Me encontraba sentada en el jardín de atrás, tomando una taza de café. Ya había decidió la fecha, será en un mes. Cuando se lo dije a Peeta se sorprendió un poco, ya que la fecha que había puesto Beth era en dos meses y yo, claramente quería que fuera antes. Él acepto con gusto, siempre aceptaría lo que le dijera sin reclamar. Él me quiere y yo le quiero a él. No tengo ni la más mínima duda de eso.
—Señorita, él joven Hawthorne la busca. —me avisa Amy, una de las empleadas que nos mandó la presidenta.
Asiento y ella se va, seguramente Gale ya se habrá enterado que he puesto la fecha del casamiento. Me levanto y dejo la taza en la mesita que se encontraba alado mío. Me dirijo al living y cuando entro, él estaba despalda. Observando algunas fotos que había puesto yo, días antes. Se gira sin saber que estaba detrás de él y me queda mirando por unos segundos, se ve mejor, hace un par de días que no lo veo ya que estuve un poco ocupada cuidando a Peeta.
—Hola —se acerca uno pasos pero yo mantengo distancia— Quería... Solo venía a saber cómo te encuentras.
—Bien, aunque un poco ocupada cuidando a Peeta—le respondo y me quedo callada.
Un silencio un poco incómodo, aparece entre nosotros. Pero él lo rompe.
—Yo me... —suspira un poco frustrado— ¿Aún sigues con la idea de casarte?
—Creo que ya hablamos de esto, le...—sabía que iba a dolerle lo que le dijera a continuación, es por eso que estoy pensando si decírselo o no, aunque tarde o temprano él lo sabrá.
—¿Lo quieres? —Suelta, mirándome con una intensidad en los ojos que puedo ver lo que le cuesta saber la respuesta.
—Gale, no tienes que hacer esto.
—Responde, me merezco una respuesta Katniss. —Dice, dejando caer sus brazos— ¿Lo quieres?
Asiento sin mirarlo, se cuándo le duele saberlo y no quiero hacerle daño, es mi mejor amigo.
—¿Lo amas? —Pregunto, más serio. Levante mi vista para mirarlo, ya le había respondido la pregunta— No me mires así, que le quieras no significa que lo ames. Son dos significados diferentes.
—No quiero herirte.
Él bajo la cabeza sabiendo que con lo que acabo de decir, ya le había respondido la pregunta. Aun así, él se acercó un poco más y me miro a los ojos, estaba a unos centímetros de mi rostro y por lo tanto, de mis labios.
—¿En serio, lo amas? —acaricio mi mejilla. Tal vez si en otro momento hubiera pasado esto le diría que es a él a quien amo, pero me estaría mintiendo. Porque ahora lo sé, es a Peeta a quien amo.
—Lo amo Gale —le respondí, segura— Lo siento.
Él asintió y por un momento pensé que iba a besarme, pero no lo hizo. Deposito un beso en mi frente y se separó.
—Espero que seas feliz, espero que...—sabía lo difícil que era para él—... Que lo seas con él.
Me miro por última vez y se fue. No podía sacarme de la cabeza lo que me transmitían sus ojos; dolor y tristeza. Solo espero que encuentre a alguien con quien pueda ser feliz, porque yo ya tengo a alguien quien me hace feliz.
Escucho los pasos de Peeta bajar por las escaleras unos segundos después de que saliera Gale, no estaba segura si él sabía que estaba aquí o no. Ya le habían quitado el yeso hace tres días, debería estar descansando pero es cabeza dura y no quiere, se siente inútil estando en una cama todo el día. Entonces le dije que podía caminar solo por la casa o me enojaría con él.