I: La Carta

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Octubre 12, 2015.

Que feliz que iba mi día, un lindo y lluvioso día en mi querido Londres, en compañía de un delicioso té, pizza (sí, té y pizza juntos), y claro, Víctor, mi hermano hijo de otra madre, mi mejor amigo.

Hablábamos de todo y nada a la vez, como es costumbre entre nosotros, entonces le dije que yo sólo quería que fuera feliz y muchas cursilerías que realmente no van conmigo, pues soy más del tipo "corazón frío como un bloque de hielo... en el Polo Norte... en invierno" según un compañero de clase, aunque ¿qué más da? Ese idiota es mi mejor amigo desde hace dos años y en algún momento debía ser todo flores y corazones con él (hashtag LOL).

Y bueno, entonces pasó... llegó la correspondencia del día, era bastante, como de costumbre, pero había algo diferente, un tipo de sobre que no era usual entre los paquetes que llegaban para Mayra, mi madre.

"Miss Paula Dueñas" eso era lo inusual... esa carta era para mí, no para la presidenta de Playgirl. Y vamos, que siempre todo iba dirigido a Mayra, he ahí mi sorpresa. Esa carta venía de Australia, algo lejos de mi hogar, Berkley, al parecer...

-Que no sea lo que estoy pensando- dijo Víctor, interrumpiendo mi hilo de pensamientos.

-Más vale que mamá no haya hecho lo que creo que hizo- le contesté en un susurro, con el sobre intacto aún en mis manos.

Víctor me miraba, expectante. -Vamos, Paula, sabes que quieres ver que hay ahí dentro, a parte, ¿qué es lo peor que puede pasar?- me dijo, intentando darme valor para abrir la carta o lo que fuera que contenía ese sobre.

"¿Lo peor que puede pasar? Irme lejos de tí." Pensé; pero sólo lo miré, y luego al sobre, ¿qué más da? Me armé de valor y lo abrí...

Bla bla bla... Berkley... bla bla bla... Australia... bla bla bla... ha sido aceptada... bla bla...

-¡¿QUÉ?!- Exclamé, releyendo eso último y dejando caer la carta.

-¿Qué pasa, Paulita?- preguntó mi mejor amigo, un poco sorprendido por mi reacción.

Sentí como mis ojos se cristalizaban, por rabia y tristeza. -Me voy a Australia- le respondí, con un hilo de voz, y la primera lágrima cayendo por mi mejilla.
Víctor pierde el color por un momento, pero se recupera al instante y me abraza fuerte, uno de esos abrazos con los que se te olvida todo en ese momento... el tipo de abrazo que necesitaba.

-Todo estará bien- me dijo en un susurro al oído.

-Pero yo no quiero irme, Victorin, ¿qué será de mí sin ti allá?- lloraba yo.

-¡Zulema, ya llegué!- escuché gritar a mamá.

-¡Sabes que odio mi segundo nombre! ¡Y no estoy muy contenta contigo!- le grité de vuelta, aún abrazando a Víctor.

Mamá llegó a la sala, donde estábamos él y yo. -Llegó, ¿cierto?- dijo simplemente.

A regañadientes me solté del reconfortante abrazo, para contestar sarcásticamente: -¿Tú qué crees? ¿Australia? ¿Berkley? ¿Es en serio, madre?-.

Ella me miraba fijamente, con sus ojos color miel -Cariño, eres una excelente bailarina, y en Berkley puedes sacar mucho provecho de ese talento- decía tranquilamente -Ya sabes, sólo los mejores van allá-.

-¿Cuándo me voy?- pregunté simplemente, pues cuando mamá dice algo, eso es lo que se hace.

-Mañana- contestó, soltando un suspiro después.

-Bien- dije tajante, como sólo yo sé hacerlo. Tomé a Víctor del brazo, y fuimos a mi habitación.

-No puedo creerlo- me dijo una vez en mi "cueva", tomando su rostro entre sus manos.

Para esto, yo estaba acostada en el suelo, con la mirada perdida en algún punto del techo con estrellas brillantes -Es lo que es. Ya sabes, cuando mamá toma una decisión, no hay quien la haga cambiar de opinión, y menos cuando se trata de mí.-

Estaba consciente de que él me miraba, sentado en mi cama -¿Y si te quedas conmigo o me llevas contigo?- soltó de repente, lo que hizo que volteara a verlo a los ojos.

Sonreí tristemente -Sabemos que no se puede. Pero vendré todas las vacaciones, o haré lo imposible porque vayas a visitarme seguido- le dije sinceramente, pues no estaba en mis planes perder a mi mejor amigo. Me levanté del suelo y fuí a abrazarlo.

-Suerte. Te deseo lo mejor de lo mejor- y así nos quedamos, abrazados por un largo rato, hasta que llegó mamá a decir que debía preparar mis cosas para el día siguiente. Mi "nueva aventura", mi aventura Berkley...

My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora