XXVII: A favor del incesto.

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Después de dos horas de vuelo que hubiesen sido muy aburridas si no estuviera hablando de trivialidades con Víctor y Adam, seguimos sorprendiéndonos con la nueva información que vamos obteniendo, como justo ahora...

-¿Entonces tu sí eres de Australia?- le pregunté por segunda vez a Adam. -Porque no tienes un acento muy marcado.-

-Sí. Nací en Queensland, pero tengo familia viviendo en México por cosas de negocios y voy a visitarlos cada que puedo.- contestó nuestro nuevo amigo.

-Pero que pequeño es el mundo.- dijo Víctor después de soltar un pequeño suspiro y yo asiento.

-No puedo evitar de acuerdo con eso.- comento.

Víctor sonríe con suficiencia. -Yo siempre tengo la razón, no puedes negarlo.- dice y ruedo los ojos.

Adam nos observa unos segundos antes de romper el silencio: -Insisto, ustedes bien podrían pasar por nov...- y antes de que termine de hablar...

-¡Que no somos novios!- se ve interrumpido por Víctor y por mí.

-Solo intento recalcar lo obvio.- dice Adam inocentemente.

-Somos como hermanos.- dice Víctor.

-Brother zone.- digo yo.

-¿Qué?- dice Adam.

-Es otro nivel de la friend zone.- explica mi mejor amigo, lo que hace que Adam se vea más perdido.

-Ustedes me confunden.- suelta Adam.

-Gracias, es mi razón de ser.- digo sonriendo. -La brother zone es como cuando... son más bien como hermanos.- intento explicar.

Adam se queda en silencio por unos segundos, procesando lo que acabo de decir. -Si son como hermanos, entonces me harían estar a favor del incesto.-

-¡Pero que raro eres!- grité, recibiendo varios "shh" de algunas personas. -¿Ves? Por tu culpa me están shusheando.- dije en un tono más bajo que hizo a Víctor reír.

-Lo siento... o no.- dijo el australiano. -De hecho, creo que mi acento no es lo suficientemente marcado porque ya se mezcló con otros acentos.- mencionó, volviendo al tema anterior. -Pero tú tampoco tienes el acento mexicano muy marcado.- 

-Es porque ya tengo bien estudiado y dominado el acento británico.- acoté... cosa que es muy cierta.


Durante la siguiente hora y media, estuvimos intentando molestar a las sobrecargos, pero lo único que logramos confirmar, es que se debe tener mucha paciencia para ese puesto... porque las condenadas nunca dejaron de sonreír, así que eso de intentar molestarlas se volvió un tanto aburrido después de todo.

Estaba con mi cabeza apoyada en el hombro de mi mejor amigo, contemplando las nubes que se mezclaban con el estrellado cielo nocturno mientras escuchaba la música aleatoria que se reproducía a través de mis audífonos... hasta que la lista de reproducción terminó.

-Comienza a darme sueño.- dije después de unos minutos de silencio.

-Duerme, Paulita.- me dijo Víctor.

-Si no te iba a pedir permiso.- alegué.

-Aww, que lindos.- dijo Adam de repente, ganándose unas miradas fulminantes al puro estilo rayita. -Bien, lo dejo por la paz.-

-Gracias.- dijo Víctor con un sarcasmo altamente notable.

-Si no les importa...- hablé. -Dormiré un rato.-

Y así fue como, después de unos minutos escuchando una extraña conversación entre los chicos a mis lados, pude dormir un rato.


Desperté tres horas después, sintiendo mi cuello un poco adolorido y un peso extra sobre mi cabeza. Me dí cuenta de que estaba recargada en el hombro de Víctor otra vez y que él estaba dormido... recargado en mi cabeza. Escuché un click y, como pude, volteé al otro lado y estaba Adam con su celular apuntándonos a Víctor y a mí.

-¿Qué diablos se supone que estás haciendo?- pregunté en un susurro.

-Siendo atrapado in fraganti.- contestó, bajando su celular.

-¿Qué?-

-Es que se miraban muy lindos así y sentí la necesidad de guardar el momento para la posteridad.- explicó.

-Adam...-

-¿Sí?-

-Estás loco.- solté.

-Es lo más lindo que me has dicho desde que nos conocemos, muchas gracias.- dijo, llevando una mano a su corazón. -Pero en serio, ¿no son...?-

-Que nooooo.-

-Bueno, ahora sí dejaré de insistir.- prometió y yo agradecí mentalmente, cerrando los ojos para intentar volver a dormir.


El resto del vuelo pasó más rápido de lo que pude haber imaginado y, cuando menos lo esperé, ya estaba en tierras mexicanas...

-México, estoy de vuelta.- dije apenas bajar del avión.

Caminábamos en dirección a recoger nuestro equipaje... pero entonces la realidad me golpeó y me hizo detenerme, haciendo que Víctor chocara conmigo y Adam con él.

-Dicen que el golpe avisa, pero esto es demasiado.- se quejó Víctor.

-¿Te volveremos a ver?- le pregunto al australiano luego de recuperarnos del "golpe".

-Tenlo por seguro.- contestó y me guiñó un ojo.

-¿Qué fue eso?- le cuestionó mi mejor amigo con el ceño fruncido, haciendo reír al aludido.

-No seas un amigo celoso.- le dijo Adam, logrando que la expresión de Víctor se suavizara un poco... sólo un poco. -Ahora... vengan aquí.- extendió sus brazos, fundiéndonos en un gran abrazo de despedida.

Luego de tomar cada quien sus maletas, nos pasamos nuestro Twitter, Instagram, y toda red social que hiciera posible el mantenernos en contacto y, después de unos minutos... Adam siguió su camino y nosotros el nuestro.

-Pero que lindo chico.- dije, sonriendo.

Víctor me miró raro y rodó los ojos con diversión. -Vamos, que una buena semana nos espera aquí.-


My Berkley Adventure #YoSoyBerkley | DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora