XXII: ¡Soy una mujer incomprendida!

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Una vez que mi pequeño ataque de risa nerviosa se fué, seguía pensando que era una maravillosa idea eso de que la tierra me tragara. No sabía que decir frente a Nick y eso me frustraba demasiado.

-¿Un demonio?- preguntó el guapo Nick, retomando el tema, a lo que me dí un millón de golpes mentales.

-Un demonio. Pero no quiero hablar eso, que luego me enojo.- respondió Victor Miller, sin dejar de verme.

-Bueno...- yo debo ir a la habitación por algo, así que... ¡adiós!- se despidió Paola, dando media vuelta y comenzando a alejarse, sin darnos tiempo de despedirnos.

Después de unos segundos en los que nadie habló, se me ocurrió romper el silencio: -Necesito... una nieve.- dije, intentando provocar algo en Miller, y creo que funcionó, pues abrió tanto sus ojos que creí que se le saldrían.

-¡NO!- gritó. -Paula no necesita más nieve.- dijo, medio nervioso, tocando su cabello y provocando risas en todos, a excepción de mi esposo, que no tenía ni idea de lo que pasó en realidad. -Es capaz de volver a...- y no lo dejé terminar de hablar porque...

-¡Madre!- grité y salí corriendo en su dirección, con mi hermana tomada de mi mano y Víctor detrás de nosotras.

-Niños, quiero felicitarlos.- dijo mi mamá y Víctor y yo volteamos a vernos, sin saber qué decir. -No hay quejas sobre ustedes hasta ahora y sus calificaciones van muy bien.- Mi mejor amigo y yo sonreímos a modo de agradecimiento. -Espero que para la próxima sigan igual.- finalizó.

-Antes de venir aquí, prometimos ser buenos chicos y eso es lo que intentamos.- dice el idiota y no puedo estar más de acuerdo con él.

-No tienes de qué preocuparte, mamá. Haremos lo posible por seguir así.- prometo.

-Lo que ella dijo.-

-Cuanta originalidad, Victorin.- me burlo, a lo que él rueda los ojos antes de darme un corto abrazo.

-Bueno, niños.- interrumpe mi madre, tomando la pequeña mano de Adriana.- Creo que ya debemos irnos si no queremos perder el vuelo.- anuncia y una repentina nostalgia me invade... odio las despedidas... aunque sean temporales.

-No se vale... ¿tan rápido?- me quejo y mi mamá suspira. -Okay, okay, sin sentimentalismos, ya entendí.- y Víctor se rió.

Abracé a mi familia por unos minutos, pues no sabía en cuanto tiempo no las vería. Fue una despedida corta pero emotiva.

-No me digas que vas a llorar.- dijo Víctor una vez que mi familia de sangre se hubo alejado.

-Yo no lloro.- contesté sarcásticamente, ganándome un golpe amistoso por parte del idiota al que llamo mejor amigo.

-Si eres la chica más sentimental que conozco.- dice y me abraza. -Anda, vamos, que luego no te despides de tú Nick Jonas.-

Volvemos a acercarnos al pequeño grupo de personas que dejamos hace no más de veinte minutos y nos encontramos con que mis amigas ya no están ahí, sólo Victor Miller y su primo el guapo, hablando sobre algo que interrumpen una vez que notan nuestro regreso.

Mi esposo sonríe y simplemente no puedo dejar de verlo, veo que sus labios se mueven, pero mi cerebro está demasiado atontado en estos momentos como para procesar lo que sea que esté diciendo el chico frente a mí.

-¿Paula?- escucho de repente, saliendo de mi trance momentáneo.

-Ah... ¿qué?-

-¿A caso escuchaste algo de lo que Nick dijo?- pregunta Miller, burlándose de mí, pues parece saber mi respuesta.

-No, lo siento... me perdí.- confieso, un poco avergonzada, pero Nick me sonríe.

-No te preocupes, linda, a todos nos pasa.- maldición, ¿no puede dejar de hablarme así? -Decía que llegaron justo a tiempo para poder despedirme de ustedes, ya que mi avión sale en un par de horas.- dice, soltando un suspiro. 

-Vaya... que poco dura la felicidad.- susurro para mí misma.

-¿Qué dices?- pregunta mi mejor amigo.

-Nada, nada.- me apresuro a responder, sonriendo inocentemente.

-Que rara eres.- se burla Victor Miller, ganándose una mirada fulminante de mi parte.

-Bueno, chicos... yo debo partir.- anuncia mi esposo.

-De mi parte, es sólo un hasta luego.- comenta mi más reciente amigo.

-Por desgracia te seguiré viendo.- responde Nick con sarcasmo... pero que lindo habla. -Paula, todo un placer haberte conocido.- dice, tomando mi mano para depositar un beso en el dorso de esta. Maldición, deberían prohibirle ser tan... tan él, que me deja sin habla y me siento tonta.

Asiento, concordando en que ha sido todo un placer conocerlo.

-Víctor.- asiente en dirección a mi mejor amigo. -Ya nos veremos.- se despide y da media vuelta para comenzar a alejarse, pero se detiene. -Les enviaré boletos de primera fila para mi próximo concierto aquí en Australia.- dice y sigue con su camino, perdiéndose en la distancia que cada vez crece más.

De repente me siento vacía.

-Esperen... ¿dijo que enviaría boletos de primera fila?- digo, soltando la emoción contenida durante las últimas horas.

Mi idiota favorito se da un face palm del bueno antes de decir: -Ya va a empezar.- Por lo que lo miro mal. -¿Pues qué? Ya te estabas tardando.- se burla... y le suelto un fuerte (según yo) golpe en el brazo.

-Cuanta violencia en una persona tan pequeña.- se burla Victor Miller y... también a él lo miro mal.

-Es que aquí ya nadie puede fangirlear a gusto.- me quejo. -Bye con ustedes, no me comprenden. ¡Soy una mujer incomprendida!- dramatizo y me giro, para ir a mi habitación a descansar un rato. -Ahí se ven.- me despido, dejando a los dos chicos como con ganas de burlarse de mis dramas.

De camino a mi destino, voy recapitulando lo que va del día y es simplemente increíble que haya conocido al mismísimo Nick Jonas, aka mi sexy bello esposo. Sigo sin poder creerlo del todo. Siento que es un sueño del cual despertaré en cualquier instante... como aquella vez que soñé con One Direction y Little Mix.

Una vez fuera de mi habitación compartida con tres chicas locas pero geniales, escucho un alboroto viniendo desde adentro, pero como la puerta se encuentra cerrada... no puedo ver a que se debe. Abro la puerta y cada vez estoy más convencida de que puedo estar en un sueño.

-¡Paula!- grita una chica a la cual conozco más que a mí misma, a la vez que se abalanza sobre mí.

-¿Pero qué...?- mis ojos no pueden creer lo que ven. -¿Qué haces aquí?- pregunto, sin poder ocultar mi emoción.

-Debía decírtelo antes de que te enteraras por otros medios.- me dice, pero eso sólo me deja confundida. -¡Voy a casarme!- grita, obviamente emocionada.

-¡¿Qué?! ¿Con quién?- cuestiono, contagiándome de su emoción.

-Con él.- contesta, señalando a un chico que se encuentra en un rincón de la habitación, observando la escena que se desarrolla frente a sus ojos.

De acuerdo... ese chico es mucho muy demasiado conocido para mí, aunque nunca lo haya visto a una distancia tan corta, y es esa la razón de que no pueda evitar mi reacción.

-¡No jodas, Lizz!- grito. -¡Mi mejor amiga se va a casar con Niall latigable Horan!- miro a mi mejor amiga con los ojos muy abiertos.

-¿Sorpresa?- dice simplemente, a la vez que encoje sus hombros y sonríe.

My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora