llamara así. Cuando lo dijo por primera vez, estaba dormido, pero consciente porque desde ese día, no dejo de llamarme así.
Intentaba dormir pero luego de esa pesadilla, no lograba quitar esa imagen de mi cabeza. Prim... envuelta en llamas y lo peor es que su última palabra fue mi nombre. No pude hacer nada, recuerdo su rostro, el momento en el que la vi ayudando a esas personas... en el momento en que el paracaídas explotaron dejándola a ella hecha cenizas.
Por alguna razón no me había despertado gritando como las otras veces, por lo que Peeta no se había dado cuenta de que estaba despierta. Estaba profundamente dormido, su respiración era normal y su rostro igual. Parecía tener un lindo sueño al contrario del mío, no iba a despertarlo, no por esto. Creo que ya era suficientes con las anteriores noches, por lo menos debía dejar que una durmiera bien.
Me di la vuelta dándole la espalda, el cuarto solo estaba alumbrado por una pequeña luz que dejábamos prendida. Todavía sentía el dolor de aquel día, todos los recuerdos con Prim vinieron a mi memoria destruyéndome por completo. La extrañaba demasiado. Hace tiempo que no tenía pesadillas relacionadas con ella, no sé porque ahora cuando me siento realmente bien vuelven.
Tenía que salir, tomar aire, llorar sin que nadie se diera cuenta. Me di la vuelva para comprobar de que Peeta seguía dormido y así era, dormía. Intente levantarme sin que se despertara, pero en cuanto me moví para hacerlo, el me detuvo, su brazo rodeo mi cintura antes de que pudiera apartarme. Me atrajo hacia él y me abrazo, podía sentir su respiración en mi oreja, sus latidos en mi espalda, sus manos rodeando mi cintura. Parecía que aún estaba dormido.
–¿Dónde ibas?
Lo escuche preguntar soñoliento.
–Uhm... a tomar agua. –mentí.
Alargo de un minuto me respondió.
–Es tarde, solo duerme amor.
Aun estando dormido esa palabra me lleno de sentimientos, su abrazo era fuerte y me sentía bien como para separarme e ir afuera. Me sentía protegida en sus brazos.
–Lo haré.
No escuche respuesta de su parte lo que me confirmo que se había dormido. Intente hacer lo mismo hasta conseguirlo.
Él se acercó a mí con intenciones de ayudarme a poner la mesa pero no lo deje.
–Puedo hacerlo sola, deberías descansar.