Y QUÉ...?

Capitulo 28: Es que no puede ser.

 "Gracias por leer mi historia, por apreciarla y compartir esta sensación que me encanta... Me hace feliz leerlos . ¡¡cuídense mucho!!!.Espero que este capitulo también les guste. Besotes gigantes!" Ahora si, los dejo con este bello capitulo...

Simón se dirigía a la universidad, era sábado por la tarde y debía presentar una maqueta a escala de la torre Eiffel. Había estado días para poder terminarla, incluso esa noche casi no pudo dormir ultimando los detalles, pero por fin el diseño quedo como él quería. Estaba muy cansado y estresado amaba su carrera pero tenía muchos altibajos. Luego de la presentación que le salió fabulosa, se dirigió a su departamento para darse una ducha y sacarse el día de encima, más tarde se reuniría con su grupo de compañeros con los que acostumbraba trabajar en clases. Saldría a algún bar, pero primero pasarían por algún restaurant para cenar algo. Se sentía famélico y con ganas de divertirse. Había unas chicas que estaban muy emocionadas con salir con el "chico extranjero", y eso lo tenía exaltado.

Simón era muy elegante, aunque vestía casual casi siempre. Pero en esa ocasión tenía ganas de vestirse formal pero no al límite, sino una mezcla entre formal y casual. Uso uno de sus perfumes caros que agarro de su mesita de luz. Y espero sentado en el sillón que lo pasaran a buscar, él todavía no tenía un auto propio, el suyo se lo había dejado a su hermano.

De pronto sonó el celular, era su amigo jean Paul que le decía: - ami, je esuis retard, je serai lá dans un instant- (amigo, me retrase, llego en un momento).

Inconscientemente Simón miro la hora eran las diez de la noche , en Argentina serían las cuatro de la tarde y un recuerdo fugaz se coló en su mente : Amanda en el lago una tarde a esa hora, ¡que felices fueron!. Una genuina y pequeña sonrisa se le escapo...ella y él en el lago, nadie más. Deseo volver a ese momento con todas sus fuerzas. Una electricidad se apodero de su cuerpo y se obligó a dejar de pensarla. Nada ni nadie, calmaría la sed que sentía por su pequeña y dulce amor.

El sonido de su celular volvió a sacarlo de sus cavilaciones. Era su hermano.

-¿Engendro, ya me estas extrañando? – dijo divertido, alegre de escuchar a su hermano. Pero a cambio recibió el silencio, lo que lo descoloco.

-Simón, Amanda...- y esas palabras juntas, solo esas dos palabras fue suficiente para erizarle la piel y un vértigo terrorífico se apodero de su ser. Sintió miedo.

-¿Qué con Amanda?- dijo con su respiración detenida para no interrumpir lo que Paul quería decirle. La forma en que Paul dijo el nombre lo hizo temblar. –carajo Paaaul, contéstame. ¿Qué paso?

-Es que está internada, muy mal. – antes de seguir analizo la situación-Primero quiero que te sientes, lo que te voy a contar no es bueno. Anoche la encontraron inconsciente, tirada en la calle, parece que la golpearon. No sé bien que paso. Solo alcance a escuchar eso. Sara no me contesta, solo se eso porque escuche a papá hablando con Víctor, que se iba de viaje con urgencia al Sur.

-Dios Paul, no puede ser... no, no. –dijo desesperado, entrando en pánico.

- Simón, escúchame, cálmate. Voy a averiguar más y te mantendré al tant...-

- Que mierdas dices Paul, pásame la dirección del maldito hospital y la ciudad donde se encuentra, no me voy a quedar acá haciendo nada. No puedo quedarme, necesito verla...- lo interrumpió.

-No, no podes hacer nada, aunque quisieras

-Joder Paul, ¿me estas jodiendo?. No me voy a quedar acá. – dijo al borde del llanto.

-NO, no Simón, escúchame, papá me dijo y me hizo prometer que no te cuente nada. ¡Por favor! No compliques las cosas, de verdad nada vas a poder hacer, sabes que los padres de Amanda no te quieren cerca y que además papá esta por localizar a Raúl (padre biológico), si venís vas a arruinar tanto trabajo.