XIX: Oh my God, stop flirting with me

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Una vez que despierto de mi extraña siesta, me doy cuenta de que no me encuentro en mi habitación, pero no entro en pánico porque recuerdo los hechos anteriores y el cómo llegué hasta aquí.

Me tomo mi tiempo para estirarme y cuando por fin me siento lo suficientemente despierta, siento que alguien está mirándome.

-Hola, Jay.- saludo al chico pelirrojo que es compañero de mi mejor amigo y, al igual que hace unas horas, sólo se queda ahí observándome meticulosamente. -Sí, bueno... ¿Víctor?- llamo a mi mejor amigo.

-Acá - su voz viene no de muy lejos, así que me levanto y camino en dirección a la voz. Lo encuentro sentado en el piso, cerca del pequeño sofá, jugando... algo de Pokemon. -Buenas noches, dormilona.- me saluda.

-Holi -digo tiernamente... o eso creo. -¿Cuánto tiempo dormí?- pregunto.

Víctor pausa el juego y voltea a verme -Como tres horas -responde después de unos segundos. -Creí que no dormías en las tardes.-

-Y no lo hago... casi nunca. Es muy extraño que haya sucumbido ante los encantos de Morfeo.- confieso. -¿Qué hora es?-

-Son las... nueve.- dice mi mejor amigo una vez que revisó la hora.

-Maldición- me sobresalto. -Si a algún profesor o a la mismísima Beatrice Wilbur se le da por hacer revisión y me encuentran aquí... moriré. ¡Tengo que correr! -digo y Víctor se ríe... ¡se ríe! -No te rías, tú... idiota, que esto es serio.- me quejo mientras me dirijo a la puerta a paso veloz y él se levanta de su lugar.

-Vamos, te acompaño.- dice sonriendo. -Ya vuelvo, Jay.- avisa.

-Bien. Hasta luego, Jay.- me despido del chico, sin obtener respuesta alguna y salgo de la habitación. -¿Es que ese chico nunca habla?- le pregunto a Víctor.

-Habla mucho, pero las chicas lo ponen nervioso.- explica.

-Vaya.- digo... sin saber que otra cosa decir al respecto.

 -Escaleras, ¿cierto?- pregunta y yo asiento.


Apenas bajamos el primer escalón y... Ben está justo frente a nosotros.

-Vaya, con que a esto venías. -dice Ben mirando de Víctor a mí y viceversa, por lo que ruedo los ojos.

-¿Te importa? Necesitamos pasar.- dice mi mejor amigo y se dispone a seguir, sin darse cuenta de que la mirada burlesca de Ben Selley está puesta en mí.

-Pero si tu amiguita se mira asustada, vecino.- le dice a Víctor sin despegar su mirada de mí.

-¿Asustada? Cuéntame un chiste mejor.- le digo y lo empujo con mi hombro cuando paso a su lado, para seguir mi camino junto a mi mejor amigo y dejar a Selley atrás. -¿Vecino?- le pregunto a Víctor casi en un susurro.

-Había olvidado decírtelo.- confiesa en el mismo tono que yo utilicé segundos antes.-

-Simplemente genial.- digo en medio de un suspiro. -Siempre que visite a mi mejor amigo... me toparé al tipo que me odia sin tener una razón válida.-

-Ahora que lo pienso... por eso siempre soy yo el que va a visitarte.- bromea para aligerar el ambiente.

-Shhhhh -lo callo.

-No me shushees.- se queja y lo miro de mala gana, señalando la entrada del edificio. 

Él voltea hacia donde señalo y sus ojos se abren como platos al ver a nuestra directora a punto de entrar. Ambos volteamos a vernos y él,siendo presa del pánico momentáneo, me toma del brazo y empieza a correr, lo sigo como puedo y nos escondemos detrás de una pared que queda no muy lejos de la puerta. Una vez que Beatrice Wilbur comienza a subir las escaleras sin mirar atrás, nosotros nos escabullimos lentamente hacia la puerta y salimos haciendo el menor ruido posible.


Ya que estamos afuera, suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo. -Eso fué...- comienzo a decir y Víctor me interrumpe:-Adrenalina pura.- completa la frase. Nos alejamos corriendo del edificio de chicos y llegamos al kiosko que, casualmente, queda justo a medio camino entre el edifico de Víctor y el mío. Nos sentamos a tomar un poco de aire y nos quedamos observando al otro por unos segundos hasta que sólo comenzamos a reír por lo ocurrido hace ni cinco minutos.

-No creo que sea buena idea que me acompañes a partir de aquí.- le digo después de nuestro mini ataque de risa.

-¿Por qué?- pregunta con cierta curiosidad.

-Porque... con Wilbur rondando por aquí a esta hora, no es bueno que estemos fuera, ya sabes, las reglas y eso.- explico a como puedo.

-No, Wilbur nada, vamos te acompaño.- dice decidido, a la vez que se pone de pie.

-¿Si recuerdas que estamos en Berkley, verdad? Mucha seguridad y todo eso.-

-¿Si recuerdas que en nuestro segundo día aquí, saliste y entraste como si nada, verdad?- contraataca.

-Touché.- atino a decir, rindiéndome ante su comentario y poniéndome de pie también.

Caminamos unos cuantos metros en silencio y recuerdo nuestra conversación anterior...

-¿Entonces si vamos a México en vacaciones?- le pregunto al idiota que tengo por mejor amigo.

-Falta como... un mes y medio para vacaciones.- dice. -Supongo que ya veremos eso después.-

-Bien.-

-Bien.- dice él.

-Oh my God, stop flirting with me.- digo, haciendo referencia a The Fault in Our Stars, por lo que ambos reímos.

-Okay.- dice sonriendo burlonamente.

-Ya basta, Víctor.- digo aún riendo.

-Bien, ya... hemos llegado.- suelta de repente y... sí, llegamos a mi edificio.

-¿Ves? No me iban a secuestrar en el camino.- menciono.

Víctor se encoje de hombros: -Uno nunca sabe, eres muy pequeña.- sonríe.

-Buenas nocheeeees.- digo.

-Bien, bien, no vaya a ser que Beatrice Wilbur me encuentre en el camino.-

-Moja tu cara y si te encuentra... le dices que estabas en el gimnasio.- sugiero. -Eres hombre, puedes usar eso a tu favor de vez en cuando.-

-Eso haré, pequeña Paulita. Buenas noches.- se despide con un abrazo y comienza a caminar de regreso a su edificio. No entro hasta que mi mejor amigo es sólo un punto que se pierde en la oscuridad de la noche.


Subo sin ningún incidente y, antes de entrar a mi habitación, escucho un alboroto en la habitación vecina; seguramente son Camille Casablancas y sus chicas planeando su siguiente movimiento para su guerra de bromas contra La Manada.

Abro la puerta de mi habitación y están mis tres amigas acostadas en el piso, todas ya en pijama, viendo una película.

-Yo creía que no volverías.- dice Patty Bayot una vez que nota mi presencia.

-Obviamente lo haría.- digo, quitándome los Converse y acercándome a mi cama para tomar mi pijama. -Pero por alguna extraña razón me quedé dormida y luego Wilbur casi nos atrapa.- explico.

-¿Que qué?- exclama Paola, y es así, como terminan pausando la película, que era 10 Things I Hate About You por cierto, y yo contándoles mi anécdota del día.


My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora