CAPITULO 25: DESEO DE COSAS IMPOSIBLES

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Ya habían pasado siete meses de aquel desencuentro, y la vida seguía su rumbo. El mundo en su eje seguía girando y no había forma de pararlo. Era vedad que el tiempo curaba las heridas, pues ya no dolían tanto y cada cual organizaba y planeaba y seguía... como lo hace el planeta cuando realiza su movimiento de traslación que hace que la tierra gire en su órbita alrededor del sol o cuando las plantas días tras días realizan la fotosíntesis, que es un proceso químico por el cual las plantas realizan su propio alimento con la ayuda imprescindible de aire, agua y del sol y así pueden vivir y desarrollarse. Sin importar si el día anterior cortaron sus ramas o su flor o incluso si les quitaron un parte. Nadie dijo que era fácil seguir, como tampoco nada sale como planeamos, pensamos o queremos que las cosas nos pasen. No es una tragedia, es la vida misma.

En Francia el verano estaba en su cúspide, julio era el mes más caluroso, presentando temperaturas elevadas con 25º.

Paul se había adueñado de una de las habitaciones del departamento donde vivía su hermano. Era la primera vez que lo visitaba después de tanto tiempo y aprovechando las vacaciones de invierno en Argentina decidió instalarse los quince días. Lo extrañaba con locura. Su vida se vio envuelta en soledad y aburrimiento, ya no tenía con quien pelear, ni jugar a la play, ni quien lo defienda de pleitos o incluso que le de consejos, extrañaba amanecerse con su hermano quien siempre lo dejaba ganar en todo a excepción del FIFA , ahí sí, era ganar o perder y tratar de que nadie se enoje. Pues brotaba la competencia y con ella la diversión o las puteadas.

(En Argentina nada había pasado con respecto a Rubén, no había aparecido, ni tenían nada concreto, sin embargo se prevenían y el plan seguía en pie, básicamente proteger a su hijo mayor, aunque dolía tenerlo tan lejos).

Una noche Paul y Simón se sentaron en el sofá gris frente a la televisión, en la mesita ratona estaba la cena. Simón se había encargado de pedir la comida y aunque Paul insista en una pizza,( algo que comían desde hace tres días) su hermano mayor quería que pruebe su comida favorita: Andouillette acompañada de un exquisito vino blanco. Mientras cenaban con los joysticks en la mano, (cosa que su madre no aprobaría).Charlaban acolaradamente, se golpeaban con el almohadón que era pesado cuando uno perdía o ganaba o en el último de los casos quien ganaba se tiraba encima del otro y con un puño cerrado lo frotaba fuertemente sobre la cabeza del otro, lo que le hacía doler. Pero siempre terminaban riéndose, felices de volver a estar juntos.

En un momento que se pusieron más serios y bohemios Paul le conto que la chica con la que estaba saliendo lo había engañado, que se había enterado porque estaba el rumor ; ya su amigo Francisco se lo había advertido, pero el no quiso escuchar, la quería, no con locura, ni como parecía Simón quería a Amanda por aquellas épocas. Pero si se sentía bien cuando estaba con la chica. Una noche para comprobar que realmente los rumores eran verdaderos o  falsos y para no acusarla injustamente Paul viajo desde su campo hasta la cuidad. Milena le había dicho que se quedaría en la casa de una amiga y él agazapado se quedó esperando arriba del auto en una esquina alejado a media cuadra con las luces apagadas, se sentía un tarado desconfiando de la chica y pareciéndose a un psicópata. Por el teléfono estaba Simón siguiendo la locura de su hermano, era la única forma de acompañarlo. Una hora más tarde, y sintiéndose un tonto, con su mano en la llave para darle arranque vio como Milena se despedía de su amiga y a media cuadra la esperaba un chico quien la recibió con un beso y un abrazo apasionado al que ella respondió muy gustosamente. Las pruebas eran contundentes y ya no había nada más que decir.

Hasta ahí sabia Simón, pero ahora Paul le contaba que Milena había vuelto a pedirle perdón por décima vez, y no sabía qué hacer. Porque no estaba con nadie pero tampoco quería tener nada serio con ella ahora que lo había dejado como un salame frente al resto de mundo.

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