capitulo 2: Amanda

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La oscura noche y la luna dibujada en su ventana le prometían un poco de atmósfera.

La joven alzo un brazo, lo que parecía ser una pose estudiada de bailarina clásica a punto de lanzarse y alcanzo de la biblioteca su libro verde.

Se acomodo en la cama con delicadeza y destreza, con su cabeza inclinada hacia la ventana, la claridad acariciaba el lóbulo desnudo de su oreja derecha, su ceja perfectamente depilada, las pupilas borrachas de infinito miraban las letras danzando, sus labios hinchados de morderlos entretenida mientras pasaba las hojas, su piel era de un color imposible y en la tímida velocidad de su boca se podía disfrutar del juego descrito de estos en movimiento.

No era una buena idea, lo sabía, pero era justo ese momento, ese instante donde el silencio marcaba la hora, para poder deleitarse con una buena y exquisita lectura.

Estaba de acuerdo con su espíritu que en esas horas su alma y su mente se llevaban realmente de acuerdo y así, se dejaba llevar por ese libro que le apasionaba. Las palabras se quedaban colgadas en alguna parte de su cerebro y el color de las cálidas palabras le contaba lo asombroso de esta novela.

Cuando apaga la luz de su habitación y se dispuso a dormir, el reloj marcaba las 4 am. Levantarse temprano, costaría, de eso no había duda.

Amanda salio del baño, cantando a todo volumen y apurada. 

 —Mamaaá — ,Grito su hermana desde su habitación —dile que haga silencio, hay gente que quiere dormir...

Amanda no la escucho y dos minutos después tenia a Sara frente a su puerta enojada.

-Buen día Sarita!!-dijo tomando su mochila del escritorio, de buen humor, y es que así era ella, algunas  veces tímida y otras extrovertida, a demás de inteligente, alegre, tranquila y siempre tenia una sonrisa para todo.

Esperaba enamorarse algún día del correcto, que su historia sea de libro para poder contarla, amaba los libros , amaba el amor...

Amanda tiene 18 años, pelo castaño y lacio, ojos color café, nariz respingada, piel blanca como la nieve.

 —¿  de verdad siempre te tenemos que escuchar cantar a estas horas?— ,bufo con sus manos en la cintura.

—perdón , ¿te desperte?— respondió preocupada, abriendo sus ojos.

a— todo el mundo Amanda...-renegó ,—hoy podía dormir hasta tarde...y— salió a su habitación balbuceando.

—perdón...te...quiero!!!—dijo Amanda.

—vamos linda...— la llamó su mamá, que desayunaba en su cocina y preparaba el de Amanda.

—se te hace tarde...— ,exclamó.

—uh! si, ya me voy...adiós, mamita—  le dio un último sorbo a su té y un beso casto a su madre y salió deprisa a la escuela.

Llegaba tarde y no era la primera vez, ya era moneda corriente.



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