POV Katniss:
Me siento sobre la cama y deslizo mi mano tocando el vestido blanco. Era hermoso. Hace unas horas me lo trajeron, Effie fue quien lo diseño y por ser ella, creo que el vestido es bastante simple. Pero me gusta.
Las últimas semanas fueron distintas, estuvimos mucho más cerca. Él empezó a trabajar como antes con la diferencia de que volvía más temprano para estar conmigo. A veces íbamos a caminar u otras pasábamos las tardes mirando películas. Todo cambio, él me cambio. El yo de ahora no es nada igual al de antes. Ahora soy más cariñosa, más demostrativa, menos mal humorada y es solo por él. Porque cuando estoy con él, mi mundo cambia. Mi humor cambia.
Mis pesadillas por alguna razón eran más repetitivas, pero estando él conmigo, podía con eso.
—Amor, he llegado. —lo escuche decir mientras escuchaba sus pasos subiendo las escaleras.
Me apresure y guarde el vestido en la caja que había venido, la tape y puse la caja debajo de la cama. Sé que era estúpido pero el novio no puede ver el vestido antes de la boda... O bueno, eso fue lo que escuche decir por ahí.
La puerta se abrió dejándolo entrar y yo me puse de pie, como si no estuviera haciendo nada importante. Él me miro con una gran sonrisa y note que tenía una mano detrás de su espalda ocultando algo.
—¿Cómo te fue? —fue lo primero que le pregunte.
—Bien, casi termino de pintar el mural. —Me cuenta mientras se va acercando a pasos lentos— ¿Y tú?
—Bien, he estado mirando algunas cosas.
Me sonríe y no puedo evitar ponerme nerviosa, se veía más feliz de lo normal.
—Traje algo para ti. —Ahora ya estaba enfrente de mí.
—¿En serio? ¿Qué es?
—Bueno, lo sabrás cuando me des mi beso —condiciona.
Le dedico una sonrisa sincera y me acerco a besarlo, sus labios se sientes cálidos y dulces, tal vez haya comido algo de pastel que estaba en la cocina. Me separo y me quedo ahí, esperando mi sorpresa.
—Las he comprado para ti —me muestra un ramo de flores rojas.
Mientras él sostenía el ramo me sonreía, lo agarre y me acerque a oler el aroma.
—Es hermoso —dije, sonriendo—, gracias.
—Bueno, algo en común tienen tú y ese ramo.
—¿Huelo bien? —Bromee y reímos.
—A parte —dice riendo—, tu eres igual de hermosa que ese ramo.
Me sonroje y sonreí nerviosa. Siempre es atento y detallista, en cambio yo, no le he regalado nada en... ¿Ningún tiempo? Tengo que cambiar eso.
—¿Qué haremos hoy? —pregunto él y entrelazo nuestras manos.
—Ver películas.
—Vale, yo preparare todo —deposita un beso en mi frente— estaré abajo.
Sale de la habitación no sin antes dedicarme una sonrisa. Rápidamente pongo las flores en agua y me cambio la ropa de caza por una más cómoda. No sé si tardo unos 20 minutos en bajar cuando él ya había preparado las palomitas y las películas que íbamos a ver estaban en la mesita que se encontraba a unos centímetros del sillón. Trajo lo ultimó que le faltaba que eran las bebidas y yo me senté en el sillón, él no tardo en sentarse a mi lado. Las luces ya estaban apagadas y solo nos daba el deslumbre del televisión.