A la mañana siguiente estaba a las nueve en punto en el gimnasio. Llevaba una coleta tirante y mi ropa de deporte y estaba estirando. Ben me había despertado a las 8:30 y me había dicho que empezábamos a entrenar a las 9 y que ni se me ocurriera llegar tarde. Había tenido que cambiarme en un tiempo récord y casi ni me había dado tiempo para desayunar, pero allí estaba. A las 9 en punto.
La puerta metálica rechinó y Ben entró en el gimnasio también vestido de deporte. Llevaba unos pantalones grises sueltos y una camiseta ajustada blanca, que, la verdad, le sentaba muy bien.
- Muy bien - dijo mientras dejaba una bolsa de lona negra sobre un banco. - empezaremos por lo básico. Debes aprender a defenderte y eso como mejor se hace es esquivando golpes y objetos.- Se dirigió hacia el ring y yo lo seguí haciendo un último estiramiento de brazos.
- ¿Dónde está Lucas?- pregunté - Pensaba que él también era mi instructor.
- Lucas está resolviendo algunos asuntos pendientes.- contestó y se subió al ring. Otra vez los "asuntos pendientes". ¿A qué venía tanto secretismo?
- Me han dicho que no eres mala en la lucha cuerpo a cuerpo, ¿es cierto?- Nos colocamos cada uno en un lado del ring en posición de ataque haciendo que me olvidase de Lucas. Lo miré desafiante.
- Compruébalo.- lo reté. Y ese fue mi mayor fallo. En seguida Ben se lanzó hacia mí tan rápido que su puño llegó a rozarme la mejilla. Casi no me dio tiempo a esquivar su golpe y ya llegó el siguiente. Esta vez iba dirigido al pecho y lo paré con una mano mientras iba moviéndome hacia atrás con pasos cortos. Sus golpes eran tan rápidos y directos que no me daba tiempo a atacar, solo a defenderme. Paraba puños y patadas constantemente y ya había empezado a sudar. Esto era mucho más duro de lo que yo creía. Una fuerte patada me dio en la espinilla y gruñí tratando de ignorar el dolor. Era demasiado lenta. Puse toda mi concentración en esquivar y parar sus golpes. Me agachaba y me movía a los lados mientras iba retrocediendo. Sabía que estaba perdiendo terreno, pero a la velocidad a la que me atacaba Ben, no podía hacer nada más.
Así seguimos unos minutos hasta que de pronto noté la cuerda del ring detrás mío. Ya no podía seguir retrocediendo. Traté de moverme a los lados pero sus puños me lo impedían. Ben dejó de moverse cuando vio que yo ya no podía continuar y bajó los brazos. Yo le imité y fue entonces cuando me di cuenta de lo cerca que estaban nuestras caras. Podía ver perfectamente cada gota de sudor y cada peca en su rostro, así de cerca estábamos. Tragué saliva y me puse algo colorada. Bueno, quizá algo no era la palabra adecuada, más bien estaba bastante colorada.
- La primera norma y también la más importante para defenderse, es que jamás debes permitir que el enemigo te acorrale. Jamás.- dijo serio. Asentí y Ben se alejó. Solté el aire que ni siquiera recordaba haber estado reteniendo mientras Ben se volvía a colocar en el otro lado ring.
- Esta vez intenta evitar retroceder tanto. Muévete a los lados y por el ring.- Me volví a colocar en posición de ataque preparada para otra pelea.
No sabía cuantas horas habían pasado, pero si que sabía que llevábamos más de la mitad del día peleando. Habíamos hecho pausas cortas para beber agua o para ir al servicio, pero el resto del tiempo lo habíamos pasado enfrentándonos el uno al otro. Cada vez era más lenta y me costaba más esquivar sus golpes debido al cansancio. Antes de pelear quizá debió haber mencionado que era un boxeador experto, hubiese sido un verdadero detalle. Yo no podía con mi alma y Ben parecía tan fresco como una rosa. Se movía ágilmente por el ring y no parecía cansarse nunca. ¿A caso era una roca? ¿Un robot tal vez? Mientras yo me movía como un pato mareado y daba los golpes que podía, él no parecía inmutarse. Además, cada vez que me derrotaba empeoraba la situación de humillación dándome lecciones como si fuese Yoda. "Recuerda proteger con los brazos tus zonas vitales.", "No le des la espalda al enemigo en ningún momento.", vaya novedad. Ben sería muy majo, pero como profesor era pésimo. No paraba de presionarme para que fuera más rápida, más ágil, más fuerte. ¡Si me enseñase cómo serlo a lo mejor lo lograba!
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El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwards
FantasiaSavannah se considera a sí misma una chica normal. A sus 17 años no ha hecho nada especialmente emocionante, solamente sus peleas ocasionales en un antro de lucha libre la salvan de ser una adolescente mediocre, o eso es lo que ella cree. Lo que des...