Ya habían pasado dos semanas desde que presentamos Alicia en el País de las Maravillas y hoy era un lindo y lluvioso sábado por la tarde, uno de esos como para estar afuera, pero... yo no estaba afuera, no, en vez de estar disfrutando de la lluvia, bailando bajo ella o saltando de un charco a otro como una niña pequeña, estaba en la habitación a la que ahora llamo "hogar", con mi laptop sobre las piernas y leyendo una vieja conversación, con mi amiga y compañera, Patty Bayot, que caminaba por todo el lugar mientras se quejaba de algo que había pasado hace dos días ya.
-¡NO! Es que yo le dije que aún no estaba lista y a él no le importó, sólo salió con su "No hay nada malo con eso" y me obligó a hacerlo- dijo Patty y sólo puse los ojos en blanco mientras seguía leyendo.
-Patty, no es por nada, pero si alguien escuchara eso que acabas de decir, pensaría muy mal si no sabe de que estamos hablando.- le digo, conteniendo una risa y veo la expresión de frustración en el rostro de mi amiga.
-¡Es que, Paula! No me gusta exponer frente a la clase, me da pánico. El profesor no tenía ningún derecho de obligarme a hacerlo.-
-En realidad... sí, tenía derecho... o algo así, porque no querías quedarte sin esos puntos, ¿o sí?- pregunto.
Patty se queda mirándome por unos segundos. -Te odio.- suelta de la nada y no puedo evitar reírme.
-No me odias. Odias que tenga razón en esto.- la corrijo y ella sonríe sin poder evitarlo.
-Bueno...- suelta un suspiro y se sienta a mi lado -Supongo que no podía evitarlo para siempre.-
-¿Evitar qué?- pregunta Patty Palmer, que va entrando a la habitación con una barrita a medio comer.
-Aún no supera que la obligaron a exponer- explico.
-No sé por que no me sorprende.- se encoge de hombros y se deja caer en el pequeño sillón.
-Calla.- le dice Patty Bayot.
Pasa un rato en el que ninguna de las tres habla, una Patty sigue comiendo en el sillón y la otra Patty se dejó caer al piso y se quedó viendo un punto invisible en el techo mientras que yo sigo releyendo aquella vieja conversación y recordando como eran las cosas hace un año ya.
-Llevas como cuatro horas viendo eso- observa Patty Bayot -¿Qué es?-
Volteo a verla desde lo alto de mi cama para responder -¿Nunca te dió por volver a leer una conversación de principio a fin?- ella niega con la cabeza. -Pues verás, esta es una de esas veces para mí. Verás, este chico... él me gustaba, pero nunca me dí cuenta de lo mucho que en verdad me gustaba hasta ahora porque, bueno, simplemente no lo quería aceptar en ese entonces.- intento explicar.
-¿Y qué pasó?- pregunta Patty Palmer, sentándose en el piso también. En ese momento llega Paola y hacemos una pausa para saludar.
-Pasó que él tiene novia ahora y que no hablamos desde entonces. Después yo vine aquí y... bueno, ya saben el resto.- digo después de unos segundos, restandole importancia.
Cierro mi laptop de golpe y bajo de mi cama. Ante las miradas de mis amigas, me pongo mis siempre fieles Converse negros y busco mi chamarra impermeable negra para ponérmela, esa que me encanta porque tiene un bolsillo interior con el tamaño perfecto para mi celular. Guardo el celular y me pongo el gorro de la chamarra.
-Está diluviando allá afuera, Paula- me dice Paola, con cierta diversión en su tono de voz.
-Si ya me conocen, ¿para qué me invitan?- digo y les guiño un ojo, a lo que las tres chicas ríen.
-¿En serio vas a salir?- pregunta Patty Mars.
-Estás loca.- me dice Patty Palmer.
-Yup, necesito ir con Víctor- aviso y, acto seguido, salgo de la habitación, con destino a la habitación 98 del edificio de los chicos, a la cual, por alguna extraña razón nunca he ido... bueno, quizá no tan extraña razón, Víctor es el que siempre viene.
ESTÁS LEYENDO
My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADA
Fanfiction¿Que quién soy yo? Bien, soy Paula Dueñas y tengo dieciocho inviernos (eso de "primaveras" ya está muy usado), cumplidos el 3 de Septiembre. Soy orgullosamente mexicana, pero por el momento, vivo en Londres. Mamá es la presidenta de la revista Playg...