Capitulo 27: Ataque

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Amanda salió de su casa, un nuevo día la esperaba y ella se encontraba más esperanzada. Su actitud había cambiado, sus pensamientos y su plan y eso la hacía sentir libre, como si se hubiera quitado de encima esa murria que la ataban y la entristecían.

Estaba esperanzada aunque era consciente que esa actitud también podía ser perjudicial. Conocía bien la historia de la "caja de pandora", que es un mítico recipiente de la mitología griega.

"La historia cuenta que Zeus, deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien este se casó. Como regalo de bodas, Pandora recibió un misterioso pithos (caja) con instrucciones de abrirlo bajo ningún concepto. Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver que había dentro. Al abrirlo, se escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis, el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían metido en ella". De esta historia surgió la expresión "La esperanza es lo último que se pierde". Amanda no se había quedado solo con esa historia sino que buscando y leyendo también encontró que la esperanza tal vez no era tan buena. Pues te hacía pensar que podían pasar cosas que no estaban destinadas a ti. Como el amor.

-Ama ¿no desayunas?- la interrumpió su hermana.

-No tengo hambre Sari-

-No podes seguir así. ¿Por qué no buscas ayuda?

-estoy bien- dijo pretendiendo dibujar media sonrisa en su rostro.

-¡¡A mí no me engañas chiquita!!. Salgamos esta noche...

-Ay! No empieces de nuevo, no me da la gana ¡Por favor!

-Dale! Es el cumple de mi novio y quiero que estés allí, es algo pequeño, poca gente. ¿Sí? ¿Sí?... por favor, no te quedes aquí sola, en este estado, mientras él, el culpable de todas tus penas esta de fiestas y locas, vos te encuentras acá deprimida, despeinada y desalineada. ¿Vamos si?

-Ok, está bien.- dijo después de un rato ,apesumbrada- Pero no sé qué ponerme.

-Eso no es problema-.

-Como sos Sara, siempre te salís con las tuyas- y mordió su labio inferior.

-wiii- festejo Sara pegando saltitos, con sus brazos hacia arriba.

Y Amanda salió negando con su cabeza ante tanto festejo infantil, con una diminuta pero sincera sonrisa.

******

La noche llegó y se encontraban en la fiesta, más bien una cena informal y privada. Donde había aproximada veinte personas entre ellos familiares y amigos de Daniel, el cumpleañero.

Luego de conversar durante un largo rato en un reducido grupo de personas en las que siempre se encontraba su hermana, Quien muy alegre y orgullosa de ellas se las presentaba a todos y todas. Se sintió un poco asfixiada y En un momento se alejó de los grupos. Ya había estado suficiente con la gente que ni conocía. Seria, se puso a revisar su celular y contestar mensajes, cuando de repente escucho una vos agradable.

-Hola.

-Hola – saludo con un beso de cortesía.

Era Pedro, se lo habían presentado al principio de la fiesta, tenía una sonrisa de ensueño con sus dientes perfectos que sincronizaban con sus ojos color chocolate y un hoyuelo que se formó al costado de su mejilla al sonreírle. Amanda lo consideraba de entre todos en la fiesta al más agradable y atractivo. Asique las cosas se fueron dando de a poco, bailaron, bebieron y pasaron el resto de la noche charlando, él parecía tener un poder sobre ella y ese era el de hacerla reír.

Y QUÉ...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora