Al día siguiente, despierto gracias a los rayos de Sol que entran por la ventana y... ¡espera! No estamos ni de cerca en un maldito cuento de hadas, esta es la vida real.
Despierto gracias a mi alarma y, otra vez, soy la primera en despertar. Sólo puedo pensar en que ahora sí, oficialmente, es el primer día de clases en Berkley y que debo apresurarme si no quiero llegar tarde. Me estiro y bajo de la litera, apenas mis pies tocan el suelo y... ya quiero regresar a dormir. Tomo mis cosas y me meto al baño a hacer lo que tengo que hacer. Cuando salgo, las chicas siguen dormidas, veo el reloj y faltan alrededor de treinta minutos para que las clases comiencen.
-Por Zeús- me digo a mi misma -Treinta minutos y un sólo baño es un graaaan problema para tres chicas- decido que haré mi buen acto del día y busco entre mis cosas la pequeña bocina que traje conmigo, la conecto a mi celular y busco la canción más ruidosa que puedo encontrar en mi lista de reproducción, la pongo y... ¡Eureka! Da resultado.
-¡PAULA! ¡Quita eso!- se queja Patty B, tapando sus oídos.
-¡PAULA!- grita Paola también. Yo... yo sólo estoy ahí riendo.
-De acuerdo, de acuerdo- quito la música. -Tienen treinta- señalo el reloj -Yo me voy. Ya ustedes la despiertan- digo, señalando a Patty P y saliendo de la habitación. Cierro la puerta, aún riendo, doy la vuelta y choco con alguien... otra vez.
-Cuidado- me dice una voz que conozco perfectamente.
-Buenos días, mi Victorin- saludo sonriendo de más.
-Buenos días, Paulita. ¿Lista?- pregunta.
-Para nada- contesto aún sonriendo y veo como él sonríe también. Comenzamos a caminar y bajamos por las escaleras, mientras le cuento como fué mi día anterior y él me cuenta el suyo con Victor. "Zeús, no me acostumbro a esto". Resulta que se llevaron muy bien, lo que, extrañamente, me alegra.
-Tengo historia- me quejo -¿Podría ser peor?
-Podría ser mejor- dice y se ríe.
-¡¿Mejor?! ¿Cómo diablos puede ser mejor estar una hora "aprendiendo" cosas que de nada me van a servir en la vida y que ni siquiera me interesan? No es divertido, Víctor- sigo quejándome y me cruzo de brazos, por lo que mi mejor amigo ríe y me abraza.
-Es divertido si tienes a tu mejor amigo contigo- volteo a verlo y sonrío, abrazándolo de vuelta.
-En ese caso... estoy lista- digo y vamos al salón que nos corresponde por esta hora. Vamos al inicio de este pequeño infierno llamado Berkley.
Viéndolo desde otro punto, no ha sido tan malo como parece, ya pasaron la tres primeras horas y sigo con vida. Ahora es hora del almuerzo, después vienen las clases especiales y estoy algo nerviosa por eso. Entro con Victor a la cafetería (no mi mejor amigo, el otro), hablando sobre los problemas de matemáticas que no entendí, pues resulta que me toca esa clase con él y que es algo así como un genio matemático. Nos dirigimos a la mesa del día anterior, donde ya se encuentran los demás.
-¿Qué tal los trata la vida, hijos de Satán?- digo a modo de saludo, por lo que mis nuevos amigos ríen y Víctor niega con la cabeza, divertido. Comemos cada quien lo suyo mientras comentamos como nos ha ido en el transcurso del día. Escuchamos que el timbre suena, anunciando el final del almuerzo. Nos levantamos y deseamos suerte entre todos y vamos a nuestras respectivas habitaciones a cambiar el uniforme por ropa más cómoda y así, sentirnos cómodos para las clases especiales.
-Al menos no te tocó la ceremonia de asignación- comenta Patty Mars, mientras subimos por las escaleras -Es interesante... pero aburrida-.
-¿La quién?- pregunto, un poco (muy) confundida. No me culpen, que yo casi ni sabía de Berkley hasta hace dos días.
-Ceremonia de asignación- dice esta vez Patty Palmer -Después de que se llenan los formularios de inscripción y se hace la "Carrera de la muerte" para ir a dejarlos donde corresponde, seleccionan los más interesantes y hacen una ceremonia con toda la escuela y Wilbur menciona todas y cada una de las personas que fueron asignadas a las diferentes clases especiales- me explica, pero sigo confundida.
-Espera...- digo -Si se hace eso, ¿entonces por qué nos aceptaron a Víctor y a mí?- pregunto.
-No lo sé, seguro alguien en tu familia habló con Wilbur o algo- supone Paola.
-Mi madre- digo, casi convencida de que así fué.
Llegamos a la habitación y cada quien hace lo que tiene que hacer, pues no tenemos todo el tiempo del mundo para cambiarnos, no... tenemos una clase que tomar. Sale primero Patty Palmer, que se va al primer entrenamiento de basket del año; luego sale Patty Bayot, que va a dibujo; quedamos sólo Paola y yo, que estoy nerviosa, preguntándome si podré adaptarme al nuevo ambiente que me espera. Al parecer, mi amiga se da cuenta de lo nerviosa que me encuentro, porque me abraza y me asegura que todo estará bien, sonrío a modo de agradecimiento y tomamos la mochila con lo que seguramente vamos a necesitar, para salir de la habitación y dirigirnos al edificio de danza, que queda un poco lejos de donde se encuentra nuestro dormitorio.
En el camino, Paola me va explicando que el primer día de danza no se hace gran cosa, más bien es como para conocerse unos a otros, bueno... más bien a los que se van integrando, como yo. También encontramos a Victor cuando ya nos falta poco para llegar a nuestro destino y, al igual que Paola, me dice que no tengo nada de que preocuparme, al menos no por ahora.
Llegamos al lugar y me doy cuenta de que ya hay bastantes personas ahí, "Genial, con lo que me gustan las personas", algunos saludándose y otros que se ven algo perdidos, así como yo. Después de un rato en el que Paola, Victor y yo hablamos con otros compañeros que ellos ya conocen del año anterior, llegan los que parecen los profesores, un hombre y una mujer que no se ve que sean muy mayores, y no sé como lo hacen, pero logran captar la atención de todos, para presentarse. Siendo honesta, sigo sin saber sus nombres, al final del día... sólo les diré "profesor" y "profesora".
Nos piden que nos levantemos, para hacer un poco de calentamiento antes de empezar con unos ejercicios de "integración", como dijeron ellos. No llevamos ni cinco minutos desde que empezamos y siento que ya no puedo con mi vida, sólo veo como a Victor ni le afecta en nada "Pues claro, también es deportista" y me mira con una expresión un poco burlona, pero me siento un poco mejor conmigo misma, cuando me doy cuenta de que Paola está casi en las mismas condiciones que yo.
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My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADA
Fanfiction¿Que quién soy yo? Bien, soy Paula Dueñas y tengo dieciocho inviernos (eso de "primaveras" ya está muy usado), cumplidos el 3 de Septiembre. Soy orgullosamente mexicana, pero por el momento, vivo en Londres. Mamá es la presidenta de la revista Playg...