Capitulo 5: Sensaciones contradictorias

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El alma libre es rara, pero la

Identificas cuando la

La ves básicamente porque te

Sientes a gusto, muy a gusto,

Cuando estas con ellas o cerca de ellas.

Charles Bukowski.

 Las 2 horas que los separaban pasan muy lentos para Simón... la extrañaba, lo invadía las ansias y la incertidumbre, algo dentro de él, necesitaba hacer bien las cosas y demostrarle que tal vez podrían ser amigos.

Puntual como siempre tocó timbre. Lo recibió Amanda con cara de pocos amigos, porque después de todo tenía que tolerarlo como mínimo una hora.

Con sentimientos inefables se sentía muy nerviosa mientras lo recibía, todo su memorioso cuerpo se encontraba con una ola de shok, lo que había pasado a la mañana todavía tenía sus consecuencias su pulso se disparaba, su piernas temblaban, sus mejillas enrojecidas.

–Bueno pasa –, y señalo hacia adentro sin mirarlo, sin un hola, nada... girando sobre sí y caminando hacia adentro para sentarse en su asiento en el living Y seguir con la tarea. Él la siguió sigiloso y se sentó a su lado.

Simón automáticamente se sintió incomodo, no esperaba tanta indiferencia, su mirada era fría y así como si nada le dijo.

–Ya Hice varios puntos, así terminamos rápido, esto no es agradable para ninguno de los dos–. Le comunico tratando de concentrarse en donde había dejado.

Luego de un momento y ya más relajados, casi al borde de una charla entre amigos, producto de tanto trabajo en equipo y discusiones en donde ninguno quería dar el brazo a torcer, terminaron la tarea .Desde ya cada uno tenía su punto de vista diferentes en todos los aspectos de la vida; esta tarea no era la excepción...

Sin rodeos ni vueltas y muy simpáticamente se produjo esta conversación:

–no fue tan difícil no? Comento él

–No, los puntos 9 y 10 costaron, pero ya los resolvimos –. Sonrió mirando las hojas.

–No –, la interrumpió – digo... que estemos juntos...haciendo algo –.

Amanda la miro descolocada con una mueca en su boca que Simón no paso desapercibido, hipnotizado quedo mirando sus labios y sus ojos.

–No, No fue difícil –, agrego regalándole una sonrisa sincera.

Amanda más sorprendida aún le dijo...

–que estas tramando Simón? – lo enfrento reflexiva.

–La verdad es que pensé mucho en ti y sé que me comporte como un idiota, tanto tiempo. Solo, tal vez... pensé que podríamos intentar ser amigos –. Dijo sonriendo de lado, mirándola intensamente a los ojos.

–No sé, Simón, el tiempo dirá –... agrego sintiéndose azorada y sonrojándose.

Y sin más, recordando todo lo vivido con él, se levanto de su asiento y fue a buscar material para guardar el trabajo y entregarlo al comprobar que estaba todo perfecto.

Al despedirse Amanda lo saludo desde la puerta con un – bueno, nos vemos–, pero Simón se puso en frente de ella y beso su mejilla con ternura y delicadamente, como si de porcelana se tratara.

El se alejo entre melancólico y con ganas de más.

El profesor de tenis lo esperaba y así podría descargar un poco de la euforia que cargaba.

Esa noche de viernes luego de cenar Amanda recibió un mensaje mientras se ponía su pijama.

– Ami,. ¿Vamos al bar?, ¿Cómo te fue con el ogro shrek?, Te esperamos con Mara. Luz.

Y QUÉ...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora